Asistente de Keith Richards confesó todos sus secretos
Escribió un libro dónde cuenta cómo el Rolling Stone conseguía droga, mandaba a matar gente y protagonizaba accidentes por manejar borracho.
El Guardaespaldas de Keith Richards -Tony "spanish" Sánchez- escribió un libro en el que confiesa todos los extravagantes pedidos de uno de los rockeros más rockeros del mundo. El libro se traduce al castellano como “Yo fui el camello de Keith Richards”, un título que deja mucho para la imaginación, pero que se enfoca en la perspectiva de Tony como el “hombre-para-todo” del guitarrista. El que se encargaba del trabajo sucio y del muchas veces del “sucio” de su jefe. No obstante, el trabajo no lo hacía gratis, se movía con un sueldo que oscilaba entre 150 y 250 libras esterlinas (175 y 293 euros) por semana.
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“El conseguir sustancias ilegales para el guitarrista era una de las variadas funciones de Tony. Cuidaba de sus residencias, apaciguaba a sus mujeres, ejercía de guardaespaldas; negociaba con policías corruptos si se necesitaba manipular pruebas. Se esperaba también que pusiera en práctica las venganzas de Richards, que ordenaba palizas o asesinatos como cualquier Capone; prudente, Sánchez esperaba a que pasara su furia. Además, asumía que se comía el garrón si el músico se estrellaba al volante de sus coches, generalmente cargados de drogas. Desastroso como conductor, Richards adquirió práctica en evaporarse tras un accidente, dejando a Spanish Tony el trato con la policía, el seguro y los espectadores”, asegura la reseña del libro.
Es más, el guardaespaldas “aguanta-todo”, culpa a Keith Richards de lo que luego fue su adicción a las drogas duras, la atribuye como consecuencia de la inevitable convivencia con el guitarrista. Sánchez confiesa que empolvaba constantemente su nariz con cocaína y que, luego de la muerte de su novia por sobredosis, se graduó en las jeringas con heroína. Es tanto lo que dice conocer y haber experimentado con el miembro de los Stones, que al momento de describirlo no hay calificativo que sobre.
“Indiferente al rastro de caídos, solo piensa en conseguir lo que necesita (¡mucho!) en todo momento. Puede pagar sin chistar a unos intimidantes traficantes marselleses, que venden heroína pura por kilos, pero luego regatea unas libras con infelices que han cruzado fronteras para llevarle cargamentos de emergencia. Utiliza los juguetes (y puede que las ropas) de su hijo Marlon para transportar contrabando. Su instinto de supervivencia no le falla: sabe cuándo exhibir sus armas, blancas o de fuego. Semejante monstruo se humaniza gracias a sus épicas meteduras de pata”,
Pero, ¿qué es lo que pensó el famoso guitarrista de los Rolling Stones cuando leyó semejante libro de memorias? ¿Es creíble Tony Sánchez?. Según el propio Richards, “esencialmente, sí”. Pese a que las descripciones le parecieron “exageradas, con errores grotescos y diálogos inventados”. Desde que leyó la primera página no pudo aguantar las carcajadas.
Tras ventilar los rasgos más sucios de su vida íntima como músico de los Rolling Stones, la banda aprendió la lección: “desde hace más de 30 años, todos los empleados de la banda firman férreos contratos de confidencialidad”, aseguraron.
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