Mendoza en dos días: vinos, tango y pelotitas de golf
24CON pasó dos días entre los mejores placeres. Cómo disfrutar mucho en poco tiempo.
Así como el buen vino necesita tiempo para entregar lo mejor de sí, para expresarse, los viajes tienen un lapso de maceración. El justo para digerir la cantidad de sabores, colores, texturas y olores que el cuerpo es capaz de interpretar.
Sobre todo cuando el receptor es Mendoza, una provincia que propone, incluso en dos días, hacer un recorrido de cinco bodegas, probar más de 15 variedades de uvas, viajar cientos de kilómetros, degustar los mejores platos del país y estar siempre rodeado del paisaje más espectacular que los ojos puedan pedir.
A dos días de haber finalizado el festival “Tango por los caminos del vino”, organizado conjuntamente por el Ministerio de Turismo de la Nación, Bodegas de Argentina y el Ministerio de Turismo de Mendoza entre el 16 y el 25 de septiembre (con 17 shows en distintas bodegas y hoteles), queda totalmente definido que la mixtura entre estas dos artes tiene como resultado el perfecto maridaje.
DIA 1
Es 23 de septiembre y el evento está a 48 horas de finalizar. Nadie se lo quiere perder y es por eso que, en un abrir y cerrar de ojos, el avión descarga a un grupo de periodistas en la “tierra del vino”. Altura, sol y buen clima. Es bien temprano y no hay minutos para quedarse quieto. La ciudad llama. City tour primero: Plaza San Martín, ruinas y Parque Independencia. Todo de un tirón. Pero lo mejor llega al mediodía.
Bodega Vistalba. Carlos Pulenta sabe lo que hace. No es su primera vez en este negocio y se nota en los productos de primera línea que ofrece. Todos tienen un toque distintivo. Desde las exclusivas habitaciones para turistas (por U$D370 la noche) con una impresionante vista hacia los más buscados terroir de la provincia y la siempre presente Cordillera de los Andes, hasta el refinado restaurante La Bourgogne. Donde por sólo U$D70 dólares se pueden saborear platos gourmet como el delicioso “Jabalí a la barbacoa” o la exquisita "Merluza negra con papines".
La degustación guarda tres tonos inmejorables. El renovado Tomero, un Sauvignon Blanc “homenaje a los hombres encargados de abrir las tomas de agua de los viñedos”, según aclara Francisco Orlando, el gerente comercial de la bodega; el imponente Vistalba Corte A malbec y el postre acompañado por un Progenie espumante cobrizo. Con el estómago burbujeante y satisfecho, el recorrido continúa por los gustillos de otra presea: la oliva.
Club Tapiz. En 1890, la casona que hoy alberga 10 hectáreas de uvas tintas, blancas y excelentes aceitunas, no era más que un par de paredes. Con la producción de vino reinstalada en otro sitio en 2002, esta mansión declarada Patrimonio Histórico, Arquitectónico y Turístico del Departamento de Maipú, propone una experiencia totalmente distinta y poco común entre el abundante tinto: la cata de aceite de oliva.
Profundo en la garganta, pica. Arde unos segundos y a lo que menos recuerda es a una ensalada pero “mientras más fuerte y con más olor a pasto, mejor”. Así explica la farmacéutica y enóloga encargada de la producción, María Ravida. El aceite se calienta con el calor de las manos en un vaso shot de tequila, se lo tapa con la palma, se siente el aroma salvaje y se testea un trago corto. “No hace falta tomarlo todo –recuerda Ravida- lo ideal es que disfruten porque también existen variedades”.
En Mendoza siempre hay lugar para un aperitivo más. De la fábrica se caminan pocos metros hasta Pour Le Galeri. El casco principal para eventos, donde el artista Sergio Roggerone decidió inmortalizar un mensaje secreto en un magnífico mural, abre las puertas para tomar algo de la casa y tener un panorama acabado del lugar: “Todo queda en familia –dice Carolina Fuller, representante de relaciones institucionales- por eso queremos invitarlos con algo nuestro”. Otro descorche de por medio.
Renacer. La camioneta vuelve a rugir. Mientras tanto, el sol dibuja una tarde para fotos. El primer show de tango aparece en una glorieta que tiene de escenario, efectivamente, un viñedo. Es en la bodega Renacer donde el sonido de los fados portugueses y los tangos arrabaleros se combinan en Fadango. El trío lanza los primeros acordes al momento en que la luz natural comienza a caer. Las antorchas sienten, al igual que el público, el fresco que baja de la montaña. Todos colaboran para entrar en clima.
Típico de la zona: días a pleno Sol, calor y sequía seguidos de noches frescas y con posible helada.
La música se inmortaliza en el aire y hace honor al nombre del festival. En Renacer se palpa el cariño entre el arte popular por excelencia y la bebida nacional. Toda la postal funde a negro en unas horas. No hay bises, pero sí muchos aplausos.
