Máxima y Guillermo son los reyes de los Países Bajos
Es el primer rey en 118 años. Zorreguieta es Reina Consorte. La imagen de la argentina con la corona.
Guillermo y Máxima se transformaron en los reyes de los Países Bajos. Fue en una ceremonia que se realizó en la Nueva Iglesia, ubicada frente a la Plaza Dam y a sólo metros del Palacio Real donde hoy se produjo la abdicación de la reina Beatriz.
"Juro que defenderé y guardaré siempre con todas mis fuerzas la independencia y la integridad del territorio del Reino, que protegeré la libertad y los derechos de todos los holandeses y todos los residentes en los Países Bajos", dijo el monarca, al leer el texto de la jura con una mano sobre un ejemplar de la Constitución holandesa.
El sucesor de la reina Beatriz, de 75 años, admitió también en un tramo de su discurso, de absoluto contacto con la realidad del país, que actualmente en Holanda hay muchas personas que se sienten "vulnerables" por la precariedad del empleo e "inseguras" por el nivel de sus ingresos o por su "entorno vital".
El nuevo jefe del Estado aseguró también que "el hecho de que el rey no tenga responsabilidades políticas, no significa que no tenga responsabilidades".
"Mi madre ha sido monarca, esposa, madre e hija, y no falló en ninguna de sus responsabilidades", afirmó el Guillermo, quien buscó la mirada cómplice de la ya princesa Beatriz.
"Viva el rey", seguido de tres hurras, fue la frase que signó el fin de la ceremonia. En la ceremonia oficial, que contó con la presencia de unos dos mil asistentes, Guillermo lució una versión restaurada del manto real que llevó la reina Beatriz durante su investidura en 1980, copia del original de 1815 que se usó durante la entronización de Guillermo I.
Los heraldos y reyes de armas, portando un bastón, abrieron el cortejo desde el Palacio Real hasta la Iglesia Nueva, un templo gótico de más de 600 años, y en el que se colocó una alfombra azul por la que desfilaron los invitados.
A diferencia de sus antecesores del siglo XIX, Guillermo no vistió uniforme militar, sino un frac cubierto por el citado manto real.
La argentina Máxima Zorreguieta, ahora reina consorte, estuvo sentada a su lado y lució un vestido de color azul cobalto (en holandés azul real) diseñado por el modisto local Jan Taminiau.
En primera fila, como marca el protocolo, estuvieron sentadas la ahora princesa Beatriz y las tres hijas de la pareja real, Catalina Amalia, Alexia y Ariana.
Guillermo Alejandro, de 46 años, es el primer rey de Holanda en 123 años, después de las reinas Emma (1890-1898), Guillermina (1898-1948), Juliana (1948-1980) y Beatriz (1980-2013).
En Holanda los reyes no son coronados, sino que prestan juramento y son investidos. Por esto, la corona como símbolo de la soberanía del reino de los Países Bajos no le fue colocada en la cabeza, sino que permaneció durante la ceremonia en una "mesa de credencia", junto con otras regalías como el cetro y la espada real.
En sus primeras palabras de la declaración oficial previas a la jura, Guillermo dirigió un "agradecimiento a Beatriz por sus 33 años de reinado", pero también por haber realizado "plenamente el papel de madre y de esposa" y por el "apoyo en los momentos tristes".
También la elogió porque nunca se abandonó a la "popularidad ligera" sino que siempre tuvo un estilo de "estabilidad, porque representa la tradición". Una declaración afectuosa que Beatriz, visiblemente emocionada, devolvió enviando un beso a su hijo.
A su esposa Máxima también le dedicó un pasaje de su discurso: "Tomó el país entre los brazos y se convirtió en una holandesa entre los holandeses", lista para "ponerse a su servicio".
Pero el pensamiento del flamante soberano fue dirigido sobre todo a su pueblo, con palabras de aliento para "afrontar juntos" un futuro más incierto que en el pasado, pero en el que "todos deben hacer oír su propia voz, llevar su propia contribución, su propio talento".
"Todos deben colaborar con creatividad, espíritu de empresa y apertura", subrayó.
A la solemne ceremonia asistieron los miembros de los Estados Generales, el Consejo de Ministros, el Consejo de Estado y los gobernadores y primeros ministros de Aruba, Curacao y Sint Maarten, quienes juraron o prometieron su fidelidad a la Constitución, antes de investir al nuevo rey.
Entre los invitados extranjeros a la ceremonia de investidura figuraban representantes de todas las casas reales europeas y de varias no europeas.
La música de la investidura estuvo a cargo de la Sinfonietta de Amsterdam, el conjunto de instrumentos de viento Nederlands Blazers Ensemble y el Coro de Cámara Holandés, en representación del panorama cultural del país.
También participó el coro infantil Nieuw Amsterdams Kinderkoor y el organista de la Iglesia Nueva, Bernard Winsemius.
Una vez finalizada la ceremonia de investidura, el séquito real se dirigió al Palacio donde los nuevos reyes ofrecieron una recepción a sus invitados de 18 casas reinantes de todo el mundo, así como a autoridades nacionales, al cuerpo diplomático acreditado en Holanda y otros dignatarios.
Afuera, en la Paza Dam, una multitud seguía con atención y euforia cada paso de una ceremonia absolutamente popular y que abarca a todas las clases sociales de Holanda.
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30 de abril de 2013