Los bailarines del Colón le hacen juicio a Macri

Sostienen que los pisos de la sala no están en condiciones. Diez ya resultaron lastimados.

En la función de la reapertura, el 24 de mayo, tenía que hacer unas variaciones de saltos. Cada vez que brincaba sobre el piso del escenario, sentía que me rebotaba la cabeza. El resultado fue que sufrí una lesión edémica de columna y un desgarro en un pie”, dice la bailarina Miriam Coelho, del cuerpo estable de Ballet del Teatro Colón. Como ella, otros nueve bailarines denunciaron que sucedió lo que más temían: lastimarse por ensayar y actuar en pisos que no son los adecuados, un temor que ya habían anticipado en una nota publicada el 4 de julio en Tiempo Argentino. El conflicto llegó al límite el 29 de septiembre cuando, además de los diez lesionados, todos los bailarines del Ballet decidieron poner un punto final: se presentaron a trabajar, pero se negaron a seguir ensayando en esas condiciones.

El jueves, mediante un comunicado, la dirección del teatro anunció la suspensión de lo que resta de la Temporada 2010 de Ballet, que incluía las funciones de abono y extraordinarias de La bayadera y El corsario, con la participación especial de Paloma Herrera. Y adujo el incumplimiento de las obligaciones de los trabajadores. “Respondieron a nuestro reclamo cerrando las salas de ensayo con candado y suspendiendo la temporada. No estamos reclamando algo sin fundamento, queremos bailar, esta es la profesión que elegimos y amamos hacer esto. Nos quieren dejar como un grupito de agitadores que no cumple con sus obligaciones, es algo inaudito”, dice la primera bailarina Karina Olmedo.

El texto oficial emitido por el Ente autárquico advirtió que “la absoluta falta de garantías respecto del trabajo futuro de un grupo de bailarines obliga a suspender la actividad 2010 de este cuerpo estable”, y responsabiliza a esa “parte de los integrantes” del conflicto y la pérdida de recursos estatales, lo que significa levantar la programación.

Del lado de los trabajadores, su representante legal, Sebastián Alanis, señaló que las acciones que impiden el desarrollo de las actividades “son consecuencia de la impericia e ineficiencia del director general, Pedro Pablo García Caffi, como así también de la directora de Ballet, Lidia Segni. La suspensión de la temporada no sólo demuestra que el Colón no se encuentra en condiciones aptas para el desarrollo de una actividad artística, sino también la clara aversión por parte del gobierno de la Ciudad a garantizar las actividades artístico-culturales.”

Los bailarines recalcaron que no sólo el piso del escenario no está en condiciones sino tampoco los de las salas de ensayo conocidas como La Rotonda y la Sala Auxiliar. “Construyeron un piso en desnivel que inutiliza gran parte del espacio de la sala de ensayos”, explicó el bailarín Néstor Asaff. “El material con que está hecho el piso no es el adecuado y no estamos trabajando en condiciones dignas”, agregó el bailarín Matías De Santis.

“Jamás el cuerpo de baile negó la prestación de sus servicios y cumplió el horario convenido: están los registros de sus asistencias. Cuando se solicitó a la dirección del teatro que enviara a la comisión de sanidad e higiene laboral y a la ART, respondieron suspendiendo la temporada”, finalizó el abogado del estudio Alanis y asociados que, además, también lleva las causas de defensa de patrimonio del Colón y reclamos laborales.

Los bailarines también apuntaron a la contratación de “personal sin concurso en calidad de refuerzos, elegidos a dedo”, a los que “se les otorgó tareas correspondientes a los miembros del Ballet Estable ingresados por concurso, algo por fuera de la tradición del máximo coliseo argentino”. Y aducen que sus sueldos son los más bajos del país en relación con otros teatros como el Argentino, de La Plata, o los del Teatro de Bahía Blanca. “Se nos exige calidad internacional y los sueldos no son acordes con la tarea que estamos realizando”, agregó el bailarín Sergio Hochbaum.

 

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