Barras: radiografía de un nefasto y evidente poder
La relación de la barrabrava de Independiente con los directivos, la gran influencia de su líder en H.U.A. y la inédita reacción de los hinchas Rojos.
“A Mi me echó la barra de Independiente”, fue la frase del saliente director técnico de Independiente, Antonio Mohamed. El Turco se fue luego de perder por 1-0 ante Boca en el Libertadores de América.
Luego de ese encuentro, la barrabrava del club insultó y amenazó de muerte al DT durante un largo rato dentro de las instalaciones del club. Hasta entonaron la marcha fúnebre. Demasiado para Mohamed, quien no dudó en apuntar a los barras y, por decantación, a la permisiva dirigencia del club, encabezada por el presidente Julio Comparada.
Tal fue el revuelo que se armó luego de las palabras de Mohamed que el propio Turco volvió a hablar y, contra todos los pronósticos, lo hizo de una manera aún más comprometida.
“La directiva le paga a la barra brava. Están tan metidos que los directivos nos los pueden parar. Entonces ellos hacen lo que sienten que tienen que hacer. Se quedaron una hora cantando para demostrarle a todo el mundo que ellos son los que mandan. Llega un momento en el que no los pueden controlar”, relató el Turco en diálogo con “Minuto 90”, programa emitido por Fox Sports.
Mohamed acusó a los directivos, pero también dejó en claro que entiende que estos (con mayor o menor complicidad) no dejan de ser víctimas de los barrabravas. “Yo no transé, pero es un tema recurrente. A veces los dirigentes te pueden proteger y otras veces, no. Pero cuando hay un grupo instalado se les hace muy difícil. Ahora, van a tener que proteger al grupo de jugadores, porque si no, no van a poder estar tranquilos. Julio (Comparada) puede parar a los barras hasta cierto momento, después se le acaba el dinero para seguir bancándolos y entonces vienen los insultos para todos. Nosotros estábamos enojados por eso, la situación se les fue de las manos y decidimos dar por terminada la relación. Comparada ya no podía hacer más nada porque ya están instalados en el club. Ojalá que los puedan alejar un poco del club, que no estén tan metidos adentro", apuntó.
En tanto, aclaró que no tiene miedo sobre su integridad física. "Ellos tuvieron más fuerza que uno. No tengo miedo porque es algo público, les tengo respeto pero miedo no. Nunca hubo una falta de respeto de parte de ellos hacia mí. Si me hubieran querido hacer algo, ya tuvieron oportunidades y sin embargo nunca pasó nada y espero que nunca pase nada con nadie", expresó.
La barra del “Bebote”, la más pesada
La barra de Independiente no es una más. Es una de las más poderosas de la Argentina, con intereses que trascienden los límites futbolísticos y del propio club que aseguran representar. Pablo "Bebote" Álvarez es el líder de la barra y uno de los máximos dirigentes de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, de mucho peso en AFA.
Esto quedó demostrado durante la última Copa del Mundo disputada en Sudáfrica y la reciente Copa América llevada a cabo en Argentina. La barra del “Bebote” manejó los hilos de la “barrabrava de Argentina”.
El presidente Comparada intentó lidiar con los barras de la manera que cualquier empresario piensa que se solucionan los problemas: otorgándoles dinero. Generando que los barras tengan intereses profundos en el club para tenerlos controlados, calladitos, sin chistar. Por lo cual, a los negocios comunes de los barras (estacionamiento, drogas, entradas, porcentajes de jugadores) sumó otros tantos, como contratarlos en calidad de acomodadores o “seguridad” en partidos importantes o el escándalo de la aprobación del balance del último año, durante el cual la oposición fue retirada del recinto por los violentos. La ecuación no resultó.
Los barras se saben poderosos y no tienen ni aceptan límites. Dentro de la institución de Avellaneda, “Bebote” y compañía hacen y deshacen a gusto. Hasta el diario Olé publicó que tienen negocios dentro de la construcción del Estadio del Rojo, como intermediarios entre proveedores y dirigentes. Afuera de la cancha del Diablo también tienen conexiones políticas y “trabajan” para distintos partidos. Imparables.
El grito del verdadero hincha de Independiente
Ante esta situación, que ya supera todos los límites conocidos, los socios de Independiente planean masivamente no acudir a la popular Norte (lugar tradicional de la barrabrava) en el partido frente a San Martín de San Juan. El miércoles se juntarán a las 19 en la sede del club.
“Ningún socio al lado de los 'delincuentes'. Todos a la Sur. Todos somos hinchas de Independiente, pero ninguno barra brava”. Es el lema de un afiche que se diseminó entre los hinchas Rojos a través de Twitter y Facebook, en una reacción que nunca se había visto hasta el momento.
La cita de los verdaderos hinchas de Independiente es a las 19 en la sede de Avenida Mitre 470, en Avellaneda, con la intención de repudiar los hechos de violencia que derivaron en la salida de Antonio Mohamed. Desde allí, marcharán en caravana hasta el Estadio, donde a las 21 el club de sus amores recibirá a San Martín de San Juan, en un partido postergado de la primera fecha del corriente Apertura.
El presente de Rojo, un reflejo de la historia de las barrabravas
“La barra se les fue de las manos”, dijo Mohamed en relación con los dirigentes Rojos. Es cierto. De hecho, es la propia historia de todas las barras resumidas en una. Las barras nacieron como “muchachos rebeldes” que pedían dinero a los dirigentes para subsistir como grupo y así tener mucho tiempo libre para estar siempre en el club y solventar los viajes a las canchas más alejadas.
Luego, los dirigentes comenzaron a abusarse de su posición y se dieron cuenta que si ofrecían más dinero, podían utilizar a esos muchachos con fines políticos y personales. En tanto, los muchachos advirtieron que no hacía falta decir gracias por las limosnas y que podían presionar para pedir más. Más aún después de comenzar a tener lazos más afines y de cooperación mutua con los dirigentes.
Esta bola de nieve fue creciendo. Los barras sumaron al poder de la violencia, el poder de sostener los secretos más oscuros de los dirigentes. En este combo sentaron las bases de un nefasto poder que al día de la fecha es ilimitado y nadie sabe bien (ni tiene muchas ganas) de eliminarlo.
Los barras se expandieron. No se conformaron con el fútbol y también operan para políticos de todos los colores. Tienen porcentajes de jugadores, manejan los estacionamientos, la venta de drogas dentro de los estadios, la reventa de entradas y otras yerbas. Desde hace un tiempo, hasta se "blanquearon" con la creación de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas.
Cada club lidia con sus barrabravas como puede. Algunos eligen divorciarse en público, establecer programas de premios y castigos, pero al fin terminar por amarse a la fuerza en la intimidad, como Vélez. Otros, como Independiente, toman decisiones más peligrosas: involucrarlos dentro de las labores cotidianas del club con el afán de tenerlos controlados. Pero a fin de cuentas ninguna receta es mágica y, a la hora de los bifes, los que mandan son los mafiosos.