A lo Charly, Calamaro se bajó los pantalones
El salmón le mostró las nalgas a Nueva York.
Andrés Calamaro conquistó la última frontera que le faltaba atravesar: después de triunfar en España y Latinoamérica, desembarcó en los Estados Unidos para una gira que lo llevó a la ciudad de Nueva York y a Miami.
"El Salmón" logró llegar a tocar en el teatro Irving Plaza, el mismo donde alguna vez estuvo un artista neoyorquino de pura cepa como Lou Reed. Pero así como la presentación de Calamaro tuvo momentos brillantes, otros fueron una clara consecuencia del tequila, según publica el diario La Nación.
El comienzo del show fue un poco lento, para hacer entrar en clima al público formado por argentinos, colombianos y otros latinos residentes en Nueva York. Pero después llegaron los momentos conmovedores como la interpretación de "Estadio Azteca" y los momentos de humor, como el del "tequilómetro" versus el "glamourómetro".
Y ahí fue donde comenzaron los problemas: "Si aplauden fuerte al 'glamourómetro', entonces quiere decir todavía estamos en buen estado y podemos seguir tomando tequila", disparó el cantante. El público respondió con aplausos y Calamaro empinó el vaso hasta quedar bajo la total influencia del alcohol.
Para cuando llegó a la interpretación de "Crímenes perfectos", el artista decidió darle la espalda a las 1200 personas que lo habían ido a ver. Entonces, desabrochó su pantalón, lo bajó a la altura de sus rodillas y se inclinó para adelante, ofreciendo "un ángulo diferente" a su público.
Según cuentan, terminó boca abajo en el piso, con los pantalones enredados en las piernas, mientras cantaba el tema de Sumo "Que me pisen". Igual, los fans quedaron satisfechos.
"El Salmón" logró llegar a tocar en el teatro Irving Plaza, el mismo donde alguna vez estuvo un artista neoyorquino de pura cepa como Lou Reed. Pero así como la presentación de Calamaro tuvo momentos brillantes, otros fueron una clara consecuencia del tequila, según publica el diario La Nación.
El comienzo del show fue un poco lento, para hacer entrar en clima al público formado por argentinos, colombianos y otros latinos residentes en Nueva York. Pero después llegaron los momentos conmovedores como la interpretación de "Estadio Azteca" y los momentos de humor, como el del "tequilómetro" versus el "glamourómetro".
Y ahí fue donde comenzaron los problemas: "Si aplauden fuerte al 'glamourómetro', entonces quiere decir todavía estamos en buen estado y podemos seguir tomando tequila", disparó el cantante. El público respondió con aplausos y Calamaro empinó el vaso hasta quedar bajo la total influencia del alcohol.
Para cuando llegó a la interpretación de "Crímenes perfectos", el artista decidió darle la espalda a las 1200 personas que lo habían ido a ver. Entonces, desabrochó su pantalón, lo bajó a la altura de sus rodillas y se inclinó para adelante, ofreciendo "un ángulo diferente" a su público.
Según cuentan, terminó boca abajo en el piso, con los pantalones enredados en las piernas, mientras cantaba el tema de Sumo "Que me pisen". Igual, los fans quedaron satisfechos.