El Rojo goleó a Ferro y está cerca de la zona de ascenso

Montenegro metió dos y fue la figura Independiente, que le ganó 3-0 al Verdolaga en Avellaneda.

 

El estadio Libertadores de América vibró, con una especie de desahogo interminable y festivo. Independiente ganó, con autoridad pero sin lujos, y se prendió al tren de los que pelean. De la mano de Daniel Montenegro, venció 3-0 a Ferro y quedó a un punto de Crucero del Norte, que está en zona de ascenso. Gracias a los dos tantos del Rolfi y un golazo de Gabriel Vallés, el conjunto de Omar De Felippe acumula seis encuentros sin derrotas.

La diferencia, sin jugar bien ni ser demasiado punzante, la logró en la etapa inicial. En su primera llegada, de hecho, Independiente se puso en ventaja. Iban 11 minutos de juego y hasta entonces, el dominio había sido de Ferro. Hasta que apareció Matías Pisano para habilitar a Montenegro, quien remató sin ángulo y la acomodó contra el palo derecho del arquero Gastón Losa.

Con la diferencia a su favor creció el equipo de De Felippe, pero nunca fue capaz de traducir la tenencia en llegadas de riesgo. El Verdolaga, metido en el juego, era una amenaza latente. Sin embargo, a los 34’ sufrió un revés que condicionó el partido. Javier Correa, de lo más punzante en la visita, la paró con la mano y vio la segunda tarjeta amarilla. El delantero dejó la cancha hecho una furia por la decisión del juez Ariel Suárez.

En el comienzo del complemento el Rojo se mostró más decidido. Leonel Miranda tuvo más contacto con la pelota y el dueño de casa se adelantó. Ferro, en tanto, sólo pudo resistir cerca de su área y esperar algún contragolpe para igualar. Independiente carecía de claridad, entonces apelaba a remates de larga distancia: el primero fue del propio Miranda, también intentaron Marcelo Vidal y Pisano. Sebastián Penco, en la primera que tuvo desde su ingreso, contó con una clara: tras un gran pase de Montenegro, definió desviado.

El local le perdonaba la vida a Ferro y lo dejaba con vida. Hasta que apareció, una vez más, el Rolfi. De Felippe lo iba a reemplazar, pero decidió dejarlo para que ejecute un tiro libre. Y el capitán Rojo no falló: a los 27’ le pegó con clase por sobre la barrera y marcó el segundo para desatar el delirio en el Libertadores de América. Ya más cómodo y con espacios, llegó a marcar el tercero: Gabriel Vallés encontró un rebote y la clavó en el ángulo desde afuera del área a los 34’. Golazo.

La multitud despidió al equipo con una estruendosa ovación. Por primera vez en el torneo, Independiente metió tres goles y los hinchas se ilusionan con la vuelta a Primera. Están más cerca.

 

 



Miércoles 13 de Noviembre de 2013