Carolina Piparo: "En La Plata no puedo vivir más"
Fue asaltada en su vivienda y habló por primera vez desde que sufrió la trágica salidera: "Nunca hablé antes porque yo no salí de una telenovela".
"La verdad es que estoy sumamente indignada pero ya no asombrada, los delincuentes se mueven en esta provincia con total libertad", dijo Carolina Piparo en su primer testimonio público desde la salidera en que fue baleada estando embarazada, y que terminó con la muerte de su hijo Isidro. "Yo no salí de una telenovela, salí de uno de los crímenes más atroces que pasó en este país".
La mujer decidió romper el silencio luego de que el fin de semana delincuentes ingresaran en un departamento de 14 y 48 que ella acondicionaba para pasar las semanas que durarán las audiencias en las que se juzgarán a los involucrados en el brutal asalto ocurrido en julio de 2010.
"Lo primero que pensé cuando yo había estado con mi hija en el departamento, porque es un departamento que yo iba a acondicionar para pasar el juicio que es próximamente, es en arreglar la puerta, en que nadie se entere porque a mi me cuesta mucho ser una persona pública", manifestó en diálogo con radio Continental. Fue entonces que dijo: "Ustedes saben que yo nunca hablé, que yo nunca aparecí porque yo no salí de una telenovela, salí de uno de los crímenes más atroces que pasaó en este país".
Pero después decidió hacer público el robo. Ella misma se comunicó con el Ministro de Seguridad, Ricardo Casal, y su hermano Matías lo difundió a través de la red social Facebook. "Pensé que así como hubo como 900 salideras antes de morir Isidro, mi hijo, para que se pongan unos biombos y proteger a la gente al sacar dinero, dije, bueno, esto no puede ser así, no podemos esperar que alguien muera en un edificio".
"Por eso decidí hablar con el ministro de Seguridad y decirle lo que pasó, y mi hermano lo dijo en Facebok y me parece que está bien porque si hay que poner un policía por edificio, que se ponga, porque los problemas estructurales en esta provincia son terribles", agregó.
Después cargó contra quienes están acusados de haber participado de la salidera: "Ya no es una cuestión de clases sociales. Yo te puedo asegurar que en las indagatorias de los asesinos de mi hijo ninguno dijo que tenía hambre, ninguno dijo que tenía a sus hijos esperando por la comida, ninguno dijo que no podía conseguir trabajo".
Para Píparo, "esta violencia y este asesinato permanente se ha convertido en un trabajo para ellos, se mueven con total impunidad, no tiene miedo a la cárcel, y la familia queda destruida. Porque ellos están preparados porque saben que puede terminar en la cárcel. Una familia nunca puede estar preparada para nada. Para lo que me pasó a mí, que fue lo más atroz que le puede pasar a un ser humano, perder un hijo. Pasar 40 días en terapia intensiva, que es algo que no se lo deseo a nadie, y la familia queda destruida".
Recordó entonces el momento de la salidera. "Los delincuentes se manejaban en vehículos mucho más caros que el que yo tengo hoy. Eso es lo que quiero que quede claro, que no es una cuestión de derechos humanos, de falta de oportunidades, es una cuestión de que no podemos vivir más así".
Y lamentó: "Que los que trabajamos, que los que pagamos impuestos, que los que damos declaraciones por cada cosa que compramos tengamos que vivir encerrados mientras ellos se manejan con libertad. Porque ellos nos semovían con autos robados, tenían autos propios, y yo en el único lugar que tengo, que es mi vivienda en La Plata, no puedo vivir, porque evidentemente no puedo vivir".
Carolina Piparo reveló entonces que el lugar donde vive actualmente, un departamento en una zona de la ciudad de Buenos Aires, es alquilado por la empresa donde trabaja su marido Juan Ignacio Buzzali., "para que yo viva en un lugar seguro".
Informó entonces que al departamento de calle 14 y 48, al que entraron a robar el sábado, "lo destruyeron". Y agregó: "No eran delincuentes que pasaron de casualidad, eran delincuentes que dejaron balas, que dejaron un arma de fuego al escapar. O sea qué esperamos, que muera alguien en un edficio para hacer algo". Y cerró ese tramo planteando que "no se pueda vivir más así", y que se debe "exigir seguridad porque vivimos presos nosotros porque los delincuentes se manejan con total libertad".
Píparo descartó que el robo en su departamento haya tenido vinculación con la salidera bancaria que la tuvo como víctima. "Lo descarto porque también robaron en otro departamento, aunque lo encontraron vacío, así y todo lo destruyeron, y después entraron a otro".
"Hay casos no tan mediáticos como el mío, de gente a la que le roban diez o quince veces y quedan totalmente desprotegidos. Quiero que empecemos a hablar de los derechos humanos, como los que tenía mi hijo", dijo la mujer, y remató con el tramo más crítico: "En esta Provincia hay problemas estructurales, no se puede vivir más así. A mí no es que me pegaron un tiro y nada más, la violencia con la que me trataron, me golpearon la cabeza, eso no tiene razón de ser".
