El descampado que usan los narcos para ajustar cuentas

Hace más de un año, 24CON daba a conocer el abandono de la ruta de Hurlingham donde aparecieron muertos y autos quemados.

El caso Candela activó la alarma. Una vez más, los vecinos del agitado Hurlingham rememoraron todos los crímenes cometidos en los descampados del distrito. Una zona que hace más de un año aparecía en la tapa de 24CON con un informe especial sobre el predio “tierra de nadie” que costea la calle De la Tradición. Donde el desguace y la quema de automóviles robados se hacen un festín junto con la aparición de cadáveres y ajustes de cuenta atribuidos al narco.


La principal arteria que conecta el municipio con Ituzaingó es “una zona liberada”, denuncian los aledaños. Y no es para menos: carece de luces viales, no tiene banquinas y los pastizales cubren gran parte de la ruta. Lo que dio lugar a la historia del “calcinado de la Tradición”.

INFORME PUBLICADO EN FEBRERO DE 2010

 

No llegó a ver la luz de la nueva década. Nunca sospechó que su tumba sería a la vera de la ruta que une Hurlingham con Ituzaingó. Su historia es corta, porque el “calcinado De la Tradición”, por el nombre de la calle donde apareció muerto, perdió hasta su identidad en la noche de su ultimátum. Lo estrangularon con una sábana, le pegaron tres puntazos en la cabeza y con un mechero le quemaron el 80% de su cuerpo. Es el resultado, dicen, "de haber intentado violar a la sobrina de un capo narco”.


Un edredón de dudas se tejió en torno al “calcinado”. ¿Quién es? ¿Por qué lo mataron y lo arrojaron en un lugar donde iba a ser encontrado fácilmente? ¿Quién lo lapidó con tanta saña? Ya pasaron casi tres meses desde su aparición “y no pudimos identificarlo”, según dijo en ese entonces a 24CON el fiscal de la UFI 4 de Morón, Alejandro Jons. “No hubo reclamos por su cuerpo ni tampoco pudo darse con sus asesinos”, recalcó.


Entre dudas y misterios, nadie conoce información fehaciente sobre el hombre salvo que tenía entre 30 y 35 años y la versión que una fuente cercana al hecho deslizó a este medio: “Quiso violar a la sobrina de uno de los capos narcos más grosos de Hurlingham y el tipo tomó la peor revancha: fue personalmente a buscarlo a William Morris, lo esperó agazapado en una garita y cuando el tipo pasó por ahí, el narco lo arrebató por la espalda y le pegó los cuchillazos. Lo mató en el lugar y después lo tiró en la ruta y lo prendió fuego para tapar todo”.


El llamado telefónico sonó a las 6 de aquel 2 de diciembre de 2009 y despertó a un operador del 911. El vecino fue claro: “Hay humo, un Corsa taxi prendido fuego frente al INTA y un hombre que pareciera estar totalmente quemado”. Tenía razón: cuando los uniformados de la comisaría 4 de Villa Mitre llegaron al lugar a pasos de la Fundación Felices los Niños (del condenado por abuso sexual agravado Julio César Grassi), poco quedaba del muerto. En el aire flotó “olor a carne asada” por varias horas y otro sello de la mafia timbró la zona más temida del partido.


La ruta del desguace total. Los lugareños están obligados a transitarlo porque no tienen chance ya que el cruce más próximo está a tres kilómetros de distancia (Avenida Vergara) y están aterrados después de la aparición del “calcinado”. Entre Hurlingham e Ituzaingó, De la Tradición es la vía más frecuentada y la más peligrosa también: faltan luminarias, la maleza cubre casi toda la traza en las veredas entre Gaspar Campos y Gobernador Udaondo y para peor, las tres líneas de colectivo (390, 441, 461) que transitan por allí no frenan por miedo a ser víctimas de la inseguridad.


Recorrer De la Tradición es pasear por un cementerio de autos quemados pos delictum. Hay más de cinco abandonados y chamuscados en esos dos kilómetros. “La mayoría son nuevos”, señaló a 24CON el concejal del ARI Jorge Tassara. Porque recurrentemente “los delincuentes aprovechan la desolación de esta zona para desaparecer los autos robados”.


En este contexto fue que la oposición al intendente Luis Acuña intentó en tres oportunidades que “se hagan cargo de la puesta a punto de la calle con la urgente reposición de los cableados, columnas y lámparas (que nunca estuvieron); el arreglo de los tremendos baches que copan la traza; la colocación de señalización y la remoción de los vehículos”.


Sin embargo, la titular del Concejo y miembro del bloque del PJ, Hilda Cristina López, salió al cruce de los dichos de Tassara: “La luminaria se la roban unos chicos malos y el tema de la puesta a punto tiene que ver con que De la Tradición pertenece también a Ituzaingó y hay que acordar con ellos el tema del presupuesto y obras, pero siempre estamos trabajando para que esté transitable”, enunció al tiempo que asintió que "es cierto que hay muchos autos nuevos, pero pertenecen al poder judicial, no los podemos tocar".


Ambos ex Morón, los distritos median un trajín poco afable. “No somos una isla, Hurlingham está inmersa en el marco de la inseguridad que sufrimos todos”, manifestó López al tiempo que el concejal del ARI retrucó: “Miembros de la comisaría 4ta nos dijeron que tardan entre 20 y 30 minutos en llegar a De la Tradición en caso de una denuncia, no tienen posibilidad de asistir a una emergencia por el pésimo mantenimiento de la calle y por la falta de accesos”.

 


Según pudo conocer este medio, la gestión de Acuña estaría tramitando la “inmediata instalación de otras tres comisarías”. Una de ellas podría quedar afectada a la cobertura de De la Tradición.
Desde la jefatura distrital no dieron datos sobre las denuncias, pero los vecinos “estamos cansados de los intentos de violación y de los robos”, denunciaron y además consignaron que “se dan todos los días”. “No nos dejen en stand by, queremos una respuesta ya”.


El “calcinado De la Tradición” aguarda su identificación en la morgue judicial. Grassi tiene condena no firme y su fundación trabaja envuelta en la maleza que cubre su entrada posterior, la que da a la calle en cuestión. En la ruta del desguace todo es preguntas y las pocas respuestas tienen sello propio: el delito.

 

1 de septiembre de 2011