El entramado detrás de la nueva cancha de Morón
El Gallo se muda de estadio, pero para eso tuvo que negociar durante años con la Intendencia. El clave papel de Coto, los inversores, los planes del municipio y la palabra del presidente del club.
Desde hace más de 40 años el Club Deportivo Morón se ubica en la calle Almirante Brown, en pleno centro de Morón. La cancha, sede y gimnasio se encuentran rodeados por los Tribunales, una de las escuelas más grandes del partido, la estación de tren, la plaza central y el centro comercial. Esto hace que sea imperioso mudar el estadio y así descentralizar el distrito.
Para comprender el entramado de esta historia hay que viajar a fines de la década del ’50. En aquel entonces, el Municipio le cedió las tierras por 99 años a Deportivo Morón para que desarrolle actividades deportivas.
Años más tarde, el Municipio ofreció a la entidad escriturar a su nombre las tierras, pero a la mayoría de los socios les pareció que lo más conveniente era que sigan figurando a nombre del Estado. De esta manera, evitaban eventuales problemas por posibles embargos ante futuras deudas impagas. Es decir; por las dudas.
Pero a mediados de los ’80 el Municipio se puso firme e intimó al Gallo a escriturar. Sin embargo, por entramados políticos que hoy aparecen como demasiado lejanos y engorrosos, Deportivo Morón pudo poner la intimación en el cajón y seguir viaje.
En 2004, la intendencia, con Sabatella a la cabeza, volvió a la carga e intimó al Club para que escriture a su nombre. Otra vez, los socios se reunieron y volvieron a decidir que lo mejor era dejar los papeles como estaban.
Coto, yo te conozco
Por otra parte, la cadena de supermercados Coto compró un predio millonario en Castelar, a unas doce cuadras de la cancha del Gallo, con el objetivo de construir un hipermercado con el aval del por entonces intendente Rousselot. Sin embargo, una vez con Sabatella en el poder, el Municipio impidió que Coto construya un hipermercado en ese lugar (predio de más de cuatro hectáreas que pertenecía a Textil Castelar, desaparecida en 1994) ya que no cumplía con la distancia exigida por una Ley Provincial entre un negocio de semejante envergadura y otros símiles más pequeños.
Ante esta situación, en 2005 el Municipio le propuso al Club un trato que deje conforme a todas las partes: mudar al Club al terreno que Coto tenía abandonado, construir un centro comercial en las dos hectáreas que el Gallo ocupa por estos días y, que allí mismo, Coto construya un supermercado (no híper) y se quede con otras tajadas del venidero centro comercial.
“Estaba todo muy lindo. Pero los socios no querían irse. El Municipio primero ofreció un estadio para 13 mil personas sentadas. Hoy en nuestra cancha entran 19 mil parados. Para que nos vayamos tenían que ofrecernos algo mucho mejor de lo que teníamos”, contó a 24CON Walter Rodríguez, socio y jefe de prensa del club.
“De esa manera comenzaron las negociaciones hasta que llegamos a un acuerdo. La cancha que nos construirán va a ser de 22 mil personas sentadas, con un gimnasio más grande del que tenemos hoy, un micro estadio para unas 3500 personas sentadas, cuatro canchas de tenis, playones deportivos, confiterías y otros beneficios muy importantes, como la construcción de una serie de locales a ser explotados por el Club”, detalló y agregó: “Si esto se hace así, la nuestra estaría entre las 8 o 10 mejores canchas del país”, aseguró.
Distintas autoridades, el mismo plan
Lucas Ghi es el actual intendente de Morón y Jorge Ruiz es el presidente de Deportivo Morón. Sin embargo, a mediados de la década del ’00 Martín Sabatella estaba al mando del partido y Alberto Meyer era el primer mandatario del Gallo.
Por el lado del oficialismo en el distrito las incongruencias no abundan, ya que los barcos de Ghi y Sabatella apuntan en la misma dirección. Sin embargo, en la entidad deportiva la situación no era, en principio, tan simple. Meyer y el Zurdo Ruiz son opositores en el club y esto supone desencuentros a la hora de darle continuidad a una operación de semejante envergadura.
La actual dirigencia asumió a mediados de 2010 y se vieron obligados a revisar todos los pasos avanzados hasta el momento, los cuales no eran pocos. Pero, por suerte para el Gallo y para el proyecto, no se encontraron grandes irregularidades.
