Confunden a Fernanda Aguirre con una prostituta rusa

Había desaparecido hace seis años y su madre murió buscándola. La complicidad de las autoridades y el extraño "suicidio" del principal sospechoso.

El silencio que inundó la búsqueda de Fernandita durante seis años se rompió con un rumor tan fuerte que movilizó hasta a la Interpol. En un aviso de internet se veía la imagen de Fernanda Aguirre ofreciendo sus servicios sexuales en un cabaret de España. Sin embargo, tras un allanamiento, lo que podría haber sido la libertad de la joven y la alegría de todo un pueblo no fue más que las intenciones de dar con la justicia superando a la propia realidad. La joven de la imagen de internet no era Fernanda sino una prostituta rusa.

 

Las sospechas emanadas tras una investigación periodística llegaron a la policía internacional (Interpol), quien a su vez se comunicó con la policía nacional española. Los agentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia se pusieron manos a la obra y trataron de dar con la joven y el burdel.

 

A principios de la semana pasada, agentes de Crimen Organizado y de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif) de Valencia fueron al complejo El Romaní e identificaron a todas las mujeres que estaban en ese momento en el club. Además, pidieron la documentación del resto de chicas que no se encontraban en el local.

 

Los funcionario policiales, encontraron a la joven a quien habían confundido con Fernanda Aguirre. En realidad, se trataba de una joven rusa que guardaba cierto parecido con la argentina, pero nada más. La esperanza era realmente una falsa alarma. No obstante, la investigación y la pista apócrifa trajeron nuevamente a las tapas de los diaros una desaparición que estaba casi olvidada por la opinión publica. Y volvió a poner en foco un fenómeno delictivo atroz que en los últimos años se ha intensificado. 

 

Las huellas borradas por el tiempo

 

 

El pasado 14 de abril, Fernanda Aguirre cumplió 19 años de edad separada de su familia, de sus amistades y de todo lo que amaba. Para esa fecha, su madre, María Inés Cabrol, seguía al frente de una búsqueda incansable para encontrarla, que ya llevaba seis años. “No tengo explicación y no puedo imaginar cómo será este día. Es tanto el dolor que tenemos desde que falta ella, que no tenemos reuniones con los parientes. En cada cara de una chica que veo, busco a mi hija. Cambió todo, nos falta la vida”, decía la mujer, hundida en llanto.

A menos de un mes de esas declaraciones, el dolor venció a esta madre, que sufría de cáncer desde hacía tiempo: Cabrol falleció el 11 de mayo sin conocer el paradero de su hija. Ahora, gracias a una investigación periodística que repercutió en Valencia, la caída de una red de trata de blancas abrió, aunque sea durante poco tiempo, la mayor esperanza sobre el caso: Fernandita podría haber sido una de las ocho mujeres rescatadas de un prostíbulo español allanado.

“Lo más triste es que María Inés murió antes de recibir la noticia. Aún cuando la investigación da resultados negativos y se encuentra a la chica sin vida, los familiares siempre agradecen, porque al menos saben lo que pasó. El peor castigo para los padres es la incertidumbre”, señaló a 24CON María  Esther Cohen Rúa, titular de la Comisión Esperanza, que sigue este tipo de causas.

Fernanda Aguirre tenía sólo 13 años cuando desapareció el 24 de julio de 2004 en la localidad entrerriana de San Benito, mientras regresaba caminando a su casa desde el puesto de flores que poseían sus padres cerca del cementerio local.

La investigación fue corta y desalentadora. El entonces gobernador de la provincia, Jorge Busti, señaló como culpables del rapto a Miguel Ángel Lencina y a su mujer, Mirta Chávez, basándose en que el hombre había sido acusado de cometer otras dos violaciones seguidas de muerte. Pero todo quedó en la nada cuando el principal imputado apareció colgado de una reja, en un patio cerrado de la seccional 5ª de Paraná, donde estaba detenido.

A pesar de haber sido condenado por los crímenes anteriores a 20 años de prisión, Lencina gozaba de un régimen especial de libertad transitoria otorgado por la justicia de Paraná. “No se estableció una protección para él y apareció colgado. Se sindicó el hecho como suicidio y se dijo que el responsable se había llevado su secreto a la tumba”, recordó Cohen Rúa sobre la misteriosa – y no investigada – muerte, al tiempo que aclaró que “en la causa intervino un funcionario de asistencia a la victima, que no tenía la seriedad ni la experiencia que se necesitaban”. 

