Videla reivindicó la dictadura desde la cárcel

El represor fue entrevistado para una revista española. Dijo que no se arrepiente de nada, que "la República está desaparecida".

Jorge Rafael Videla, en una entrevista para la revista española “Cambio 16” desde la cárcel, declaró que no está arrepentido de las acciones que tomo frente a la última dictadura militar y sostuvo que los juicios por los crímenes de lesa humanidad son “políticos” y “parte de una venganza”.

Según el primer presidente de la Junta Militar que azotó al país en 1976, en la Argentina actual “las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón".

"Son todos juicios políticos, como parte de esa venganza, de esa revancha, como parte de ese castigo colectivo con que se quiere castigar a todas las Fuerzas Armadas", sostuvo acerca de los juicios por los crímenes de lesa humanidad.

Para Videla "la República está desaparecida, no tiene Justicia, porque la que tiene es sin esqueleto sin relleno jurídico; el mismo Parlamento... está compuesto por ganapanes que temen que les vayan a quitar el puesto y se venden al mejor postor".

En una frase particularmente cínica, el represor se refirió a la acepción del término de desaparecidos. “El tema es que el desaparecido no sabe dónde está, no tenemos respuesta a esta cuestión. Sin embargo, ya sabemos quienes murieron y en qué circunstancias. También más o menos cuántos murieron, luego cada cual que invente sus cifras”, lanzó.

“Fue un error de nuestra parte aceptar y mantener en el tiempo el término de desaparecido digamos como algo así nebuloso; en toda guerra hay muertos, heridos, lisiados y desaparecidos, es decir, gente que no se sabe dónde está. Esto es así en toda guerra. En cualquier circunstancia del combate, abierto o cerrado, se producen víctimas. A nosotros nos resultó cómodo entonces aceptar el término de desaparecido, encubridor de otras realidades, pero fue un error que todavía estamos pagando y padeciendo muchos. Es un problema que nos pesa y no podemos quitárnoslo de encima. Ahora ya es tarde para cambiar esa realidad”, agregó.

"Mi relación con la Iglesia fue excelente, mantuvimos una relación muy cordial, sincera y abierta. No olvide que incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esa relación de colaboración y amistad", señaló sobre su vínculo con la cúpula eclesiástica. Solamente "una minoría no representativa", dijo, se dejó llevar "por esa tendencia izquierdista y tercermundista, politizada a favor de un bando, de otras iglesias del continente".

 

15 de febrero de 2012