Cómo atraparon a los hermanos Miguel, el terror de los jubilados del Oeste
Les quitaban sus ahorros y a muchos los mataban. La increíble seguidilla de engaños y su caída durante un robo que no terminó bien.
Tras asaltar a un anciano en su casa, los hermanos Roberto y Sonia Miguel fueron capturados en Lanús la semana pasada. El hombre de 32 años, conocido como “Gitano” o “Monzón”, tenía 11 pedidos de captura, mientras que la mujer, apodada “Enfermera” o “Gitana Choia” contaba con 13, y ambos fueron buscados durante años por su seguidilla de delitos, que llevaban a cabo en la zona Oeste del Conurbano con la siempre vigente modalidad de “cuento del tío”.
Durante el último atraco, el "Gitano" terminó herido y fue trasladado al hospital Paroissien de Isidro Casanova, donde adoptó una falsa identidad y quedó registrado bajo el nombre de Patricio Lionel Martín. Por su parte, Sonia, que fue alojada en la comisaría de Valentín Alsina, tampoco dio su verdadero nombre y la anotaron en el libro de ingresos como María Itatí Enrique, según informa el sitio Online 911.
Sin embargo, un grupo de policías de la División Homicidios advirtió la presencia en el hospital Paroissien de Mirta Costich, a quien conocían por ser la esposa de Roberto Miguel, y comenzaron a sospechar, hasta que descubrieron quién era en realidad Patricio Martín. Luego, como sabían que él siempre actuaba en complicidad con su hermana, también la rastrearon y desenmascararon a la inexistente María Enrique en la mencionada comisaría.
Roberto y Sonia eran buscados desde 2004 por una larga lista de robos y por el crimen de Eduardo Correa, un jubilado de 84 años asesinado en su casa de Villa Galicia, ocurrido en enero de 2006. Además, se sospecha su participación en otros tres asesinatos en el Conurbano y la Ciudad de Buenos Aires.
Roberto era el cerebro del diabólico dúo, que simulaba ser una familia normal y utilizaba a un nene de unos 10 años para mostrarse más creíble. El engaño comenzaba cuando los hermanos se hacían pasar por un matrimonio y llegaban a la casa de un jubilado, mencionándole el nombre de algún familiar con residencia en otro país.
Otras veces se presentaban a sus víctimas como abogados de un estudio jurídico o empleados de un banco, enviados para actualizar una supuesta base de datos. La idea era despojar de sus ahorros a ancianos indefensos, y golpearlos hasta matarlos en caso de encontrar resistencia.
Según fuentes policiales, además de actuar en la zona Oeste, se cuentan casos en distintas ciudades del litoral y el sur del país, como así también en los barrios porteños de Flores, Floresta y Mataderos.
En la UFI Nº 5 de Morón se tramitan al menos nueve causas penales, dos de ellas por homicidio. Sin embargo, existen antecedentes que los vinculan a otros hechos ocurridos en distintas jurisdicciones, como el crimen de Juan Alberto Sorichetti, un jubilado asesinado el 3 de mayo de 2004 en Capital Federal.
El martes 2 de marzo de 2010, después del asalto a un anciano de 84 años en Ituzaingó, la Justicia ordenó 18 allanamientos y secuestró una flota de autos de alta gama - que los hermanos comercializaban con el dinero que robaban - por un valor estimado en 1,2 millón de pesos.
Además, los Miguel no tenían domicilio fijo y acostumbraban alojarse en hoteles de lujo, lo que dificultó aún más su captura.
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