Turistas vuelan aviones de la ex U.R.S.S
Un piloto de Gral. Rodríguez contó su experiencia a 24CON. "Vi la curvatura de la Tierra", describió.
Una empresa rusa ofrece un paquete especial, en el que el viajero puede volar varios poderosos jet de combate y vivir una semana junto con los aviadores militares de la ex unión soviética. Aviones como el L29 Albatros, el mítico Mig 29 y el potente Mig 31, al alcance del turismo internacional.
La firma Country of Tourism ofrece un paquete especial en donde el visitante puede conocer y hasta volar aviones que hasta la caída del muro de Berlín estaban completamente vedados para los ojos de occidente: “Somos la única compañía en el mundo que permite realizar los vuelos en aviones de combate MiG-29 y MiG-31”, explicó a 24CON Larysa Alpatieva, representante de "Country of Tourism" en España y encargada del turismo de habla hispana.
Los secretos rusos se han transformado en un llamador de turistas. Los aviones y toda la estructura científica y militar creada durante la época soviética, hoy se muestran a quien quiera conocerla, demostrando la errada concepción de la cultura y conocimientos desarrollados del otro lado del muro. El turismo aeroespacial es un trofeo para el mercado ruso, ya que fue ubicado dentro de las diez aventuras increíbles del mundo, según Organizacion Mundial de Turismo.
“Referente a los vuelos en aviones de combate, los paquetes más solicitados son los de vuelo a la estratósfera en Mig 31 y experiencia de alto pilotaje en Mig 29 que incluye un tour de cinco días con visita a Moscú; El vuelo de entrenamiento en Mig 29; el Tour al cosmódromo Baikonur para ver el lanzamiento de una Nave Espacial. También es muy popular el vuelo con ingravidez para realizar entre grupo de amigos o compañeros de trabajo”, apuntó Laryssa.
El Mig 29 es un caza de combate diseñado en la década del setenta y volado desde los ochentas. Cuenta con dos poderosos motores y un diseño precioso que le permite alcanzar grandes velocidades y una alta maniobrabilidad. Durante casi dos décadas fue el avión de primera línea junto con el Sukhoi 27 con el que la Unión Soviética esperaba alcanzar la superioridad aérea frente a su contrapartida norteamericana, el F16 y F15. Tras la disolución del bloque, Rusia continuó volándolo con modernizaciones que lo mantienen en forma. Sigue siendo un arma letal.
El Mig 31, derivado del Mig 25, es un caza pesado diseñado para volar a altas velocidades. Su función principal era como interceptor, es decir, alcanzar y derribar a cualquier avión que incursionara en el espacio aéreo soviético, y como escolta, defendiendo a los bombarderos propios en caso de atacar bases de la Otan. Destaca su tamaño y sus inmensos motores, los que le permiten superar hasta tres veces la velocidad del sonido y volar casi al límite entre la atmósfera terrestre y el espacio.
“No hay aviones en el mundo que se comparen a los rusos, la consistencia, la presencia, la potencia es impresionante”, explicó a 24CON Héctor Freyre, uno de los pocos argentinos que voló en los famosos cazas rusos. “Una cosa es ver un Mig 29 en una fotografía y otra es tenerlo al frente tuyo”.
Héctor Freyre fue presidente de la Experimental Aircraft Argentina que tiene sede en el Aeródromo Ildefonso Durana de General Rodríguez. Desde allí mismo vuela asiduamente su avión, un Mooney monomotor, muy distinto a los cazas rusos. “Tuve la fortuna de ir a Rusia y volé L 39 Albatros, un Ilyushin 103, y los Mig. No tenía experiencia, pero los aviones vuelan todos de la misma manera, el principio es el mismo, no hubo preparación previa para uno que es piloto. El L 39 es un reactor de entrenamiento, hecho para entrenar a los polotos que recién empiezan en la escuela de aviación militar. Está pensado para hacer lo que el piloto quiera de manera instantánea. Es similar al IA 63 Pampa que vuela la Fuerza Aérea Argentina”.
