El pasado de Francisco: testimonios exclusivos

Primero fueron los llamados de teléfono, después el timbre y, al final de día, los periodistas. Con la llegada del jueves, el acoso se multiplicó. Desde las primeras horas de sol, las cámaras se apostaron frente a la casa de María Elena Bergoglio, la hermana de Jorge, actual Papa Francisco.

La designación del nuevo Papa los tomó completamente por sorpresa. Y así como ellos no podían salir del sopor, el barrio explotó en alegría. “Yo sabía que lo iban a elegir. Se lo dije a mi hijo antes que la tele”, explicó a 24CON María Susana, vecina de los Bergoglio de Ituzaingó y devota de la Vírgen de Itatí.

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“Venía a ver a la hermana, pero de noche. Uno se enteraba después o lo veíamos por casualidad, entrando y saliendo de la casa”, señaló Pocho, desde la vereda de enfrente. “La última misa que dio en Ituzaingó, la dio en la iglesia de San Judas Tadeo. La iglesia grande frente a la plaza. Fuimos todos”, afirmó María Julia, otra vecina emocionada.

La calle Darragueira, en Ituzaingó Norte, casi cambia de nombre. Ahora es conocida por todos como "la de los Bergoglio". Allí vive María Elena. “Estoy shockeada. Todavía me cuesta pararme sobre mis pies. Hay que rezar a partir de ahora por él, tiene una tarea titánica importantísima”, señaló anoche María Elena Bergoglio, según publicó el portal Oeste Hoy.

María Elena, Mariela para sus amigos, se transformó en la vocera de la familia del nuevo Papa, pero nunca se imaginó que tuviera que escuchar tantas preguntas y dar tantas respuestas. Al mediodía dijo basta. Cansada de dar declaraciones a los medios se escapó para hacer trámites y alejarse, al menos unas horas, de las cámaras, los flashes y los micrófonos.

“El otro Jorge es igual. Se le parece mucho”, afirmaron los vecinos ante 24CON. La casa se transformó en un destino obligatorio para una procesión de amigos, vecinos y curiosos que se acercaron hasta Ituzaingó Norte. “Es el sobrino de Bergoglio, es la pascua misma. Tiene una paz el muchacho. Se le parece mucho a… ¡al Papa!”, exclamó otro vecino mostrando la, aun, sorpresa sobre el destino de Bergoglio.

“Estamos muy emocionados. No lo podemos creer. Cuando lo escuchamos en la televisión nos quedamos mudos. Es una gran alegría. Gracias por venir. Estamos muy contentos”, fueron las escuetas palabras de Jorge, quien hace justicia con su nombre por su parecido al nuevo Papa.

Un barrio solitario, de casas bajas y alejado de los comercios. Aun rodeado por algunas calles de tierra y con el zumbido del ferrocarril Sarmiento a unas cuadras. De golpe, una noticia a miles de kilómetros lo revolucionó. “Somos famosos en el mundo entero”, le disparó una vecina a otra señalando las cámaras.

“El papa comió mis empanadas”

No sólo el barrio se llenó de curiosos y anécdotas, sino cada rincón del Conurbano por donde pasó el actual Papa. Castelar no está lejos de la casa de María Elena. Desde allí salían las empanadas que se ofrecían en cada cumpleaños, fiesta y celebración que se hacía en los de los Bergoglio de la calle Darragueira.

“Yo conocí a Marta, otra hermana del Papa. Ya falleció, pero vivía en la misma calle. Yo le hacía las empanadas”, explicó a 24CON Elsa Miranda. “Nos conocimos en Cáritas de Ituzaingó y me contaba quién era su hermano. Nunca imaginamos que iba a ser Papa o que el Papa iba a comer mis empanadas. Ella me contó que le gustaban las de jamón y queso”, destacó la emocionada vecina sobre los gustos del, en ese entonces, Arzobispo de Buenos Aires.

De la ciencia a la fe

Entre los aspectos poco conocidos del nuevo Sumo Pontífice destaca su pasado ligado a las ciencias y la investigación. Antes de ser sacerdote y de haber conocido su vocación divina, Jorge María Bergoglio se dedicó a la química. Cursó la Licenciatura en la Universidad de Buenos Aires y trabajó en el laboratorio Hickethier y Bachmann avocado a realizar análisis industriales. Antes de terminar su carrera dejó de lado los tubos de ensayo para colgarse la sotana.

“Siempre fue muy inteligente y atento. Cuando empezó a trabajar en el laboratorio estaría terminando la primera mitad de la carrera”, explicó a 24CON Axel, un ex compañero del laboratorio del actual Papa.

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“Trabajábamos unos 15 químicos, cada uno con un ayudantito. Así les decíamos porque estaban a la mitad de la carrera. Necesitábamos que tuvieran la experiencia pero que no fueran profesionales aún. Jorge era mi ayudantito, mi auxiliar. Hacíamos análisis industriales, y yo estaba en el grupo de materiales no clásicos. Trabajamos dos o tres años y un día me informó que iba a dejar el laboratorio para ser seminarista. Que había encontrado su verdadera vocación”, señaló Axel quién hoy, con más de 80 años, es un notable entomólogo que reparte sus días entre el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y los laboratorios de la Universidad de Buenos Aires.

“Lo he visto en pocas ocasiones, dos o tres con años de diferencia. Una fue por casualidad, en el Instituto San Miguel, que es de los Jesuitas. Fui a hacer una investigación, pero no tenía ni idea que estuviera ahí, ni que estuviera en Argentina. El cura entomólogo tenía un cumpleaños y nos invitó a todos los entomólogos. Fue una anécdota muy interesante. Estábamos esperando que llegara el Provincial, que es la autoridad máxima de los Jesuitas. Y cuando se abrió la puerta entró Jorge rodeado de otros curas, pero de mucha más edad. Yo no sabía si me iba a reconocer y apenas me vio me dijo: ‘Axel, ¿Qué haces acá?’. Me reconoció instantáneamente, me pidió que me sentara con él para charlar y me preguntó por todos los compañeros del laboratorio. Se acordaba de todos”, finalizó Axel.

Las historias se suceden. Las anécdotas y comentarios sobre Bergoglio inundan el barrio de su familia, las redes sociales y los medios de todo el país. A menos de 24 horas de su designación, la agitación revolucionó Ituzaingó Norte y sigue sorprendiendo a toda Argentina y al continente entero. “Esperemos venga por acá. Ir hasta Roma es caro, pero él puede venir a visitar a los vecinos”, opinó una amiga de los Bergoglio del oeste del Conurbano.

14 de marzo de 2013

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