Inglaterra puso en venta su barco más polémico

El portaaviones fue atacado por la Fuerza Aérea en la Guerra de las Malvinas. 24CON conversó con uno de los pilotos que participó en el bombardeo.

Después de 28 años de la Guerra de Malvinas aún hay historias y misterios que nunca fueron resueltos. O bien, que fueron negados o menospreciados por alguno de los bandos enfrentados. El Portaviones HMS Invencible fue, durante el conflicto, la nave insignia de la Task Force que la marina inglesa desplegó a Malvinas y aun cuando estaba fuertemente defendido, fue atacado por aviones de la Armada y de la Fuerza Aérea Argentina. Este ataque nunca fue confirmado por los británicos.

Tras un fuerte déficit económico la Royal Navy puso a la venta al portaviones Invencible. Según publicó el diario El País de España, los problemas monetarios están haciendo estragos en las armas inglesas, hace unos meses se vendieron o pasaron a reserva los aviones Sea Harrier, sucesores de los que utilizaron durante el conflicto del atlántico sur. Y ahora fue el turno de su plataforma flotante.

El portaaviones en venta, fue construido en 1980 para la Royal Navy con la idea de usarlo en la Guerra Fría contra la Unión Soviética. Sin embargo, dos años después de su botadura se rumoreó que sería vendido a Australia, operación económica que fue interrumpida por la guerra. Durante la Guerra de Malvinas, el príncipe Andrés, hijo de la Reina Isabel II, sirvió como piloto de helicóptero en este buque.

Los países que quieran comprar el Invencible, que fue apartado del servicio en 2005, tienen plazo hasta el 5 de enero para presentar una oferta, según el Ministerio de Defensa Inglés.

“Entonces consideraremos cuál da el mejor valor por él”, indicó un portavoz de esa cartera. “Todas las opciones están abiertas, pero lo más probable es que también se venda como chatarra”, apuntó una fuente británica. No se pudo estimar cuánto podría costar el portaaviones. Todo en el marco de una drástica reducción del presupuesto militar.

La guerra de Malvinas se peleo en distintos escenarios, tanto en la tierra, como en el mar y en el cielo. Sin embargo, fueron los medios aeronavales los que tuvieron la posibilidad de facilitar la victoria a uno u otro bando. Los aviones argentinos lograron llegar infinidad de veces a atacar y bombardear los buques británicos con un alto costo y operando en el limite de las posibilidades. Durante esos ataques, tras superar las defensas antiaéreas de las fragatas dotadas de modernos misiles y cañones, les esperaba un regreso aun más peligroso: Los aviones Sea Harrier que, despegando desde los portaviones Invencible y Hermes, perseguían a los aviones cuando ya no tenían municiones ni combustible.

Los portaviones eran los blancos más difíciles pero los más valiosos también. Quien fue uno de los pilotos que durante la guerra comandó a los aviones tanque que abastecieron a los cazabombarderos, el Comodoro (R) Roberto Briend, contó a 24CON como fue la misión mas temeraria de todas: “fue un objetivo realmente muy interesante, fue muy buscado durante toda la guerra, el Invencible portaba los aviones que realmente nos impedían actuar sobre las islas con total libertad. El comando de la Fuerza Aérea Sur estaba buscando la oportunidad de atacarlo junto con el otro portaviones, el Hermes. Sobre el Hermes creo positivamente que fue atacado el 1 de mayo. El Invencible fue localizado el 29 de mayo”.

Un día después de su ubicación efectiva, dos aviones Super Etendard de la Armada Argentina y cuatro A4 C Skyhawk de la Fuerza Aérea fueron enviados para atacarlo. Los Etendard llevaban el último misil aire-mar Exocet que quedaba en el país. La misión se mantuvo en el más cerrado secreto por lo que muchos de los mecánicos y los pilotos de otros aviones que asistieron al vuelo no supieron cual era el objetivo hasta minutos antes del ataque.

Los cazabombarderos que actuaron durante el conflicto, para lograr llegar al blanco sin ser detectados, volaban al ras del agua, sobrevolando las olas a apenas 60 centímetros. En esta misión además se trazó un trayecto especial para poder lograr la sorpresa y no alertar a los buques ingleses que defenderían al portaaviones. “Las tripulaciones de los dos aviones reabastecedores no teníamos mucha información sobre qué íbamos a hacer, nos enteramos qué íbamos a cumplir en el momento que subíamos al avión”.