“Volé el Ilyushin 103 (avión de entrenamiento con un solo motor a pistones) en el mismo lugar donde después volé el Mig 29, una pista de la fabrica Mikoyan Gurevich (MIG). Una pista impresionante por lo ancha y por lo larga. Construida a los efectos de la Guerra Fría. Volé con un piloto de pruebas de la fabrica y era héroe de la Unión Soviética. Tenia la más alta condecoración que un militar podía aspirar”, relató Freyre reconociendo que aún después de muerto seguirá recordando los momentos que vivió en los cielos de Rusia.
“El Mig 29 que volé era un avión de combate, pero biplaza. El instructor me decía la maniobra que iba a hacer y después de que la hacía, yo al repetía. Volé el 60, 70 porciento de los vuelos en todos los aviones. Toneles, rizos, toneles en tiempos, el avión lo hace solo, para donde pones la palanca el avión va. Hicimos maniobras de 6.5 g, volamos hasta 1.8 mach, haciendo maniobras, el avión hizo un 180 con derrape donde el avión el radio que necesita para ir y volver son 300 metros. Son dos turbinas que empujan mucho. Hubo maniobras que yo no podía realizar porque eran muy complicadas; la cobra, el Mig 29 la hace por la habilidad del piloto, por ejemplo. Tampoco había forma de que hiciera un vuelo rasante a diez metros de la pista, no era bueno para nuestra salud”, recordó ante las consultas de 24CON.
El último paso era alcanzar el espacio a bordo de un Mig 31: “es un avión impresionante, tiene 22 mil kilos de empuje cuando un Mirage tiene 7 mil kilos. Es realmente dos turbinas con alas. Es cierto que es un avión viejo, pero mantiene intactas sus cualidades. Con ese avión pude ver que efectivamente la tierra es redonda cuando alcanzamos los 24700 metros de altura. Lo único que hicimos con el avión fue eso, volar hasta esa altura. La velocidad máxima en asenso con 20 grados de pitch (ángulo de elevación de la nariz del avión) fue de 2.67 Mach (Más de 3200 kilómetros por hora), el avión tiraba 4G (multiplicación de la fuerza de gravedad). Se calienta mucho el avión por la velocidad, por la fricción. La barrera del sonido la rompimos recién a los doce mil metros para no molestar al vecindario”, contó Freyre.
“Los rusos son gente muy educada, muy parecidos a nosotros en algunos aspectos. Son un pueblo muy sufrido, en la Segunda Guerra perdieron 36 millones de habitantes, tienen un espíritu muy particular. Al momento de volar, siempre fueron gentiles, me agasajaron con comidas típicas y vodka. La ciudad de Moscú es una ciudad extraordinaria”, finalizó el piloto.
Actualmente, la empresa encargada de estos vuelos recibe pedidos de todo el mundo, aún cuando los precios de cada paquete rondan el valor de una pequeña casa o departamento. El Paquete completo alcanza los 24 mil euros, aunque existen combinaciones más "económicas" desde los 10 mil euros. “Para poder volar en aviones caza no existe ningún requisito especial para salud. Solamente, antes del vuelo los médicos de la Base Aérea Sokol hacen un chequeo al turista comprobando su tención arterial, es importante que la tención esté en norma”, aclaró Larysa Alpatieva desde su Rusia Natal. No obstante, el futuro turista del aire deberápode movilizarse por si mismo por completo ya que debe poder lograr accionar los sistemas de emergencia del avión, como el asiento eyector, en caso de un inconveniente técnico o problema durante el vuelo.
“Con nuestra compañía han volado en aviones de caza muchos turistas de Brazil, México, un turista de Chile y ahora estamos preparando el contrato para dos clientes de Colombia y Venezuela para que realicen el vuelo suborbital”, finalizó la representante de Country of Tourism.
El vuelo al espacio y las maniobras de aviones de combate son un atractivo único que muy pocos turistas han logrado vivir. La posibilidad de proyectarse varias veces más allá que la velocidad del sonido y llevar en los comandos los míticos aviones de la firma Mig conforman una aventura sin igual posible únicamente en los cielos de Rusia.
8 de agosto de 2011