Así fue la vida de uno de los padres del Rock
Fundó y disolvió bandas revolucionarias que ayudaron a dar vida a la música Argentina.
Luis Alberto Spinetta se crió como un pibe más de Belgrano en la década del ’50. Hincha de River, que apenas entrada su adolescencia conoció la guitarra a través de las influencias familiares que lo acercaban al tango. Luego, tuvo un “despertar” musical al conocer a los Beatles.
Con apenas 17 años armó una de las bandas fundacionales de lo que hoy conocemos como Rock Nacional: “Almendra”. Pero para el Flaco siquiera la revolución de esa banda fue suficiente. Tenía mucho más para ofrecer. Entonces decidió hacer su camino con un disco solista, para luego conformar “Pescado Rabioso”.
Pero tampoco le alcanzó para volcar toda su creatividad. Su locura. Se volvió a “divorciar” y con 24 años formó otra banda legendaria: “Invisible”.
En tres años el Flaco se la rebuscó para disolver “Invisible”, probar suerte en Estados Unidos, reunir nuevamente a “Almendra”, formar “Spinetta Jade” (junto a Lito Vitale y Pedro Aznar) y tener a su primer hijo, Dante, quien más tarde sería factótum de “Illya Kuryaki”.
Pese a que el clamor popular intentaba convertir a Charly y el Flaco en una suerte de River-Boca, ambos tocaron juntos en un recordado recital de Obras, para luego grabar juntos varias canciones, pero nunca llegaron ponerse lo suficientemente de acuerdo como para grabar un disco juntos; pese a que Spinetta ya había desarmado “Jade”, según publica JardinDeGente.com.ar.
A partir de allí, sólo fue “El Flaco” (con la excepción de “Socios del desierto”, a mediados de los ’90). Su último gran disco fue “Pan”, en 2006. Y el último gran show fue en Vélez, a fines de 2010, cuando pudo darse el gusto de hacer lo que mejor sabía: rearmó y disolvió todas sus bandas en apenas una noche, con la ayuda de invitados de lujo como Charly, Ceratti, Juanse, Mollo y otros tantos.
“El Flaco” siempre será una de los íconos del Rock Nacional, a quien ayudó a crear. A partir de ahora, seguramente se juntará con Pappo, su amigo Diego Rapoport y por qué no Tanguito y Sandro, con quienes compartió la creación y el nacimiento de eso que hoy llamamos con tanta naturalidad Rock Nacional.