Murió Gerardo Goncebat, el capo del "súper" de la droga

Gerardo Goncebat (50) había quedado parapléjico luego de la tremenda balacera que se desató en la Villa 9 de Julio (partido de San Martín) el 3 de septiembre de 2009 entre dos bandos que bajaron al barrio para recuperar el “corredor de la merca”, y falleció en las primeras horas de ayer en el Hospital Ramón Carrillo a causa de un paro cardiorespiratorio, según dijeron vecinos del barrio a 24CON.

Goncebat cumplía una condena de arresto domiciliario por participar de la batalla que se libró aquel día en la cual, luego de que una facción de la bonaerense ingresara al lugar y que los mismos policías con los que se había infiltrado disfrazado para “batallar” por el mercado se le “dieran vuelta al ver que llegaban miembros de otra jurisdicción”, fue abatido por los uniformados al punto de que lo creyeron muerto y “hasta lo orinaron mientras yacía en el piso”, graficaron los mismos habitantes.

El capo narco era compadre del candidato a intendente de San Martín, Miguel Ángel "Mameluco" Villalba, con quien habría tenido un altercado luego de que trascendiera la versión no comprobada de que Goncebat "pagó a una sobrina de Soledad Lemos", madre del joven Edgardo Kleyer (19) asesinado de tiro por una de las facciones narco del mismo capo (que se disputa el territorio con Javier “El Rengo” Pacheco), para “que hablara mal de él en una nota periodística”.

Entre los mitos que rodean a la tortuosa y, posteriormente, fastuosa vida de Gerardo Goncebat, se corre el rumor de que vivía al estilo capo de cartel: tenía varias estancias en toda la Provincia, a la vez que hacía rancho en una casa ubicada detrás de Tiro Federal y ostentaba el “rancho” más grande de la 9 de Julio. También era muy conocido en los pasillos de la villa gracias a sus regalos de lujo. Se dice que para el cumpleaños de 15 de una de sus hijas, Goncebat le regaló una camioneta 4X4 0Km.

Además, el propio capo de la "merca" habría estado al mando, el día del tiroteo donde mataron a Kleyer, de David Algañaráz (alias Quiqui), el hombre sindicado como el autor del disparo que le atravesó el pecho al joven.

“Se lo pedí mil veces y nunca entregó a los responsables del crimen de mi hijo”, dijo Lemos a este medio y agregó: “El hombre puede zafar de la justicia del hombre, pero nunca de la justicia de Dios”.

27 de enero de 2011

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