Cómo es el perfil de un psicópata capaz de asesinar a una nena de 11 años
Según reflexionó un psiquiatra para 24CON, el asesino pudo haber pensado: "Vos me tirás los medios encima, yo te tiro el cadáver".
“Un loco”, “un enfermo”, un “HDP”. La expresión popular se cuece en furia y bronca contra el asesino que mató a Candela. El autor del titular “asfixia por sofocación mecánica”, el responsable de estrangular a sangre fría a la chiquita, el ideario de poner las manos sobre su cuello y presionar sin piedad ni reparo hasta que el rostro toma un tono violáceo, no tiene juicio ni perdón. Pero sí una explicación: es un cobarde sin agallas. Aunque más profesionalmente, “es un psicópata”.
La determinación no es propia, es del psiquiatra y especialista en psicopatías Hugo Marietán. Como académico, Marietán es catedrático al respecto. Firme y coloquial: “Esta persona convirtió a la nena en un objeto, la cosificó y la utilizó en contra de la familia misma”, señala.
La apreciación está relacionada con la hipótesis más contundente que manejan los fiscales de la causa, que podría haberse tratado de un “ajuste de cuentas” entre el asesino y el padre de la nena. Sobre todo luego de haberse conocido el llamado telefónico donde la voz oculta, refugiada detrás del teléfono, reclamó la devolución de un dinero. Una presunta deuda entre “mafiosos”.
Con la criatura en medio “se está respondiendo a algo que el autor considera injusto”, explica el psiquiatra. Lo que está claro es que, en una operación delictiva, la justicia que reclama el victimario es, por definición, un delito.
Entonces, la nena se transforma en un trofeo. “La convirtieron en un objeto y con el asesinato el autor está definiendo que considera saldada esa deuda”. Un código legendario de la mafia. Una organización que requiere elementos instrumentales para operar. Por más mínimos que sean y por más al Oeste que se encuentren.
El fiscal general de Morón, Francisco Nieva Woodgate, está desbordado. No puede con tantos micrófonos. El periodismo lo alteró tanto que asestó: “No voy a adelantar nada de la investigación muchachos porque cuando yo hablo por televisión también le estoy hablando al autor del crimen”.
Un cara a cara a distancia. Ahora allanan la casa donde habría estado cautiva Candela. Desde donde el responsable de embolsarla como alimento para perros y descartarla en una cargada autopista podría haberse estado mofando de los investigadores frente a algún maltrecho televisor.
El desafío y la confrontación como perro acorralado es inherente al psicópata. “Vos me tirás los medios encima, yo te tiro el cadáver”, habría sido el pensamiento del asesino según Marietán.
El mensaje servirá para el resto de la banda quizá, pero no para una movilizada sociedad. Es que algunos son muy valientes y otros, en cambio, demasiado cobardes.
1 de septiembre de 2011
La determinación no es propia, es del psiquiatra y especialista en psicopatías Hugo Marietán. Como académico, Marietán es catedrático al respecto. Firme y coloquial: “Esta persona convirtió a la nena en un objeto, la cosificó y la utilizó en contra de la familia misma”, señala.
La apreciación está relacionada con la hipótesis más contundente que manejan los fiscales de la causa, que podría haberse tratado de un “ajuste de cuentas” entre el asesino y el padre de la nena. Sobre todo luego de haberse conocido el llamado telefónico donde la voz oculta, refugiada detrás del teléfono, reclamó la devolución de un dinero. Una presunta deuda entre “mafiosos”.
Con la criatura en medio “se está respondiendo a algo que el autor considera injusto”, explica el psiquiatra. Lo que está claro es que, en una operación delictiva, la justicia que reclama el victimario es, por definición, un delito.
Entonces, la nena se transforma en un trofeo. “La convirtieron en un objeto y con el asesinato el autor está definiendo que considera saldada esa deuda”. Un código legendario de la mafia. Una organización que requiere elementos instrumentales para operar. Por más mínimos que sean y por más al Oeste que se encuentren.
El fiscal general de Morón, Francisco Nieva Woodgate, está desbordado. No puede con tantos micrófonos. El periodismo lo alteró tanto que asestó: “No voy a adelantar nada de la investigación muchachos porque cuando yo hablo por televisión también le estoy hablando al autor del crimen”.
Un cara a cara a distancia. Ahora allanan la casa donde habría estado cautiva Candela. Desde donde el responsable de embolsarla como alimento para perros y descartarla en una cargada autopista podría haberse estado mofando de los investigadores frente a algún maltrecho televisor.
El desafío y la confrontación como perro acorralado es inherente al psicópata. “Vos me tirás los medios encima, yo te tiro el cadáver”, habría sido el pensamiento del asesino según Marietán.
El mensaje servirá para el resto de la banda quizá, pero no para una movilizada sociedad. Es que algunos son muy valientes y otros, en cambio, demasiado cobardes.
1 de septiembre de 2011