 

El juez que intervino, Felipe Celli, que al poco tiempo se jubiló, dictaminó que la menor ‘’estaba fallecida” y que había una “mano negra” generando “falsas expectativas sobre su destino’’. Sin embargo, a medida que los meses y los años pasaban, los datos acerca de prostíbulos en España empezaron a circular sin descanso por Internet.

En noviembre de 2007, durante una reunión con el gobernador Busti, el papá de Fernanda, Julio Aguirre, tuvo una crisis nerviosa y amenazó al mandatario: ‘’Si usted tiene algo que ver, yo lo mato”, le habría dicho. Cada vez eran mayores las sospechas de que su hija había sido víctima de una red internacional de trata de personas, con complicidad de la policía local y las autoridades.

“En estos casos, se tiene que poner la mirada sobre la complicidad de los funcionarios. Más allá de su ideología política, si son de derecha o izquierda, un funcionario que está involucrado es alguien que no cumplió la función que le fue asignada y la traicionó. Es alguien que no posee valores”, asegura Cohen Rúa.

Y agrega: “La gente no toma conciencia de la gravedad de este delito. Siempre se emparenta a la trata con la prostitución, cuando en realidad la trata es mucho peor, porque las personas son sometidas a la esclavitud, a amenazas, a la privación de la libertad. Eso abre un abismo con respecto a las mujeres que se prostituyen como forma de vida. Además, las personas que frecuentan esos lugares buscan satisfacer perversiones sexuales que no podrían satisfacer con otras mujeres, ni siquiera con las prostitutas”, aclara.

Las redes contra las redes: El inicio del error

A seis años de la desaparición de Fernandita, fue el periodista Fernando Paolella, del sitio digital de Periódico Tribuna, el que reflotó la causa con consecuencias que podrían dar un vuelco de 180 grados y revivir la investigación. A raíz de un dato que le pasó un conocido por la red social Facebook, supo que la chica se encontraría en el Complejo Romaní, una lujosa casa de citas situada en el kilómetro 242 de la carretera nacional 332, cerca de Valencia, España.


La “punta” que siguió el periodista fue textual: "Fernandita Aguirre ‘laburando’ en un cabarulo de lujo en Valencia. España. Googleá ANELA y buscá la revista de la institución. La vas a ver ahí, buscá el aviso de Complejo Romaní, arriba a la derecha del aviso, aparece siempre. El dato me lo pasó un bicho de Gendarmería que estudiaba el asunto hasta que lo radiaron", decía el mensaje.


Así, se dio una particular paradoja: Internet, el mismo medio por el que se publicitaban los servicios del prostíbulo, fue el medio que ayudó a desbaratarlo. Las redes sociales se impusieron ante las otras redes, las ilegales, las que hacen negocios con mujeres esclavas. “Facebook se ha transformado en un herramienta increíble para favorecer a nuestra lucha. La Web es un terreno con todas las carreteras abiertas y, en ese sentido, es un gran aporte”, explicó la titular de Comisión Esperanza.


Las mujeres rescatadas en España con la intervención de Interpol Argentina fueron ocho, cinco de ellas argentinas. Sin embargo, Cohen Rúa destacó que el peligro no termina después de la liberación: “Las personas rescatadas corren un gravísimo riesgo de muerte, porque conocen rostros, saben quiénes frecuentan esos lugares, y muchas veces se trata de gente poderosa y reconocida. Deben tener una protección especial por esto y, además, porque su psicología está avasallada”, indicó.

La especialista puso como ejemplo otro caso reconocido, el de la joven Marita Verón. “Me da mucha ternura el accionar de su madre, Susana Trimarco, pero me pregunto en qué condiciones Marita podría recuperar la libertad después de tantos años. Estas mujeres siempre reciben muchas amenazas, algunas que se concretan, y son sometidas a prácticas terribles por las que llegan a morir”, denunció.

Al mismo tiempo, no descartó que en España y otros países de Europa se encuentren otras muchas jóvenes secuestradas por tratantes de blancas que fueron noticia en los últimos tiempos. “El primer sitio al que se las traslada es por lo general la frontera cercana, y de ahí van a otras latitudes. Si alguien es detenido en el camino y se enteran, los lugares de trata son desmantelados en apenas horas. Por eso se intenta no informar cuando las bandas empiezan a caer. Para cientos de personas, esto es simplemente un negocio fácil y que genera gran cantidad de dinero”, explicó.

 

Tras las expectativas infundadas por la confusión con la prostituta rusa, la búsqueda de Fernandita continúa. Ahora, ya no sólo dentro de las fronteras argentinas, sino ( gracias a internet en gran medida) alrededor del mundo entero.

 

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