"Quiero prender fuego todo el club"

La tenista argentina Paula Ormaechea manifestó su furia tras quedar eliminada del Roland Garros. Sin embargo, dijo que se va contenta.

La argentina Paula Ormaechea aseguró hoy que se va contenta por haber llegado hasta la tercera ronda de Roland Garros, pero no ocultó que siente rabia interna por dejarse remontar un set contra la estadounidense Bethanie Mattek-Sands y decir adiós al sueño de los octavos de final de un Grand Slam.


"Por dentro estoy que quiero prender fuego a todo el club", dijo con serenidad la tenista de 20 años y natural de Sunchales, tras perder por 4-6, 6-1 y 6-3 en 1 hora y 41 minutos contra la 67ª mejor tenista del mundo.


La última raqueta latinoamericana en caer de un cuadro individual en Roland Garros, al que accedió a través de la fase de clasificación, empezó mal su partido, con un 3-0 abajo. Pero supo darle la vuelta y apuntarse la primera manga. Después, el sueño se esfumó.


"Le di oportunidades de volver" y si no aprovechas tu oportunidad "se te va", comentó Ormaechea, que aseguró que "sabía lo que tenía que hacer, pero las cosas no salieron". "Así es el tenis", resumió.


La argentina, que llegó a París con el 118º puesto del ránking de la WTA, dijo que aún no ha tenido tiempo para analizar el por qué de su derrota, pero insistió en que a partir de ahora buscará un entrenador para tener una referencia en los torneos.


"Por momentos hubiera deseado tener a alguien a fuera que me dijera: 'haz esto...' pero no estaba", lamentó Ormaechea, quien consideró que su problema "no era los nervios, pero obviamente había algo por dentro que no me dejó hacer las cosas del todo bien".

 

"A pesar de la derrota de hoy, para mí fueron dos semanas muy buenas", en las que superó la fase de clasificación y eliminó en el cuadro final a la alemana Maria Tatjana en primera ronda por 6-3, 4-6 y 6-0 y a la kazaka Yaroslava Shvedova en segunda por 6-4 y 7-6(6).


Además de haber firmado su mejor actuación en un "grande", la joven raqueta argentina tuvo la ocasión de entrenarse hoy con la italiana Francesca Schiavone, campeona en Roland Garros, en la pista Suzanne Lenglen, la segunda de mayor pedigrí del torneo.


Además, cree que París ha marcado un punto de inflexión en su carrera y que el segundo "grande" del año supondrá su despegue definitivo entre las mejores tenistas del mundo.
"Está bueno que me empiecen a conocer porque espero estar más seguido acá. Me siento bien, creo que puedo pelear con las mejores. Aunque obviamente tengo cosas que mejorar", comentó.


La argentina disputará otros dos torneos en polvo de ladrillo (Marsella y Núremberg) antes de poner rumbo a Wimbledon. Después, reflexionará sobre el equipo técnico del que quiere rodearse en el futuro, cuando ya se ha ganado un puesto entre las cien mejores tenistas del plantea.


Su rival, Mattek-Sands, disputará por primera vez los octavos de final del Grand Slam de París. Enfrente tendrá a la rusa Maria Kirilenjo, duodécima favorita del torneo, quien derrotó en tercera ronda a la suiza Stefanie Voegele por 7-6(3) y 7-5.

 

01 de junio de 2013

 

 

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