Sospechan que la química contaminante tendría una parada exclusiva del Roca

Los vecinos linderos a la denunciada productora de soda cáustica Indupa Solvay, radicada en un predio del barrio Altos de Tristán Suárez en Ezeiza, sospechan que lejos de erradicarse dicha industria del distrito se estaría construyendo una terminal del ex ferrocarril Roca que desembocará en la puerta de las instalaciones.

Así lo reconoció la titular de la agrupación Vecinos Autoconvocados en Defensa de la Vida y el Medio Ambiente de Ezeiza (VADVMA) a 24CON, quien sentenció que “la química continúa trabajando pese a no tener los papeles correspondientes”. Además, “pareciera que están levantando una especie de terminal del tren, que de ser así tendrían acceso a materias primas y personal. Lo que indica que continuará funcionando en connivencia con el gobierno municipal”.

La historia de Indupa Solvay está manchada desde un principio. La petroquímica, fiscalmente denominada Solvay Argentina S.A., opera en el país desde dos inmensas plantas que están radicadas en los polos petroquímicos de Dock Sud (partido de Avellaneda, conformado por Shell y DAPSA, entre otras) y Bahía Blanca.

Según publica el blog del Foro Ambiental Echeverría – Ezeiza (FAEE), en forma oficial se dedica a la producción de Soda Cáustica liquida y en escamas (sólida), etanol y PVC, además de acrilato de Butilo y cloruro de Metileno. En la nomina de productos desarrollados por la empresa, la soda es la “menos peor”.
En el boleto de compra venta (con fecha del 29 de abril de 2009) surge que el predio que ocupa las casi 50 hectáreas entre la Ruta 205 y las calles Roma y Concepción, anteriormente conocido como la Estancia Turner, fue vendido por "Marsil Sociedad Anónima, Industrial, Comercial, Financiera, Inmobiliaria, Constructora, Agropecuaria", y adquirido por un grupo de empresarios de Hurlingham bajo la firma Empresa de Transportes Don Pedro S.A.

A raíz de la intimación legal que Indupa Solvay recibió por parte del juez federal de Quilmes Luis Armella, quien interviene en el fallo Mendoza por el saneamiento de la cuenca Riachuelo-Matanza, y que obliga a la industria a regularizar su actividad, la misma estaría buscando otros nortes en forma encubierta. Lo que habría generado una carrera contra reloj para hacerse de una ubicación favorable dentro del Conurbano, “a cualquier costo político”, dijeron desde las agrupaciones ambientales.

Y encontró ese reducto en Ezeiza. ¿Cómo? Según consignaron fuentes políticas locales, sería bajo el ala del hijo del intendente local, Alejandro Granados. El mismo que preside el Club Tristán Suárez y el hombre enviado por la AFA para negociar, en su momento, la continuidad de Maradona en la selección nacional.

Actualmente, VADVMA espera la respuesta de Presidencia de La Nación, donde días atrás enviaron un comunicado para que en el despacho se hicieran eco de la problemática.

22 de febrero de 2011

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