Peleas, llanto y renuncia en el despacho del intendente

Los ánimos siguen convulsionados en el mundillo político de Avellaneda. El distrito vive un feroz interna encabezada por el sciolista ex intendente Baldomero Cacho Álvarez de Olivera, y el actual intendente (que salió de su riñón) Jorge Ferraresi, ferviente kirchnerista.

Luego de varios cruces entre ambos sectores -con la corriente Juan Domingo de por medio- la pelea ahora repercutió en el seno del gabinete del jefe comunal. Es que en las últimas horas renunció Mariela Giorgi, la subsecretaria de Prensa y Difusión, que además era jefa de Ceremonial y Protocolo.

Al parecer, mantuvo una intensa discusión con Ferraresi luego del último acto donde se entregaron viviendas en el distrito. Según los rumores que corren en Avellaneda, su renuncia no es ninguna novedad, ya que los roces entre ambos venían desde hace tiempo.

Según publica el diario La Tercera, de zona Sur, este jueves todo estalló en una reunión de la que participó el intendente junto a varios de sus funcionarios. “Con papeles en mano, el intendente dispuso su pase a disponibilidad, y ella no aceptó, dijo que renunciaba. Se fue llorando a Prensa”, dijo un testigo presencial, y remató: “Parte de estas movidas deben entenderse como parte de la interna oficialista que tiene le come la cabeza todo el tiempo a Ferraresi y que a veces lo deja sin intenciones de querer escuchar a nadie”.

A todo esto, una fuente del Legislativo local expresó que “es inevitable hacer una lectura política”, ya que “es difícil imaginar su renuncia sino que la hayan hecho renunciar”. Es para resaltar que Giorgi ingresó en el municipio en 2003, luego de participar en la campaña que llevó a Baldomero Álvarez al triunfo, junto con la asunción del kircherismo. En estos años logró sortear todo tipo de obstáculos y hasta casi acompaña a éste a La Plata, cuando "Cacho" fue llamado por Scioli a ocupar el puesto de ministro de Desarrollo Social bonaerense, cargo que aún mantiene.

"Está mal, pero para muchos ella era cachista y varios venían soplándole a Ferraresi algunas cosas que no hacían otra cosa que querer sacarse de encima a algunos funcionarios ligados a la anterior gestión”, explicaron otras fuentes. Lo cierto es que ninguno duda que Giorgi fue rehén de sus propios jefes, y que luego de un tire y afloje de varios años, su futuro inmediato terminó de decidirse de una manera poco feliz: con la renuncia.

07 de septiembre de 2012

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