De Morón al mundo
"Tejiendo por un Sueño": abrigan a los recién nacidos con un gesto solidario
Cada año, Karina Rodríguez y sus colaboradores regalan frazadas de lana para los bebés carenciados de hospitales en todo el país. Historia de una iniciativa que nació en Morón y llegó a Israel.
Karina Rodríguez es neonatóloga del Hospital Municipal de Morón “Ostaciana B. de Lavignolle” desde hace 13 años. Pero hace 11 que su trabajo médico tomó un rumbo distinto, después de ser testigo de una situación que despertó su lado más solidario. A la salida, vio cómo una humilde madre fue frenada por los agentes de seguridad, que le impidieron llevarse una manta del hospital para su hijo recién nacido, a quien no tenía con qué abrigar del frío.
“La manta estaba en pésimo estado, pero aún así era lo único que esta mujer podía usar”, relató Rodríguez a 24CON. “Eso me hizo ver las necesidades de mi hospital, darme cuenta de las mamás que se sacaban sus propios abrigos para cubrir a sus bebés”.
Así, con la ayuda de su madrina Olga, que le enseñó a tejer cuando era chica, Karina dio vida a “Tejiendo por un sueño”, un proyecto que en más de una década superó tanto expectativas como fronteras. Empezaron armando algunos cuadrados de lana de 10 centímetros por 10, que luego unían para formar la frazada. “Como yo no tenía tiempo por mi trabajo, mi madrina me cosía las mantas y yo las llevaba al hospital, y se las daba a las mamás que no tenían ropa”, cuenta la médica.
Hasta que un día se les ocurrió mandar una cadena de e-mails comentando lo que hacían, para ver si alguien se interesaba en ayudarlas. “Teníamos pocas expectativas, nunca pensamos acumular más de dos mil cuadrados”, recuerda. Sin embargo, el poder de Internet, sumado a la enorme llegada de Facebook - donde incorporaron en 2009 una página de “Tejiendo…” – provocó una respuesta inesperada: el año pasado juntaron 28 mil cuadraditos de lana, y este año crecieron mucho más, al acumular 113 mil que sirvieron para armar 1700 mantas.
A medida que el sueño crecía, también fueron ampliando sus horizontes. Primero, pasaron de entregar frazadas en Morón a extenderse por todo el Conurbano, en hospitales como el Paroissien de Isidro Casanova y el del Kilómetro 32 de González Catán. Y en los últimos años “Tejiendo por un Sueño” se volvió una iniciativa nacional, que recorre centros de salud de las más diversas provincias y hasta comunidades aborígenes, como la Wichi del Impenetrable chaqueño.
“Si en Morón había necesidades, no me imaginaba lo que sería en el Interior”, asegura Karina. “Con el tiempo nos empezamos a quedar cortas de producción, pero cada vez se iban sumando más personas”. En el inicio, la ayuda se la dio su compañera de guardia en Neonatología, Laura García, junto con algunos otros doctores. Hoy, cuentan con más de 700 colaboradores activos que tejen en todo el país.
Para que las mantas lleguen a las provincias, las envían por micro a las tejedoras voluntarias que se encargan de repartirlas. Aunque algunas veces Karina va a entregarlas personalmente, como ocurrió en Córdoba y San Nicolás. “La primera reacción de las personas que reciben la ayuda es de sorpresa, al saber que hay gente solidaria que se ocupa de algo tan particular. Además, este proyecto hizo que se pongan en movimiento en el Interior, y se crearan grupos locales que producen por sí mismos y nos alivianan el trabajo”, comenta.
La página en Facebook también le dio a “Tejiendo…” un alcance internacional. “Llegaron por correo cuadraditos de argentinos que viven en España y Estados Unidos, que se enteraron y quisieron aportar algo. También se difundió la iniciativa en Israel”, señala la creadora del grupo.
Los cuadraditos se reciben de abril a octubre, ya que las tejedoras toman los meses de calor para armar las mantas y así poder entregarlas en el invierno siguiente. Con 36 cuadraditos se confecciona una tela de 65×55 centímetros para un bebé. Uniendo cuatro de estas mantas, ya se logra cubrir una cuna y, si se juntan seis, se alcanza el tamaño para una cama de una plaza.
“Aunque ahora tenemos frazadas, hay muchos problemas más graves que no podemos ni tenemos que solucionar nosotros. Lo mejor que podría pasar con esta iniciativa es que no tenga que existir, porque significaría que las autoridades se están haciendo cargo de lo que deben”, reconoce Karina.
