El violador serial prófugo habría usado somníferos

La hipótesis de la justicia es que usó una droga y la puso en una empanada para huir de su custodia.

La Justicia de Morón investiga si el contador condenado a 40 años de prisión por una serie de violaciones y que se escapó este fin de semana durante una salida extraordinaria eludió al efectivo penitenciario que lo custodiaba dándole un somnífero oculto en una empanada.
   
Fuentes judiciales y policiales informaron a Télam que el fiscal Carlos Oviedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de dicho Departamento Judicial ya solicitó a Interpol la captura internacional de Walter Alberto Brawton (42). Según las fuentes, hacía dos años que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Morón -el mismo que había condenado a este contador- le había otorgado al prisionero un permiso extraordinario para salir de la Unidad Penal 39 de Ituzaingó para ir a visitar una vez al mes a su madre enferma.
   
En la última de esta salidas, ocurrida el sábado pasado, Brawton fue custodiado por un efectivo del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) a ver a su mamá hasta la localidad de Mariano Acosta, partido de Merlo, donde se fugó. Los voceros judiciales y policiales procuran determinar si el prisionero eludió al efectivo penitenciario dándole un somnífero oculto en una empanada.
   
Tras la fuga, se inició una causa que quedó a cargo del fiscal Oviedo, quien ordenó la captura internacional de Brawton ya que lo considera un delincuente de suma "peligrosidad". Paralelamente, desde el SPB se dispuso que las autoridades del penal de Ituzaingó sean separadas de su cargo mientras se investigan las circunstancias en las que ocurrió la fuga y que se inicie un sumario administrativo.
   
Fuentes penitenciarias señalaron que también se puso en marcha los protocolos de rigor para tratar de recapturar al evadido. En 2009, Brawton fue condenado a 40 años de cárcel por seis hechos de "abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma", un caso de "abuso sexual con acceso carnal", otro de "abuso sexual agravado por el uso de arma en grado de tentativa"; y el restante por "abuso sexual con acceso carnal y agravado por el uso de arma en grado de tentativa".
   
El tribunal también le atribuyó nueve hechos de "rapto" a bordo de su auto Honda Civic y dio por acreditado que siempre utilizó preservativos y gel íntimo para consumar los abusos. Los nueve hechos atribuidos al contador fueron cometidos el 5, 12, 14 y 26 de enero; el 7, 23 y 25 de febrero; y el 3 de marzo; todos en 2005; en Loma Hermosa, Merlo, San Alberto, Castelar, Moreno e Ituzaingó, en la zona oeste del conurbano, cuando las víctimas tenían entre 17 y 23 años.
   
Brawton, mientras cometía los ataques, vivía junto a su esposa y dos hijos en Marcos Paz y trabajaba como contador para una concesionaria de autos. El condenado fue detenido por la policía el 3 de marzo de 2005, en Ituzaingó, cuando quiso abusar de una odontóloga y ésta se resistió a pedradas.
   
Una de las víctimas, tras conocerse el fallo dijo que siempre va a estar agradecida a esa mujer que se enfrentó a Brawton y permitió que lo apresaran. "Cuando la conocí en el juicio lo primero que hice fue abrazarla y decirle "gracias, gracias", porque por ella esta basura está presa y no va a salir más", indicó en su momento la joven. Sobre cómo la atacó Brawton, la joven contó: "Me agarró a la mañana, a tres cuadras de casa. Estaba fuera del auto, con el capó abierto como si algo le pasar al auto".

 

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