"Descartamos un secuestro y que se haya ido sola"

Silvia Prigent, de 50 años, fue vista por última vez el 29 de diciembre a las 18.30. Le había dicho a su hijo, de 14, que iba a hacer unas compras. Unos vecinos la reconocieron en el cruce de Colón y Tres de Febrero, junto al canal San Fernando, donde esperaba un colectivo. Llevaba el pelo recogido y vestía un pantalón de jean azul, una musculosa floreada y zapatillas azules. Nunca más se supo de ella.

“Por lo menos hace dos días que está todo el sistema de búsqueda funcionando. Todos los organismos que pueden participar, están a full. Hay aportes de muchos datos de llamados al 911 y todos nos sirven. Se van investigando varios caminos”, le contó a 24CON Daniel, hermano de la maestra. "Se investigan detalles familiares, algo tiene que haber que nos de un indicio de algo. Por ejemplo se llevaron la computadora del hijo de Silvia para ver si encontraban algo. Se están haciendo rastrillajes en Escobar y hasta se realizaron rastreos con helicópteros”.

Para Daniel Prigent y la familia de Silvia, hay dos posibilidades sobre su desaparición: “Secuestro extorsivo está casi descartado para nosotros. No es voluntaria su partida tampoco. Para nosotros, la familia, que no somos investigadores ni objetivos, hay dos opciones. Uno es un ilícito, que es lo trágico, lo que no queremos. Y la otra es que esté perdida por algo, que haya perdido el conocimiento y se haya perdido. Por eso necesitamos de la difusión y se investiga cada camino”.

Daniel Sfeir, esposo de la maestra, estuvo en el centro del caso por diversos testimonios de testigos y allegados. Se dijo que al hombre le faltaba una suma importante de dinero y hasta que tenía una amante a quien le había llevado el auto al mecánico. El empresario, sin embargo, desmintió todo. “No tenemos contacto habitual con él. Pero porque todos nosotros estamos continuamente en distintas funciones para aportar datos. Tratamos de tomar todo con pinzas, las cosas se desvirtúan. En la causa no está nada demostrado”, concluyó el hermano de Silvia.

5 de enero de 2012