La droga que transforma a las personas en zombis
Andaba desnudo y alienado. Le comió la cara a un indigente y no se inmutó ante los disparos. Estaba bajo los efectos de una extraña sustancia.
Ruby Eugene, el ‘caníbal de Miami’, actuó bajo los efectos del Ivory Wave, conocida como onda de marfil, una sustancia que frecuentemente provoca reacciones extremas, según las autoridades estadounidenses.
"Son distribuidos en pequeños paquetes (como los de las sales de baño), en tabletas o, incluso, en cápsulas, y etiquetadas como no aptas para consumo humano. Así buscan sortear las barreras legales contra el tráfico de drogas", afirmó Mark Ryan, experto en drogas sintéticas del Louisiana Poison Center.
"Recientemente se registró un caso en el que un hombre intentó remover el radar de un auto de policía con los dientes. Muchas de estas personas (como el caníbal), por alguna extraña razón, son encontradas totalmente desnudas, y no sabemos si tiene que ver con los efectos psicóticos que generan las drogas o se relaciona con que sus propiedades estimulantes hacen subir la temperatura del cuerpo", contó el médico estadounidense.
El "Ivory wave" contiene metilendioxipirovalerona (MDPC), una sustancia similiar a la cocaína y que una vez fumada, esnifada o inyectada, provoca una fuerte dependencia, además de alucinaciones, paranoia extrema y psicosis, reacciones violentas, acelera el ritmo cardíaco, y crea impulsos suicidas. Los efectos, que se perciben a partir de cinco miligramos, pueden durar desde un día hasta una semana.
El sujeto se siente fuera de su cuerpo. Las personas que lo han probado comentan que sintieron que la gente que estaba a su alrededor, incluso seres queridos, pretendía atacarles.
La paranoia o intoxicación extrema produce que las partes del cuerpo no respondan ante el dolor. Es decir, a una persona se le puede romper un hueso y no experimentar dolor. Eso mismo pudo ocurrirle al caníbal de Miami cuando la Policía le disparó en la pierna.
Las también conocidas ‘sales de baño’ todavía son legales en la mayor parte del mundo, y aunque aún no se ha estudiado a profundidad, sus efectos son altamente drásticos.
"Vimos ese tipo de comportamientos con otras drogas también. En casos de intoxicación extrema, las funciones del cuerpo no responden normalmente, como la posibilidad de experimentar dolor o tener otras sensaciones. En esos casos, a una persona se le puede romper un hueso sin que lo sienta y puede actuar como si nada le hubiera ocurrido", señaló el investigador.
5 de junio de 2012
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