Boca perdió por penales y se esfumó su mística copera

En una serie inolvidable,Newell's eliminó al conjunto de Carlos Bianchi. Final para el infarto.

La agonía se estiró hasta límites insospechados. La definición por penales se volvió interminable. Nervios, errores y un desahogo interminable. Fue Newell’s el que festejó, pero pudo ser para cualquiera. A Boca, esta vez, la suerte desde los doce pasos le dio la espalda. Fue Maxi Rodríguez, prócer leproso, el que decidió la serie en la segunda vuelta. El conjunto de Gerardo Martino, así, se metió en las semifinales de la Copa Libertadores de América. Después de los dos empates sin goles, la llave se determinó por la pena máxima: fue 10 a 9, luego de 26 remates ejecutados en total.

La noche en el Coloso comenzó según los cálculos previstos. El dueño de casa se hizo dueño de la pelota y dominó a un rival que salió decidido a esperar. Con terreno, Newell’s avanzó sobre el campo de Boca pero careció de ideas para penetrar la fortaleza de piernas azules y amarillas que custodiaban el área de Agustín Orion. El arquero, justamente, se mostraba seguro ante cada centro y con el correr del encuentro se erigiría en figura del conjunto de Carlos Bianchi. La visita dependió de las esporádicas apariciones de Juan Román Riquelme para encontrar un respiro al asedio.

A los 12 minutos del complemento se produjo el quiebre del partido. Tras un centro del diez, Nicolás Blandi cabeceó y su remate dio en el palo. En la salida, Clemente Rodríguez cometió una falta, le protestó a Germán Delfino y el juez lo expulsó. A partir de entonces, Boca se dedicó a cuidar el resultado. Newell’s empujó más por obligación que con ideas, pero no pudo vulnerar la igualdad.

Los penales llegaron como un alivio para Bianchi y sus dirigidos. Riquelme erró el primero y la serie se inclinó el favor del local. Maximiliano Urruti tuvo en sus pies la clasificación, pero falló el quinto penal y la definición se estiró. Horacio Orzán, después de un remate fallido del pibe Nahuel Zárate, también pudo sellar el pase. Pero fue finalmente Maxi Rodríguez, luego del remate errado del Burrito Martínez, quien selló el pasaje.

Gerardo Martino, Gabriel Heinze, Lucas Bernardi y compañía se unieron en un racimo de felicidad. El Tata, que se quedará en el club para jugar las semifinales luego de la Copa Confederaciones y luego se irá, es el gran creador de un equipo que desafió la historia para dejar en el camino al Boca de Bianchi.




29 de mayo de 2013