A casi 2 meses del derrumbe porteño, el cuerpo de Isidoro sigue en la morgue

Su hijo todavía espera el exámen de ADN que confirme su identidad. Los vecinos no recuperaron ninguna de sus posesiones.

 Mariano Madueña aún está a la espera de que le entreguen a Isidoro, su padre, quien murió hace casi dos meses en la tragedia del edificio de la calle Bartolomé Mitre 1232, del barrio porteño de San Nicolás.

Mientras tanto, algunos vecinos esperan el pago de sus propiedades y continúan con su lucha, para recuperar los bienes que quedaron dentro de los departamentos que siguen en pie.

El pasado 4 de noviembre, el edificio de Bartolomé Mitre, lindante a una obra en construcción, sufrió el derrumbe de su tercer cuerpo y, en ese siniestro, murió Isidoro Madueña, de 74 años, quien no pudo ser evacuado cuando los equipos de emergencias pidieron a los vecinos que abandonen sus viviendas.


El cuerpo de Isidoro apareció a casi una semana del derrumbe y su hijo Mariano, a las pocas horas de conocerse la caída de la estructura del edificio, realizó una denuncia por desaparición de persona, que motivó la búsqueda de su padre.

Isidoro vivía en el 3º B del edificio, en el ala que se derrumbó y, entre las hipótesis, se estima que el hombre no pudo escuchar a los rescatistas que alertaron sobre la caída, porque padecía problemas de audición.

Mariano indicó que “a tanto tiempo, todavía no pude retirar el cuerpo de mi papá de la morgue, porque seguimos esperando que la justicia determine si el ADN de mi hermana coincide con el cuerpo de mi padre, que fue encontrado entre los escombros”.

“Me da risa que le hagan una nota en una revista a una chica que pudo sacar el gato del edificio y nadie habla de que mi padre, que fue sacado muerto y sigue en la morgue, sin poder ser despedido por sus hijos”, expresó Madueña a la agencia Télam.

Mariano dijo que “la realidad es que acá hay un muerto que desapareció de la tapa de los diarios y yo vivo pendiente de que me llamen de la morgue, a tal punto que deseché irme a la costa por si me llaman y estoy en el micro”.

Además, agregó que “al cuerpo de mi papá se le cayeron siete pisos encima, lo reconoció una prima mía que me quiso evitar el mal momento y le hacen el ADN con mi hermana para comprobar que es él. Porque, si no fuese él, entonces la noticia sobre el derrumbe sería otra y hablaríamos de un muerto más”, puntualizó.

En cuanto a la causa judicial, señaló que “mi papá no era propietario y lo único que hice es una denuncia por desaparición de persona porque, todavía, los tiempos de la justicia no dicen que es el cuerpo de mi padre”.

El 17 de noviembre, la Legislatura porteña aprobó un proyecto de ley unificado que dispuso el pago de una indemnización de 1.750 dólares por metro cuadrado por cada departamento afectado por el derrumbe.

La normativa, que prevé la expropiación del inmueble, también determinó el pago de 50.000 pesos para los vecinos damnificados y otros 20.000 adicionales para los que perdieron todos sus bienes.

María del Carmen Pizarro, propietaria de la unidad del 7º A, que sigue en pie, indicó que “el Gobierno de la Ciudad nos está apurando para que acerquemos le escritura original de la propiedad, porque parece que salió todo lo de la ley de expropiación”.

Pero indicó que “lo que además queremos los vecinos de los departamentos que están en pie, es que se nos deje sacar los muebles y los objetos que no sólo tienen valor económico, sino también sentimental. Se trata de recuperar lo que es de uno, pero lo único que nos permitieron es entrar 20 minutos para sacar documentación”, finalizó.

 

 

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