Quisieron comprarla por dos camellos y doce gallinas

Las insólitas anécdotas de Eugenia Lemos durante su viaje exótico con su novio a Indonesia y Egipto. Mirá las fotos.

 

Eugenia Lemos emprendió unas vacaciones de placer junto con su novio Matías Koznik tras finalizar sus tareas de movilera para "Dale! La Tarde" en Villa Carlos Paz. Al mejor estilo Marley, en Indonesia, la ganadora del primer Soñando por Bailar se animó a tomar "un café de caca de comadreja", según admitió.

La actriz, que también estuvo por Egipto, Tailandia, Camboya y Filipinas, explicó: “Tomé café de caca de comadreja. En Indonesia hicimos un tour por los templos y nos llevaron a un lugar donde están los mejores cafés del mundo. Nos hicieron degustar distintos tipos de café, los tomamos todos y después nos llevaron atrás de la cafetería para mostrarnos cómo se hacían".

Las fotos del exótico viaje de Eugenia y su novio ACÁ.


"Había muchas jaulas con comadrejas, que se alimentan sólo con grano de café. Nos contaron el proceso: las comadrejas comen los mejores granos, después los cagan y se recolectan los mejores soretes para hacer el café. ¡Eso es lo que tomamos!”, detalló así el desagradable proceso a la revista Pronto.

Durante un mes y medio, onda "mochileros", Eugenia y su novio realizaron exóticos paseos. "Volví renovada y me replanteé mucho el mundo frívolo en el que estoy metida. Las últimas peleas mediáticas fueron oscuras, enfermizas, y me pregunté: ¿Cuándo empezó todo esto? No quería eso, y en la búsqueda se ve que me corrí del eje", admitió.

"El viaje empezó en Egipto. El Cairo está muy mal, viene de la revolución y la gente se pelea violentamente hasta para subirse a un taxi. La pasé bastante mal, sobre todo porque a cada rato me querían comprar por camellos", sorprendió.

"Venía un tipo y le decía a Mati: 'Hombre muy afortunado, tiene una hermosa mujer, te la cambio por un camello', Mati le decía que no, con una sonrisa y el otro se ponía serio. 'Dos camellos', redoblaba la apuesta. Y otra vez: 'Dos camellos y doce gallinas'. ¡Y se ponía nervioso! Nosotros no sabíamos cómo zafarla y cada vez se enojaba más el tipo y ofrecía más cosas. Nos empezamos a ir cuando vimos que se ponía heavy (pesado) el ambiente", bromeó, más tranquila, una "renovada" Lemos.