Una "chica Sofovich" sigue en la mira: ahora investigan su  generosa fortuna

La Justicia ordenó que la Unidad de Información Financiera (UIF) investigue el origen del abultado patrimonio de la modelo Gabriela Ayala. El nombre puede pasar desapercibido, hasta que se recuerda que la mujer en cuestión tuvo sus 15 minutos de fama al ser filmada dándole de comer en la boca durante una cena a Gerardo Sofovich, hecho que le generó un escándalo y una larga separación de su mujer, Sofía.

La decisión la tomó el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky, en una resolución de semanas atrás. Al mismo tiempo, sobreseyó a Ayala en una investigación que la vinculaba a una banda de narcos, la misma por la que condenaron a seis años y ocho meses de prisión a la colombiana Angie Sanclemente Valencia, reconocida como “la narcomodelo”, informa el sitio Online 911.

El nombre “artístico” con el que se dio a conocer Ayala es Gabriela Vitale, pero rápidamente la apodaron “Señora G” y “cucharita”, por la filmación y las fotos con Sofovich “in fraganti”. Ella dijo que era piloto de avión y que el conductor y productor le había ofrecido un negocio de 4 millones de dólares. Por ese entonces, Sofovich ironizó sobre que la mujer “tiraba paquetes” desde los aviones, dando a entender su relación con el mundo de la droga.

Ayala fue indagada por el juez Aguinsky y, si bien reconoció contactos telefónicos con miembros de la banda, entre ellos de Nicolás Gualco (novio argentino de la modelo colombiana) dijo que fue porque éste la contactó por unos trabajos de modelaje, y luego para que ella le consiga mujeres bellas con el mismo propósito.

También aseguró que ella incluso tuvo encuentros con Gualco y contactos con su tío, Daniel Monroy, pero que luego se desvinculó al no prosperar las negociaciones por el supuesto trabajo.

No obstante, la modelo dijo que quien tuvo contactos más frecuentes con Gualco y su entorno fue su ahora ex marido, Juan Martín Scordamaglia, con quien actualmente afronta un divorcio problemático.

“Él siempre fue una persona agresiva y violenta. Es un hombre golpeador, que me amenazó de muerte en muchas oportunidades y me hacía vivir con miedo. También tengo hechas, actualmente, denuncias de violencia que él ha cometido en contra de mi familia”, declaró en su oportunidad Ayala.

En el transcurso de la investigación, surgió que la mujer tiene a su nombre un restaurante en Las Cañitas de nombre “Nascondiglio”; dos vehículos BMW, otro Mini Cooper, un jeep Cherokee, y un Ford Mustang, entre otros. También cuenta con varias propiedades.

Sobre su supuesta relación con el narcotráfico, el juez Aguinsky sostuvo que “no se ha podido obtener, a partir de las escuchas telefónicas, ninguna referencia o información de que existiera algún vínculo concreto entre la actividad desplegada por Ayala y el hecho” por el cual fue descubierta la banda de la modelo colombiana, y en el que intentaron sacar cocaína rumbo a México.

Pero sobre su patrimonio, Aguinsky remarcó que “las explicaciones vertidas por Ayala no permiten inferir el real origen de los fondos mediante los cuales se habrían adquirido los bienes muebles e inmuebles registrados a su nombre lo cual exige que el organismo del Estado – la UIF- realice una averiguación más profunda al respecto”.

“Quedaría pendiente de investigación la debida justificación del origen de los fondos con los que aquella habría adquirido el patrimonio que está registrado a su nombre, razón  por la cual considero necesario remitir copias certificadas de las partes pertinentes de la causa a la Unidad de Información Financiera, a efectos de que se investigue el origen de los fondos de Ayala”, concluyó el magistrado.

Las fuentes explicaron que ahora la UIF determine una investigación administrativa y preliminar y, de considerar sospechas sobre el origen de los fondos, realice la presentación judicial.

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