"Nadie está preparado para que le revisen la casa, le quiten los ahorros de toda su vida. Mis vecinos a los que le robaron no van a quedar tan arruinados como yo, pero de todas forman les roban, y ellos no tienen por qué soportar eso. Nos tenemos que comprometer como sociedad, tenemos el poder de decir basta", manifestó en torno al robo del fin de semana.
14 de mayo de 2012
La mujer decidió romper el silencio luego de que el fin de semana delincuentes ingresaran en un departamento de 14 y 48 que ella acondicionaba para pasar las semanas que durarán las audiencias en las que se juzgarán a los involucrados en el brutal asalto ocurrido en julio de 2010.
"Lo primero que pensé cuando yo había estado con mi hija en el departamento, porque es un departamento que yo iba a acondicionar para pasar el juicio que es próximamente, es en arreglar la puerta, en que nadie se entere porque a mi me cuesta mucho ser una persona pública", manifestó en diálogo con radio Continental. Fue entonces que dijo: "Ustedes saben que yo nunca hablé, que yo nunca aparecí porque yo no salí de una telenovela, salí de uno de los crímenes más atroces que pasaó en este país".
Pero después decidió hacer público el robo. Ella misma se comunicó con el Ministro de Seguridad, Ricardo Casal, y su hermano Matías lo difundió a través de la red social Facebook. "Pensé que así como hubo como 900 salideras antes de morir Isidro, mi hijo, para que se pongan unos biombos y proteger a la gente al sacar dinero, dije, bueno, esto no puede ser así, no podemos esperar que alguien muera en un edificio".
"Por eso decidí hablar con el ministro de Seguridad y decirle lo que pasó, y mi hermano lo dijo en Facebok y me parece que está bien porque si hay que poner un policía por edificio, que se ponga, porque los problemas estructurales en esta provincia son terribles", agregó.
Después cargó contra quienes están acusados de haber participado de la salidera: "Ya no es una cuestión de clases sociales. Yo te puedo asegurar que en las indagatorias de los asesinos de mi hijo ninguno dijo que tenía hambre, ninguno dijo que tenía a sus hijos esperando por la comida, ninguno dijo que no podía conseguir trabajo".
Para Píparo, "esta violencia y este asesinato permanente se ha convertido en un trabajo para ellos, se mueven con total impunidad, no tiene miedo a la cárcel, y la familia queda destruida. Porque ellos están preparados porque saben que puede terminar en la cárcel. Una familia nunca puede estar preparada para nada. Para lo que me pasó a mí, que fue lo más atroz que le puede pasar a un ser humano, perder un hijo. Pasar 40 días en terapia intensiva, que es algo que no se lo deseo a nadie, y la familia queda destruida".
Recordó entonces el momento de la salidera. "Los delincuentes se manejaban en vehículos mucho más caros que el que yo tengo hoy. Eso es lo que quiero que quede claro, que no es una cuestión de derechos humanos, de falta de oportunidades, es una cuestión de que no podemos vivir más así".
Y lamentó: "Que los que trabajamos, que los que pagamos impuestos, que los que damos declaraciones por cada cosa que compramos tengamos que vivir encerrados mientras ellos se manejan con libertad. Porque ellos nos semovían con autos robados, tenían autos propios, y yo en el único lugar que tengo, que es mi vivienda en La Plata, no puedo vivir, porque evidentemente no puedo vivir".
Carolina Piparo reveló entonces que el lugar donde vive actualmente, un departamento en una zona de la ciudad de Buenos Aires, es alquilado por la empresa donde trabaja su marido Juan Ignacio Buzzali., "para que yo viva en un lugar seguro".
Informó entonces que al departamento de calle 14 y 48, al que entraron a robar el sábado, "lo destruyeron". Y agregó: "No eran delincuentes que pasaron de casualidad, eran delincuentes que dejaron balas, que dejaron un arma de fuego al escapar. O sea qué esperamos, que muera alguien en un edficio para hacer algo". Y cerró ese tramo planteando que "no se pueda vivir más así", y que se debe "exigir seguridad porque vivimos presos nosotros porque los delincuentes se manejan con total libertad".
Píparo descartó que el robo en su departamento haya tenido vinculación con la salidera bancaria que la tuvo como víctima. "Lo descarto porque también robaron en otro departamento, aunque lo encontraron vacío, así y todo lo destruyeron, y después entraron a otro".
"Hay casos no tan mediáticos como el mío, de gente a la que le roban diez o quince veces y quedan totalmente desprotegidos. Quiero que empecemos a hablar de los derechos humanos, como los que tenía mi hijo", dijo la mujer, y remató con el tramo más crítico: "En esta Provincia hay problemas estructurales, no se puede vivir más así. A mí no es que me pegaron un tiro y nada más, la violencia con la que me trataron, me golpearon la cabeza, eso no tiene razón de ser".
"Nadie está preparado para que le revisen la casa, le quiten los ahorros de toda su vida. Mis vecinos a los que le robaron no van a quedar tan arruinados como yo, pero de todas forman les roban, y ellos no tienen por qué soportar eso. Nos tenemos que comprometer como sociedad, tenemos el poder de decir basta", manifestó en torno al robo del fin de semana.
14 de mayo de 2012