Marcos Paz: un intendente con "mala leche"

Desde la oposición deslindan responsabilidades al jefe comunal, Ricardo Curutchet. Peligra el puesto de cientos de trabajadores.

En una fábrica de Marcos Paz, a más de cien trabajadores no se les paga parte del sueldo de mayo, junio completo, y ni hablar del medio aguinaldo correspondiente. Se trata de MILITA S.A., una planta láctea que produce quesos, muzarella y ricota.

Como consecuencia, los empleados que ven peligrar sus fuentes de trabajo tomaron pacíficamente las instalaciones de la empresa este martes por la tarde. “Desde hace varios meses, los representantes de MILITA mantienen deudas impositivas, y no se han hecho cargo de los aportes patronales y las cuotas sindicales, además y según registros comprobables con distintas entidades bancarias, los montos impagos alcanzan a los 30 millones de pesos”, expresaron los obreros afectados en un comunicado oficial.

Asimismo, exigieron reunirse “en carácter de urgente” con el intendente Ricardo Curutchet. Su idea es lograr el apoyo municipal necesario para conformar una cooperativa de trabajo y hacerse cargo definitivamente de la empresa. Mientras, los rumores de que un grupo de acreedores retiraría la maquinaria del lugar incrementó el miedo al “vaciamiento” de la empresa.

Esta situación no es nueva en Marcos Paz, la Ciudad del Árbol, donde parece que la “poda” económica repercutió duro en las fuentes laborales. En mayo pasado, esta empresa conocida como "Master Cheese" dejó temporalmente en la calle a 120 trabajadores. Había sido clausurada por una inspección ordenada por la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar).

Por ese entonces, el ex candidato a intendente y opositor de distintos partidos políticos, Marcelo Ferrigno Paz, deslindó responsabilidades al intendente Curutchet: “Mi indignación nace, de saber que esta situación era totalmente previsible y evitable, si los funcionarios de gobierno municipal, hubieran inspeccionado la empresa y la hubieran apoyado y guiado en el camino de poner sus instalaciones en orden”.


En tanto, fue aún más lejos y lanzó una dura acusación contra el Ejecutivo local: “Quiero suponer que jamás se rompió una bomba de agua en el pueblo y el dueño de la fábrica, presionado, fuera obligado a pagarla mientras esa factura, era cobrada por determinados funcionarios y en razón de eso, se permitieron abusos y desmanejos en las instalaciones contaminantes”.


Por lo pronto, en los próximos días los trabajadores de MILITA deberán resolver su situación. Eso sí, si desde la Municipalidad le abren las puertas.

 

17 de julio de 2012

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