En el oeste está el "agite" y los avistamientos

Afirman que Castelar, Ituzaingó y Moreno son las localidades elegidas. "Vienen nenes cabezones y de ojos grandes a jugar conmigo" contó una nena.

Las noticias sobre objetos extraños en el cielo del conurbano han aflorado en los medios zonales y hasta los nacionales desde hace poco más de un año. Pero ahora los comentarios se han incrementado y hablan de otros fenómenos, algunos llegan a asustar. Los comentarios y rumores hablan de abducciones, secuestros de vecinos por parte de seres inteligentes de otros mundos, y hasta se habla de una niña que cuenta sobre sus encuentros con nenes bajitos, cabezones y de ojos saltones que la buscan para jugar. Sólo rumores, pero todos concentrados en el mismo sector el Conurbano, lo que llama a los investigadores a elevar los ojos en la zona oeste del Gran Buenos Aires.

Fabián Torti, integra el Grupo Técnico de Asistencia Psicológica OVNI (GRU.TAP), un equipo de apoyo para la investigación ovnilógica que aporta su enfoque psicológico y sociológico de los hechos denunciados, y señaló que la sucesión de manifestaciones registradas en una amplia zona de la Zona Oeste constituyen un indicio “que algo está pasando”, según publicó Diario Popular.

Torti sostuvo que no está en condiciones de precisar puntualmente “ese algo” pero apuntó que evidentemente “son muchas las situaciones extrañas que se registran y no sólo en el denominado corredor del Oeste, en especial en Castelar, Ituzaingó y Moreno, sino que hasta me animaría a decir en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires”.

A su modo de ver, la todavía poco explicada explosión registrada el 26 de setiembre pasado en Monte Grande y que fue atribuida al estallido de un horno pizzero, “en realidad fue la bisagra”, dijo Torti, de una proliferación de manifestaciones que tienen testigos concretos, de carne y hueso, que en muchos casos todavía no han superado la fuerte impresión vivida.

GRU.TAP, detalló, asiste a la investigación que llevan adelante otros grupos con actividad en la zona como el liderado por Adrián Nicala y Aurora “pero en el estudio del sujeto, no del objeto”, puntualizó, lo que significa que aquello que es puesto bajo la lupa son los testimonios de quienes captaron o vivenciaron una situación extraña determinada.

Si bien reconoce que cuando comenzaron a cobrar difusión los fenómenos su posición personal giraba en torno a la incredulidad, hoy los distintos episodios registrados, los testimonios recabados y hasta registros propios que el propio investigador y otros integrantes de su equipo tuvieron, lo lleva a considerar que “los episodios que se suceden evidentemente encierran una lógica que al menos para GRU.TAP no ha podido determinar”.

Sin embargo, los estudios sobre los dichos de testigos y protagonistas directos de este tipo de manifestaciones le han permitido contactar a una joven madre residente en la zona que prefirió mantener su identidad en reserva que a¬firma haber sido abducida. “Al hablar con ella uno se da cuenta que hay detalles que aporta que no pueden ser inventados” destacó Torti, como por  ejemplo cuando re¬firió a que quienes la llevaron era inteligencias “que no se paraban sobre el piso sino que estaban suspendidos unos centímetros por encima de la superficie y que en el lugar en el cual estuvo, había un ser humano con cable conectados entre su cabeza y un monitor, que proyectaba sus pensamientos”.

“Hay cosas que no se pueden inventar porque habitualmente el registro común siempre guarda una relación con hechos conocidos. Cuando hay un aporte diferente, no habitual, es cuando el cuadro cobra otra característica”, destacó el investigador.

Aun cuando el relato de la vecina es llamativo, el de su hija es mayor y hasta genera ciertos temores; su pequeña hija de unos cinco años contó con inocencia infantil que a ella “la van a buscar nenes chiquitos de ojos grandes y que la llevan a jugar con Jesús”, según la descripción la propia chiquita realiza.

Más allá de estos misteriosos episodios aportados por la joven mamá y su hijita, los integrantes de GRU. TAP no imaginaron jamás que cuando empezaron a analizar avistamientos desde el perfil de la psicología de los testigos, iban a terminar siendo también “sujetos” de su propia investigación.

“Una compañera nuestra fotografió extraños objetos en el cielo y en mi caso particular, suelo ver los sábados bien temprano cuando salgo de mi casa un objeto redondo en el cielo”.

“Acá es cuestión de pararse un rato mirando al cielo y algo siempre se va a ver”, sentenció el investigador que aclaró “no sé si es un OVNI con marcianos adentro. Tampoco puedo decir a ciencia cierta qué es lo que se ve, pero evidentemente algo pasa”.

Entre los casos registrados, uno de ellos tuvo lugar la semana pasada cuando un vecino de la zona de Parque Aeronáutico, en Ituzaingó, fue testigo de las evoluciones de un extraño objeto que surcó el cielo.

Uno grupo de jóvenes que compartía un asado al aire libre en una casa de la observó en el cielo -cerca de la medianoche- una intensa bola luminosa que irradiaba tonalidades amarillas y rojas. El padre de uno de los testigos del episodio, Alberto Barrera, contó que el misterioso objeto “se desintegró en pequeñas pelotitas”, a poco de surcar el lugar.

Para los componentes de GRU. TAP, lo acontecido en torno a la misteriosa explosión registrada sobre dos casas en Monte Grande, el año pasado, y que oficialmente fue reportado como el estallido de garrafas de gas de una precaria pizzería, encierra la clave de la serie de enigmáticos sucesos que se registran tanto en el corredor del Oeste como en distintos puntos del territorio bonaerense.

En ese sentido, Fabián Torti dijo que “lo sucedido fue la señal de que algo empezaba a pasar” y de hecho, insistió, “el ocultamiento que se hizo de las pruebas que allí quedaron y la escasa información suministrada en torno al hecho, no hacen más que multiplicar las sospechas”.

El investigador recordó que en la mañana siguiente a la explosión en la zona del incidente “se podían ver camionetas negras tipo Pathfinders, gente que hablaba en inglés y alemán, y equipos que trabajaron cubriéndose con una pantalla para llevarse en una ambulancia trozos de metales que quedaron tras la explosión”. Aún continúa el misterio sobre la explosión y los extraños fenómenos de los cielos del oeste.

 

 

16 de junio de 2012

 

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