Ituzaingó: Edenor quiere construir una subestación pero los vecinos se oponen

Desde hace años que los vecinos protestan para frenar las obras. Reconocen que se necesitan los transformadores pero no los quieren en el barrio. Serían instalados junto a la cárcel y un basural.

Una audiencia pública celebrada en Ituzaingó, reabrió el debate sobre la instalación de una subestación de alta tensión eléctrica en la Villa de Las Naciones del barrio San Alberto. El conflicto comenzó en 2004 cuando Edenor anunció la instalación de un grupo de transformadores en una manzana del barrio.

Se trataba de un predio verde que también era sometido a una compleja transformación. Se construyó en el mismo espacio una cárcel, la Unidad Penal Número 39, se instaló el depósito judicial de automóviles, el corralón municipal y la planta asfáltica que utiliza Ituzaingó para los insumos de sus obras. Además, en los últimos meses nació un basural que ya tiene pilas de basura de hasta tres metros.
Allí mismo, en un sector de 4000 metros cuadrados se construirá la subestación. La decisión no es arbitraria, Ituzaingó necesita electricidad. Cuando se completen las obras del nuevo hospital y la del palacio municipal el consumo aumentará. Además, la planeada estación eléctrica abastecerá a los partidos vecinos de Merlo y Moreno.

Ante idas y vueltas, y las quejas de los vecinos ante los problemas de salud que generan estas instalaciones, se realizó hace pocos días una audiencia pública para encontrarle una solución definitiva al conflicto.

Para equilibrar el debate, participaron autoridades de Edenor, representantes del Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE), funcionarios municipales, representantes de la oposición, comerciantes y vecinos.

La ingeniera Silvia Menzi, en representación del ENRE, fue la encargada de presidir la audiencia, que se extendió por más de cinco horas. Los primeros en tomar la palabra fueron autoridades de la empresa proveedora de energía, quienes explicaron cómo se desarrollaría el proyecto, según publicó el portal El 1 Digital.

Posteriormente, comerciantes y empresarios ratificaron su apoyo al proyecto argumentando que “Ituzaingó no puede seguir sufriendo tantos problemas con la electricidad, sobre todo, cuando estén listos el hospital del Bicentenario y el edificio municipal”.

Siguiendo esa línea, Alfredo Almeida, secretario de Gobierno comunal, subrayó a El1 que la central “es una necesidad de los vecinos y nosotros tenemos la responsabilidad de resolver los problemas de la gente”.

“No hay muchos terrenos para localizar la subestación y, como en ese lugar se cruzan dos líneas de alta tensión, Edenor pretende instalar los transformadores allí. Es un terreno muy grande que tiene 100.000 metros, no va a haber ningún vecino que esté a 30 metros de la subestación”, prometió el funcionario.

Cuando tocó el turno a los vecinos para dar su opinión se escucharon los argumentos más fuertes y contundentes, además de numerosos. Más de 50 vecinos tomaron la palabra y dieron su parecer. La mayoría se manifestó en contra de la ubicación de la subestación en el barrio y propusieron su relocalización en alguna zona no poblada.

“Todos convenimos en que la necesitamos, pero que sea en otra zona”, explicó a 24CON Andrea Lopardo, vecina y activista en contra de la subestación. “Se puede instalar en la zona del Ceamse, en el Inta, o en Villa Udaondo, se necesita un terreno de 4000 metros y en estos lugares hay. Además, como no sólo va a abastecer a ituzaingó, sino también a otros dos partidos, que se haga una comisión tripartita para encontrar un lugar despoblado”.

 

Los vecinos pidieron que en el lugar donde se erigiría la subestación se construya un espacio verde público para contrarrestar la presencia de la cárcel y de las otras dependencias municipales que han empeorado el barrio. “En el único pedazo libre de esa manzana quieren poner una subestación. Además de los riesgos que trae, está comprobado que da cáncer, es peligroso por si se mete algún nene, si se incendia o si al incendian para provocar alguna fuga en la cárcel. Se pone en riesgo las vida de los vecinos”, aclaró Lopardo.

Otros argumentos además de apoyar a los problemas de salud que acarrearía la subestación, señalaron la depreciación inmobiliaria de la zona y la estigmatización del barrio que ya cuenta con una cárcel, basural y depósitos de chatarra.

La propuesta más contundente apuntó a la relocalización para poder contar con el beneficio de un mejor servicio eléctrico pero sin consecuencias en la salud de los vecinos. Ahora resta que la semana próxima el Enre dictamine si la subestación se construye junto a la cárcel o si se traslada a otro sector del distrito. “Nadie dio una argumento válido para que se quede, nadie dice por qué tiene que estar ahí. Vamos a seguir hasta las últimas instancias. Si la construcción lleva 17 meses, vamos a meter amparos hasta frenarla. Acá no lo vamos a permitir, hay otras alternativas u otros terreno, vamos a seguir hasta las últimas consecuencias”, finalizó Lopardo.


28 de febrero de 2012