Filmó los secretos del 11-S y se exilió en Argentina

El camarógrafo perseguido por la CIA, fue torturado y escapó de su país por "saber demasiado".

Se llama Kurt Sonnenfeld, tiene 42 años y es “El perseguido” por los Estados Unidos. Su vida parece una película de Hollywood, pero sin final feliz. El gobierno de Bush, que le permitió tomar imágenes exclusivas del Ground Zero, meses después lo torturó y acusó sin pruebas del asesinato de su mujer. Luego de la absolución, se exilió en nuestro país, pero hasta el día de hoy es controlado de cerca por la CIA. 

El 11 de septiembre de 2001, sólo cinco minutos después de que el primer avión impactara sobre uno de los edificios del World Trade Center, Sonnenfeld recibió un llamado telefónico a su oficina del FEMA (Federal Emergency Management Agency)- una agencia gubernamental que se encarga del seguimiento de las catástrofes y los desastres naturales de Estados Unidos- para que fuera inmediatamente a grabar con su cámara lo que estaba sucediendo en las Torres Gemelas.

Sonnenfeld fue el único documentalista autorizado para tomar imágenes en el Ground Zero y del World Trade Center en pleno momento del atentado. Así fue como, gracias a sus filmaciones, descubrió que el gobierno de George W. Bush ya sabía que iba a ocurrir un atentado de antemano.

El documentalista reveló detalles del atentado y de los momentos previos a que el avión se estrellara contra los edificios en pleno corazón de New York. “El fin de semana antes del ataque, el suministro eléctrico del World Trade Center fue cortado por 36 horas y los edificios fueron evacuados en una operación muy inusual”, expresó Sonnenfeld.

Además, el camarógrafo reveló que “el llamado edificio siete de la CIA se vino abajo sin ser lesionado por avión alguno. No fue mencionado por los medios, ni por la investigación oficial. El edificio hizo implosión perfecta, y demoro sólo cinco segundos en caer”.

Lo mismo sucedió con el edificio seis, también perteneciente a la Agencia Central de Inteligencia: “Vimos adentro de la bóveda que el muro estaba roto y la puerta semi abierta, y vimos adentro y no había nada, la habían vaciado completamente. ¿Cómo es posible para vaciar esta bóveda después de que el primer avión chocara?”, declaró Sonnenfeld.

El perseguido

Un año después del atentado, empezó la pesadilla para “el único”. Sonnenfeld fue encarcelado por el crimen de su esposa, quien en realidad se suicidó, y luego fue absuelto. Sin embargo, también fue víctima de torturas, motivo por el cual denunció a la policía de Colorado, y después decidió exiliarse en Buenos Aires, donde formó una familia.

Pero nuestro país, la persecución continuó, e incluso estuvo detenido durante siete meses en Devoto por solicitud del gobierno estadounidense, hasta que el juez Daniel Rafecas desestimó el pedido por “falta de garantías”. 

“Primero, asocié toda la persecución que sufría a la denuncia que hice por torturas contra la policía de Colorado. Pero las presiones siguieron en otras ciudades del mismo estado, dentro de Estados Unidos y aquí en Argentina. Ahí supe que en realidad estaban detrás de otras cosas: los casetes de mi registro en el Ground Zero”, explicó Sonnenfeld en una entrevista a Página 12.

Sin embargo, en Argentina recibió la ayuda de organizaciones humanitarias y de derechos humanos, que velaron por la protección del “perseguido”, como Abuelas de Plaza de Meyo, CELS y APDH, entre otras. Y además, es custodiado por agentes nacionales día y noche. Pero también, siguen sus pasos de cerca agentes encubiertos de los servicios secretos de Estados Unidos.

Desde su hogar, escribió “El perseguido”, un libro que no sólo relata la historia personal del único documentalista del Ground Zero, sino que también se convirtió en una pieza fundamental para comprender el atentado que dejó más de 2.700 muertos, víctimas en un país que continúa haciéndose la víctima.