“Se hizo todo de la mejor manera. La verdad es que la anterior dirigencia lo manejó muy bien”, reconoció Rodríguez y agregó: “Nosotros seguimos el proyecto y los cambios que se hicieron estuvieron apoyados por la anterior dirigencia”, sostuvo. Aunque no todo es color de rosa: “Lo único que encontramos fue una diferencia entre dólares y pesos en un determinado punto. Dónde acusaban 20 mil pesos, en realidad los papeles decían que eran 20 mil dólares. Pero digamos que sólo equivocaron el signo”, bromeó.
Dos etapas con planes a 2015
El máximo cambio que realizó la nueva dirigencia en este tratado fue la aprobación de las distintas etapas. A diferencia de Chacarita, Independiente y los demás clubes que construyeron un nuevo estadio, Morón no tendrá que pedir prestada una cancha para jugar de local hasta que esté listo el nuevo escenario.
“Una vez que esté terminada la nueva cancha, recién ahí nos mudamos”, sentenció Rodríguez. Pero con todas las construcciones que deben hacerse, la espera sería eterna. Por esto, sólo se esperará que se erijan las mismas comodidades que el club tiene en su tradicional predio: cancha, gimnasio, confitería y las primeras oficinas.
Según el tratado, estas instalaciones pertenecen a la primera etapa y se estima que estén listas para 2013. En la segunda etapa, programada para 2015, se deben construir el micro estadio, la pileta, las cuatro canchas de tenis, los playones, los quinchos con parrillas, el resto de las oficinas y los locales a ser explotados por el club.
Otros detalles del entramado
La cesión de terrenos por parte Coto al Municipio para que éste haga lo propio con Morón y, a su vez, que el propio Municipio ceda determinada parte del terreno que hoy ocupa la cancha del Gallo a Coto, no fue nada sencillo. De hecho, recién en 2009 el enroque fue aprobado por la cámara de diputados.
Además, el cambio de grupo inversor a cargo de realizar las construcciones tanto en la nueva figura física del Deportivo Morón como en el naciente centro comercial también complicó un poco las cosas. En principio estuvo a cargo el mismo grupo privado que realizó grandes obras en Puerto Madero, pero desistió. Su lugar fue ocupado por un grupo inversor más diverso, que incluye al célebre piloto de carreras moronense, Oscar Aventín, la firma Stopcar y el propio Coto, entre otros.
En tanto, los planos y las obras, aprobadas por el club en asamblea en diciembre último, están a cargo del estudio Vila Sebastián Arquitectos, quienes ganaron su intervención vía licitación.
Nueva Área Central Morón
El centro comercial que tendrá lugar en el espacio físico que hoy ocupa la cancha y gimnasio del Deportivo Morón contará con un lago artificial, un supermercado Coto, torres que servirán de viviendas y/u oficinas y diferentes tipos de locales (dos de los cuales serán explotados por el Club: venta de merchandising y una remisería) que conformarán un espacio comercial a cielo abierto. También está la posibilidad de que se construya un estacionamiento subterráneo y un micro cine, entre otras cosas.
Un poco de escepticismo y una garantía de confianza
Si bien en los últimos días una carta de intención fue firmada por todas las partes, el presidente de la institución, Jorge Ruiz, no quiere aventurarse demasiado. “Falta la confirmación. En 15 días se tiene que firmar el fideicomiso y 15 días después comenzarían las obras. Tengo que creer que todo marchará bien, pero esto ya se estiró tantas veces que ya no quiero dar nada por sentado”, confesó el presidente del Gallo.
De todas formas, también mostró su entusiasmo con el proyecto: “Es una necesidad imperiosa para el club y, sobre todo, para el Municipio. Sería un paso para adelante muy importante para la sociedad y para el ciudadano de Morón”, aseguró el mandatario.
El fideicomiso mencionado en los últimos párrafos fue otro de los pedidos del Deportivo Morón y oficia de garantía por si algo no sale según lo planeado. “Si pasa el tiempo y las cosas no avanzan, el club tiene de dónde agarrarse. Por lo menos tendría un resarcimiento económico. Además, el hecho que no nos mudemos hasta que la otra cancha esté terminada, también da la garantía de que el Gallo no se va a quedar sin cancha”, concluyó el Zurdo Ruiz.
Una perla: avenida Rivadavia no es la más larga del mundo
Los argentinos nos jactamos de tener la avenida más extensa del planeta, pero la misma finaliza en pleno centro de Morón y vuelve a erigirse unas 35 cuadras después, ya en Castelar. Aunque el proyecto pretende alimentar aún más ese mito, ya que uno de los puntos incluye darle continuidad a la avenida Rivadavia y así acercarla un poco a su milagrosa resurrección de más de tres kilómetros en adelante.