La luna de miel de Macri y Juliana

Frente a todos la llamó “mi negrita hechicera” como una forma de explicar el amor que le despertó esa mujer que, en sólo siete meses, lo llevó al altar de nuevo y en su caso, por tercera vez. “Que esta sea la definitiva”, le decían sus amigos a Mauricio Macri (51), un poco en broma y otro tanto como expresión que llame a la buena fortuna. Su casamiento con la diseñadora Juliana Awada (36) se había convertido en “la boda del año” y allí, en Tandil , novios e invitados esperaban con entusiasmo un festejo con aire de campo, pero lleno de romanticismo.

 

Una celebración que revolucionó el pueblo y tuvo de todo: prensa, políticos, aviones privados, baile, y hasta la anécdota del rebelde bigote postizo con el que el jefe de Gobierno porteño se atragantó mientras imitaba a su ídolo: Freddie Mercury. Pasado el susto pero dichosos y rebosantes de amor, ya en la madrugada del domingo 21 de noviembre, los novios dejaron “La Carlota”, la estancia propiedad de Jorge Blanco Villegas, tío materno de Mauricio, para volar hacia Buenos Aires e iniciar su ansiada Luna de Miel.

Festejar en Tandil quedaba lejos, pero Mauricio quiso hacerlo allí donde había nacido y pasado gran parte de su infancia. Por eso no importó el cansancio y la breve noche de bodas. En plena madrugada, los novios tomaron un vuelo hasta el aeropuerto internacional y despistando a la prensa, abordaron a las 07:40 horas el avión de Lan Perú que luego de una escala lo dejó en la Riviera Maya, paraíso de ensueño y destino súper exclusivo. Había que descansar y México resulto la mejor opción.

El lugar elegido para mimarse y quizá, según los deseos de la pareja, para buscar a ese hijo tan deseado, fue el espectacular hotel The Tides Riviera Maya, en donde la combinación de sus jardines tropicales y once kilómetros de playas de arena blanca y aguas turquesas lo vuelven todo un edén de relajación.

Ubicado a 10 kilómetros al norte de Playa del Carmen y a 60 al sur de la ciudad de Cancún, el Tides ofrece los servicios de un lujoso spa, un restaurante que ya ha obtenido importantes reconocimientos gracias a su propuesta vanguardista de “Cocina Mayaterránea”, y la ambientación más romántica para compartir un atardecer en pareja El martes 30 de noviembre, CARAS descubrió de forma exclusiva a los recién casados en pleno desayuno Lejos de todo estrés, la pareja preparaba su regreso a Buenos Aires, para ese mismo día Luego de pasar por Miami, su avión los depositó en Argentina 24 horas después Pese a que su soñada “Honeymoon” había concluido, y aún con arena en sus zapatos, Macri se mostró sonriente y listo para ir desde Ezeiza a su despacho de trabajo Y aunque ninguno de los esposos lució las alianzas matrimoniales, el motivo es conocido: tanto a Mauricio como a Juliana les molesta usar anillos Con el amor y el corazón contento, basta