"La única forma de que no declare es que esté muerto"

El testigo Alfonso Severo estuvo cinco horas en la fiscalía. "Me decían que me dejara de joder", contó sobre los secuestradores. Se difundieron los llamados al 911 del hombre que lo encontró.

Luego de declarar durante cinco horas en el Polo Judicial de Avellaneda sobre lo que le ocurrió durante las 24 horas que estuvo desaparecido, el testigo en la causa del crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, Alfonso Severo, dialogó con la prensa y sostuvo que no tiene miedo: "Hace tres años que me vienen pasando cosas. No tengo miedo de nada", dijo.

 

Además, reiteró que va a declarar en el juicio contra Pedraza: "Que se queden tranquilos. La única forma para que no declare es estar muerto". Y, tras pedirle al Gobierno que pacifique la situación de los ferrocarriles, Severo remarcó: "Ayer estaba muriendo y hoy volví a vivir". 

 

Respecto del pedido de custodia policial, el testigo sostuvo que, "si quiere seguir, bienvenido sea", sobre todo por su familia. Además explicó que antes la había rechazado porque, en una ocasión, estaban robando en la esquina de su casa y, al preguntarles porqué no actuaban, le dijeron que estaban para cuidarlo a él.

 

"Pensamos que ya se había pacificado todo, que esto lo íbamos a seguir por el camino de los abogados", remarcó. "Todo lo que nos hicieron a mi familia y a mí fue para sacarnos del medio".

 

"Tienen miedo de lo que voy a hablar", sostuvo Severo al explicar que creían que lo iban a matar: "Me decían que era un buchón, un alcahuete, que me acordara que tenía hijos".

 

“Randazzo está haciendo una buena gestión, hay muchas cosas que están saliendo y otras que están en camino para hacerse. Algún día esto tiene que cambiar”, sostuvo Severo sobre el estado de los ferrocarriles.

 

Respecto de declaraciones anteriores en las que aseguraba que era un mensaje para la presidente Cristina Fernández, aseguró: “Me decían cosas de la Presidenta, que yo estaba apañado por ella. Y no es así. Siendo kirchnerista, hace tres años que estoy en la calle”.

 

Severo prestó declaración en la Fiscalía 3 de Avellaneda, que investigan su desaparición: "Me dijeron que me dejara de joder con el ferrocarril. Que ni la policía, ni los derechos humanos, ni la Presidenta me iban a salvar".


Según trascendió de fuentes allegadas al caso, el ex gerente ferroviario aseguró que estuvo toda la jornada "arriba de una furgoneta, tapado boca abajo, tapado con frazada" y que el vehiculo sólo circuló unos 20 minutos cuando se lo llevaron y luego permaneció quieto todo el día hasta que a la noche lo liberaron.

 

Severo ratificó que “el mensaje (de los secuestradores) fue para la presidente Cristina Kirchner” y al ser consultado sobre si tenía previsto reunirse con la mandataria, afirmó: “Si ella quiere juntarse conmigo, yo no tengo ningún problema”.

 

Los llamados

 

Esta tarde trascendieron los llamados que realizó Fabián Abba, el joven que encontró y ayudó anoche al testigo del caso Mariano Ferreyra que había desaparecido el miércoles.

El empleado de Diario Popular declaró anoche que había realizado tres llamados al servicio de emergencias 911 antes de recibir asistencia. El canal C5N difundió la grabación de dos de esas tres llamadas. La tercera no se terminó de producir porque no contestó nadie. 

 

En el primer diálogo, se puede escuchar que atiende un hombre, solicita los datos de la denuncia y pregunta por el estado de salud del testigo que estaba desaparecido. "¿Viste el testigo que desapareció, el de Marcelo (se equivoca el nombre) Ferreyra? Estoy con él en la calle? Estoy en Avellaneda, lo encontré en la calle. En Clemenceau, entre Mariano Acosta y Gutemberg, mandá un patrullero", dice Abba, a lo que el hombre del otro lado del teléfono pregunta: "¿Cómo está?". "Maniatado, está con un precinto negro", responde él.

 

En el segundo diálogo, es una mujer la que vuelve a tomar la denuncia y promete enviar personal policial. "Ya llamé y no mandaron ningún patrullero", le reclama, y vuelve a explicar la situación.

 

"Lo golpearon bastante"

 

Gastón Severo aseguró que lo de su padre, Enrique Alfonso Severo, fue un "secuestro" y durante su cautiverio permaneció "encapuchado" por lo que, sostuvo, "no sabe dónde estuvo ni pudo reconocer a nadie".


En declaraciones a la prensa a las puertas de la UFI 3 de Avellaneda, el joven relató que su papá le "dijo poco" sobre lo sucedido y confió que esta tarde "estaba con los psicólogos" y lo dejó con ellos porque pensó "que era mejor".


"Lo golpearon bastante", señaló Severo hijo y remarcó que su padre, testigo clave del crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, "no tiene ni idea" sobre las circunstancias de su presunto cautiverio "porque estaba con la cabeza tapada".

También reiteró que al ser encontrado anoche "tenía las manos atadas con precintos, no tenía parte de la ropa, la campera y los zapatos, estaba descalzo".

El muchacho llamó la atención acerca de que el auto, cuando salió de su casa, "estaba sucio y cuando se encontró al mediodía estaba lavado" por lo que, indicó, "no me queda duda (...) fue un secuestro".

 

05 de octubre de 2012

 

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