La Rural. Promediando las 21, la cita es en bodega La Rural. Quizá unas de las más conocidas por su producto de cabecera que ganó varios premios internacionales: Rutini. Un vino de mucha clase, cuerpo y color. La Rural tiene todo el ambiente ataviado para la ocasión. Aunque no necesita maquillarse ya que sus paredes y artilugios denotan más de 100 años de duro trabajo a cuestas. El aura de Felipe Rutini continúa presente hasta en las paredes abarrotadas de añejos retratos.
Enzo de Lucca se pone al frente del escenario. Uno de los mejores bailarines de tango que dio la provincia, ahora se encarga de las vocales y eso emociona. La reunión no es corta pero el cansancio se hace notar. El estómago se abre una vez más, y cinco hambrientos no son buen negocio.
Francesco Ristorante de Barbera. Nada mejor para terminar un día agitado que sentirse como en casa. Para eso está María Teresa Corradini de Barbera, la cocinera que hace más de 57 años trajo la tradición de la comida italiana a Mendoza. A Corradini le gusta definirse como “una mujer que hace de comer y haciendo de comer hace amor”. Simpática, activa e imparable, la también dueña de los históricos La Marchigiana y Vecchia Roma, demuestra que la actitud gourmet se ve mejor saliendo de la cocina.
“Porque me gusta la atención personalizada”, dice la nonna mientras hace alarde de su impecable cava. Todo en Francesco huele apetitoso, sabe rico y recuerda al hogar. Donde las pastas siempre están al dente y el aroma arropa los mejores sueños. Enseguida, todas las abuelas del mundo toman forma en los platos de María Teresa. Imposible no descansar, como quien diría, "estilo bebé". La fórmula perfecta es estómago lleno, corazones contentos. Eso, sin dudas, se logra en Franceso.
DIA 2
La luz se cuela por cualquier rendija. No hay cortinas, persianas e incluso montañas que la frenen cuando la estadía es Mendoza. A las 9 la camioneta parte para el mítico Valle de Uco. Un paraje que ofrece, según los más sabios, los mejores terruños de Cuyo.
Tupungato Winelands. Es posible perderse entre las 400 hectáreas que el exclusivo Tupungato Winelands acapara casi al pie del volcán Tupungato. Si bien hoy está “pelado”, el predio perteneciente a Burco América tiene un proyecto inmobiliario maquiavélico para fomentar el turismo. Cada propietario podrá adquirir una finca, explotar sus propios viñedos y hacer uso de los recursos internos.
A tal efecto, lo que hoy es sólo un restaurante y un enorme campo de golf profesional (del que los entendidos sostienen que podría convertirse en el más importante del país) se transformará en los próximos 12 años en una plaza de juegos, un hotel, un club hípico, una huerta, un club house y un campo de polo.
En eso, unos tiros al green en medio de la clase express dan paso a otra experiencia imperdible.
Tupungato Divino. Es, efectivamente, el sueño hecho realidad. Inmerso en el Valle se encuentra este hospedaje-restaurante perteneciente a dos familias porteñas que, fascinadas por el imponente paisaje y algo agotadas de la rutina citadina, decidieron dejarlo todo para comenzar un proyecto distinto.
Tupungato Divino convierte el relax en definitivo. Por eso sus propietarios volvieron sólo dos veces a Buenos Aires desde su inauguración en 2006. En Divino no se necesita nada más que paciencia, buen gusto y ganas de disfrutar de la mejor comida elaborada por la delicada chef Marta Abraham. Salmón con ralladura de naranja, conejo y pastas rellenas son algunos de los platos que se pueden acompañar con más de 50 marcas de vinos. Lo fundamental, también, es llegar con ansias de probar distintos sabores. Divino lo tiene todo y eso se logra por U$D120 la noche.
Salentein. Se podría decir que “en frente” de Tupungato Divino (porque queda en dirección sur y muy cerca de allí) se ubica la enorme bodega Salentein. Reconocida por sus productos de exportación y por ser los vinos que acompañaron la boda entre Máxima Zorreguieta y el príncipe Guillermo Alejandro de Orange, Salentein recibe turismo mundial constantemente.
En su enorme cava, de tres subsuelos de profunidad, Antonio "El Gaucho" Rivero junto al Anselmi Trío tocan una seguidilla de 2X4 que “piantan” más de un lagrimón. Y no por el frescor que corre a través de la fosa sino porque Piazzola y Pugliese emocionan donde quiera que alguien retome sus acordes.
Intercontinental. Valga la redundancia, el finde toca su fin. Antes del vuelo de regreso, un último show cierra la noche del sábado en el Hotel Intercontinental de Mendoza. El Dúo Elbi Olalla & Victoria Di Raimondo pone a toda la gente de pie. Muchos extranjeros, “que son los mayores asistentes al hotel”, según la gerente comercial Claudia Yanzon, sacan fotos y graban el concierto.
Sobre el escenario, una histriónica pianista que le encuentra una octava de más al teclado también marida perfecto con la pareja de baile que le saca viruta al piso. La gente del hotel está tranquila, tiene la noche a sus pies.
27 de septiembre de 2011
ORGANIZACIÓN DEL EVENTO: Bodegas de Argentina, Secretaría de Turismo de Mendoza, Ministerio de Turismo de la Nación (Subsecretaría de Promoción Turística Nacional)