Ramos Mejía

"Da bronca que un represor viva tranquilo en su casa"

Una marcha escrachó a un torturador de Julio López que goza de prisión domiciliaria.

Un escrache callejero a un represor de la última dictadura militar se realizó esta tarde en la localidad matancera de Ramos Mejía. Los manifestantes – entre los que se encuentran miembros de la Agrupación HIJOS y familiares, amigos y vecinos del desaparecido Luciano Arruga – se reunieron en la intersección de Rivadavia y Avenida de Mayo, desde donde marcharon a la casa de Sergio Arturo Verduri, ubicada en Rivadavia al 14400.

El ex policía actuó durante la última dictadura militar en la Provincia de Buenos Aires y, ya en democracia, llego al grado de comisario inspector. Al momento de su retiro, se “recicló” en una agencia de seguridad privada.

Señalado como represor, está siendo juzgado en La Plata desde septiembre de 2011 bajo el cargo de 31 secuestros, torturas y desapariciones cometidos en el Centro Clandestino de Detención “Puesto Vasco” (Sub comisaría de Don Bosco, Quilmes), pertenecientes al circuito Camps. Pese a ser mencionado por varios testigos como torturador, goza del beneficio de esperar la condena en prisión domiciliaria.

“Que viva tranquilo en su casa da mucha bronca y demuestra la impunidad con la que se sigue viviendo en la Argentina. La gente que hace mas de 30 años, mató, torturó, robó bebes y violó mujeres, hoy vive en la comodidad de su casa, mientras las cárceles estan llenas de pobres. Estamos reclamando q los genocidas no tengan beneficios”, señaló a 24CON Alejo Rivera, de la agrupación HIJOS Zona Oeste, durante la marcha.

La marcha coincide con un nuevo aniversario de la desaparición de Jorge Julio López, quien declaró como testigo contra varios torturadores que, al igual que Verduri, integraron el Circuito Camps.

“Verduri no tuvo contacto con Julio López pero, dentro del organigrama represivo, respondía a los mandos de Etchecolaz, que era el segundo de Camps”, explicó el manifestante.

La marcha también pasó por el frente de la Comisaría Segunda de La Matanza, ubicada a metros de la estación de Ramos Mejía. Esa sede policial es cuestionada ya que, además de funcionar como centro clandestino de detención, allí trabaja actualmente el oficial Damián Alfredo Borrego, que está implicado en el secuestro y desaparición del joven Luciano Arruga.

Por eso, antes de llegar a la casa de Verduri, el grupo hizo otro escrache en la comisaría, donde arrojaron bombas de pintura.

“Que Borrego esté acá significa que la Policía se sigue manejando con total impunidad. No sólo no condena, sino que ampara las formas de la Bonaerense: desaparición y tortura Es la policía cómplice que le dio la investigación de Luciano a la misma policía involucrada”, expresó a este medio Vanesa Orieta, hermana de Luciano.

“No es esa comisaría únicamente. Es muy común que haya policías que, en épocas de democracia, continuaron con las prácticas de la dictadura. Hoy, en democracia, en diferentes comisarías mantienen las técnicas, con el agravante de que hoy involucran a los jóvenes que matan en delitos. Esta policía es la misma que pide cierto sector social, la que pide la gente de Ramos Mejia”, denunció.

 

El escrache se materializó sobre la Avenida Rivadavia al 14400, frente a la casa de Verduri. Los manifestantes habían construido con maderas un pequeño patrullero que fue quemado en la puerta misma de la casa del represor.

 

29 de septiembre de 2012

 

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