Toda la misión se realizó en completo silencio de radio. Los aviones de la fuerza aérea iban cargados con tres bombas con espoletas de retardo, las que demoran la explosión para que el avión no sea atrapado por su propio fuego. Los Etendard serían los encargados de encontrar con sus radares al portaviones en el medio del mar. Luego le lanzarían el misil que deberían seguir los A4 hasta toparse con el Invencible.

“Lo que sentí yo fue, primero, como un vuelo como cualquier otro en el que tocaba reabastecer. Pero después fue una emoción muy grande cuando vi a los aviones soltar la canasta de reabastesimiento e irse. Tuve la posibilidad de sacarle las fotos que han dado vuelta al mundo, inclusive, la foto histórica de los ocho aviones. La emoción se duplicó cuando recibimos a los dos aviones que volvían del ataque. Muchísima pena de saber que había dos que no volvían” explicó Briend que durante el conflicto tenía el rango de Mayor y era el Primer Oficial, el copiloto, del KC-130.

A diferencia de todas las otras misiones que se realizaron durante la guerra en esta los pilotos no fueron designados por sus superiores sino que, teniendo en cuenta la peligrosidad y la alta posibilidad de ser abatido, se pidieron voluntarios. Tal como había sido planeado, tras reabastecerse en un lugar seguro al sur de las islas, los Etendard encontraron el eco radar que denotaba la presencia del portaviones y lanzaron el misil.

Siguiendo la estela dejada por el Exocet los aviones de la Fuerza Aérea volaron hacia el barco. Apenas segundos antes de sobrevolarlo, dos de los aviones fueron derribados, pero los otros dos pudieron descargar sus tres bombas, de 250 kilos cada una, sobre la mole de metal. Escaparon volando a ras del agua y realizando maniobras evasivas constantemente. Luego de la tensión se reunieron con los aviones reabastecedores. Fallecieron  en el ataque el  1er Teniente Vázquez y el 1er Teniente Castillo. Gran Bretaña negó que su portaviones haya sido alcanzado.

“Duda no queda. Los dos pilotos que volvieron contaron lo que vieron, lo que vivieron. Ellos lo atacaron, se le pegó, no se hundió, pero se le pegó. Cuando regresaron estaban en shock. Nosotros desde el Hércules no podíamos identificar quienes eran, pero sabíamos que eran sólo dos (los por aquel entonces Alférez Isaac y el Teniente Ureta). Los otros no volverían” explicó el Comodoro.

Distintas hipótesis se han planteado desde el día en que el Invencible fue atacado. Las mas arriesgadas sostienen que el buque fue hundido y remplazado por su buque gemelo, el Illustrious. Otras hablan de reparaciones de emergencia en alta mar. “Lamentablemente, sólo los ingleses saben lo que paso después del ataque y como ellos tienen el acta de secreto militar no lo van a difundir. Además, el tema del Invencible por decreto será secreto durante 99 años. Cuando se sepa la verdad todos nosotros no vamos a estar para poder enterarnos. En el 95 trabajando para la ONU estuve en lo que era el Congo Belga, allí conocí a un tripulante británico de C-130 que había estado en Malvinas durante la guerra. Nos hicimos amigos y hasta vivió 45 días en mi casa. Siempre le pregunté qué había pasado con el portaviones, pero él sólo se reía, nunca me negó ni confirmó nada”.

“Si fuese vendido en condiciones operativas, debería ser comprado por alguna marina que posea aviones Harrier ya que sólo puede operar con ese tipo de aviones. Seguramente se venda como chatarra” finalizó el profesional.

El Comodoro Briend realizó durante todo abril de 1982 vuelos diarios a Malvinas llevando pertrechos y los elementos necesarios para que los aviones Pucará pudieran operar desde las Islas. Tras el inicio de las hostilidades intercaló los vuelos de reabastecimiento con los de transporte en los que llevaban municiones y materiales para las distintas fuerzas y traían hacia el continente a los heridos por los combates.

En 2007, junto con otros pilotos y veteranos, creo la Fundación Malvinas con el fin de que se le enseñe a las generaciones posteriores a la guerra las experiencias en las islas Malvinas de la boca de los propios protagonistas.


4 de diciembre de 2010

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