Para colaborar, se puede visitar “Tejiendo por un Sueño” en Facebook, que actualmente cuenta con más de 7 mil seguidores. Allí se informa dónde se pueden realizar las donaciones y dónde fueron entregadas las mantas, además de publicar fotos y videos de las “mateadas” que organizan las tejedoras para realizar su trabajo en conjunto y conocerse personalmente.
“La manta estaba en pésimo estado, pero aún así era lo único que esta mujer podía usar”, relató Rodríguez a 24CON. “Eso me hizo ver las necesidades de mi hospital, darme cuenta de las mamás que se sacaban sus propios abrigos para cubrir a sus bebés”.
Así, con la ayuda de su madrina Olga, que le enseñó a tejer cuando era chica, Karina dio vida a “Tejiendo por un sueño”, un proyecto que en más de una década superó tanto expectativas como fronteras. Empezaron armando algunos cuadrados de lana de 10 centímetros por 10, que luego unían para formar la frazada. “Como yo no tenía tiempo por mi trabajo, mi madrina me cosía las mantas y yo las llevaba al hospital, y se las daba a las mamás que no tenían ropa”, cuenta la médica.
Hasta que un día se les ocurrió mandar una cadena de e-mails comentando lo que hacían, para ver si alguien se interesaba en ayudarlas. “Teníamos pocas expectativas, nunca pensamos acumular más de dos mil cuadrados”, recuerda. Sin embargo, el poder de Internet, sumado a la enorme llegada de Facebook - donde incorporaron en 2009 una página de “Tejiendo…” – provocó una respuesta inesperada: el año pasado juntaron 28 mil cuadraditos de lana, y este año crecieron mucho más, al acumular 113 mil que sirvieron para armar 1700 mantas.
A medida que el sueño crecía, también fueron ampliando sus horizontes. Primero, pasaron de entregar frazadas en Morón a extenderse por todo el Conurbano, en hospitales como el Paroissien de Isidro Casanova y el del Kilómetro 32 de González Catán. Y en los últimos años “Tejiendo por un Sueño” se volvió una iniciativa nacional, que recorre centros de salud de las más diversas provincias y hasta comunidades aborígenes, como la Wichi del Impenetrable chaqueño.
“Si en Morón había necesidades, no me imaginaba lo que sería en el Interior”, asegura Karina. “Con el tiempo nos empezamos a quedar cortas de producción, pero cada vez se iban sumando más personas”. En el inicio, la ayuda se la dio su compañera de guardia en Neonatología, Laura García, junto con algunos otros doctores. Hoy, cuentan con más de 700 colaboradores activos que tejen en todo el país.
Para que las mantas lleguen a las provincias, las envían por micro a las tejedoras voluntarias que se encargan de repartirlas. Aunque algunas veces Karina va a entregarlas personalmente, como ocurrió en Córdoba y San Nicolás. “La primera reacción de las personas que reciben la ayuda es de sorpresa, al saber que hay gente solidaria que se ocupa de algo tan particular. Además, este proyecto hizo que se pongan en movimiento en el Interior, y se crearan grupos locales que producen por sí mismos y nos alivianan el trabajo”, comenta.
La página en Facebook también le dio a “Tejiendo…” un alcance internacional. “Llegaron por correo cuadraditos de argentinos que viven en España y Estados Unidos, que se enteraron y quisieron aportar algo. También se difundió la iniciativa en Israel”, señala la creadora del grupo.
Los cuadraditos se reciben de abril a octubre, ya que las tejedoras toman los meses de calor para armar las mantas y así poder entregarlas en el invierno siguiente. Con 36 cuadraditos se confecciona una tela de 65×55 centímetros para un bebé. Uniendo cuatro de estas mantas, ya se logra cubrir una cuna y, si se juntan seis, se alcanza el tamaño para una cama de una plaza.
“Aunque ahora tenemos frazadas, hay muchos problemas más graves que no podemos ni tenemos que solucionar nosotros. Lo mejor que podría pasar con esta iniciativa es que no tenga que existir, porque significaría que las autoridades se están haciendo cargo de lo que deben”, reconoce Karina.
Para colaborar, se puede visitar “Tejiendo por un Sueño” en Facebook, que actualmente cuenta con más de 7 mil seguidores. Allí se informa dónde se pueden realizar las donaciones y dónde fueron entregadas las mantas, además de publicar fotos y videos de las “mateadas” que organizan las tejedoras para realizar su trabajo en conjunto y conocerse personalmente.