La carta sobre privacidad de Facebook era mentira

La declaración que circulaba en el muro de los contactos de la red social era falsa. ¿Qué pasará ahora con nuestros datos y fotos?

Una mala noticia primero; una buena después. La mala: todos aquellos miles de usuarios de Facebook que pegaron en los últimos días en su muro algo que se difundió como "Notificación de Copyright", para prohibirle a la red social usar el contenido que generan con objetivos comerciales sin autorización escrita, no lograrán nada. Esa declaración es completamente inválida y Facebook puede hacer casi lo que quiera con la información que se publica en la red.

La buena noticia, al menos para los usuarios, es que dos grupos defensores de la privacidad instaron anteayer a Facebook a retirar los cambios propuestos en los términos de su servicio que le permitirían a la compañía compartir datos de los usuarios con Instagram -la aplicación de fotografías que compró recientemente-, eliminar el sistema de votación del usuario y relajar las restricciones dentro de la red social.

 

Los cambios, que Facebook hizo públicos la semana pasada, aumentan las amenazas para la privacidad de los usuarios y violan los compromisos previos de la compañía con sus casi 1000 millones de miembros, según el Electronic Privacy Information Center y el Center for Digital Democracy. "Los cambios propuestos por Facebook afectan a la privacidad del usuario y a los términos de un acuerdo reciente con la Comisión Federal de Comercio", dijeron los grupos en una carta dirigida al consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg. Es decir que la reacción es grande.


A todo esto, la declaración de privacidad que miles de usuarios utilizan como escudo pseudolegal contra las nuevas directivas de Facebook no tiene ningún valor. Cada usuario que está en la red social aceptó los términos y condiciones de la red social, por lo tanto, automáticamente le está dando permiso a Facebook para usar dicha propiedad intelectual a nivel global sin obligación de aviso o compensación, según publicó ayer el sitio especializado Neoteo.


En consecuencia, ese previo acuerdo se antepone a cualquier "protesta pasiva" en sus muros. Facebook hace público el material que el usuario decide que debe ser público (y si el usuario no sabe hacerlo, o si el proceso es complejo, esa es otra historia), explicó el especialista Lisandro Pardo en Neoteo. En otras palabras, si un usuario no quiere que Facebook use algo de su cuenta, debe borrarlo. Y si tampoco está de acuerdo con eso, debe cerrar su cuenta de Facebook. Tienen opciones, siempre en el ámbito judicial, pero pegar esa declaración resulta absurdo en términos reales.


Volviendo a la buena noticia: los directivos de la red social se hicieron eco de la carta y salieron del autismo corporativo. En un comunicado tuvieron que aclarar que los usuarios son "dueños" de los contenidos que publican, aunque aclaran que esa información está supeditada a los términos establecidos cuando uno abre una cuenta.


La polémica seguirá. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos había acordado con Facebook que la empresa necesita el consentimiento del usuario para hacer cambios en su configuración de privacidad y que está sujeta a 20 años de auditorías independientes.

 

Fuente: Diario La Nación

 

28 de noviembre de 2012

 

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