De una mina a otra
¡La increíble historia del minero bígamo! El miércoles 13 terminó el rescate de los 33 mineros que estuvieron 70 días atrapados en una mina, a 700 metros de profundidad. Y uno de ellos se hizo famoso porque sobre la tierra lo esperaban su esposa desde hace 28 años… ¡y su amante! Detalles de una historia de película.
El rescate de los mineros chilenos fue un éxito. Los 33 hombres que quedaron atrapados a casi 700 metros de profundidad, sepultados en las ruinas de la mina San José, en Copiapó, esperaron 70 días para volver a ser libres. Un suceso mundial, que trajo reminiscencias de la llegada del hombre a la Luna, y quedará sellado por siempre en la memoria de los mil millones de personas que –aseguran– siguieron el salvataje por televisión. Y en medio de esta historia, Paparazzi decidió poner su foco en un personaje que le dio un toque de color a una situación que se planteó trágica desde su inicio. Un hombre que el día del derrumbe no tenía que trabajar, pero aceptó hacer turno doble –¡qué profecía!–. El es Yonni Barrios (50), conoce la mina desde hace 25 años –experto en minas, je–, y le dicen el doctor, por sus conocimientos de primeros auxilios. Sin embargo, se lo describa como se lo describa, el bueno de Yonni será conocido para la posteridad como… el minero bígamo.
¿Te conozco? Los periodistas que llegaban a Copiapó se sorprendían con una particularidad: frente al campamento de rescate había 34 altares para los 33 mineros. Claro, Yonni tenía dos. Uno lo montó Marta Salinas (56), su mujer desde hace 28 años. El otro lo hizo Susana Valenzuela (50), su novia desde hace cinco. Las chicas se encontraron junto al resto de los familiares mientras paseaban con la misma foto… ¡y ardió Troya! El mundo fue por ellas, hasta el diario The Sun, de Inglaterra, les hizo una nota. “El me quiere y soy su devota esposa”, dijo la oficial. “Estamos enamorados, le esperaré a que salga”, dijo la otra. En el medio, un millonario minero repartió bonos para los familiares, y las Yonni girls se disputaron los 10 mil dólares que les correspondían. Dicen y aseguran los hermanos del Pacífico que los reclamos fueron mutuos y que se intercambiaron algún que otro golpe.
¿Hay que salir? Llegó el milagroso miércoles 13 de octubre, y Yonni salió a tierra a las 16.40 de la tarde. La polémica instalada del otro lado de la Cordillera era saber quién estaría esperándolo. Cada mi nero podía elegir tres personas, y el atrevido de Yonni pidió por sus dos mujeres. Marta, la oficial, dijo que no compartiría escena con Susanita. ¡Hasta la Primera Dama chilena, Cecilia Morel, salió a opinar al respecto! “Ella me dijo que hice bien. Estoy contenta que esté bien, es un milagro de Dios, pero no voy a presenciar su salida. Me lo pidió, pero parece que también se lo pidió a la otra y yo tengo mi dignidad. La cosa ahora es clara, es ella o yo”, comentó la mujer engañada. “Ni por la tele lo voy a mirar”, agregó ella, despechada. Al momento de salir, entonces, junto al agujerito de donde salía la cápsula Fénix 2, paradita junto al presidente Miguel Piñera, se encontraba Susana. Con una cara que lo decía todo, Yonni se puso serio, recibió los abrazos de su enamorada y se mantuvo inmutable cuando ésta atinó a darle algunos pocos besos sobre su boca. Así, la meritoria actividad de Yonni bajo tierra, revisando y redactando informes médicos sobre sus colegas, dando inyecciones y controlando infecciones, quedará opacada por el escandalete que se disparó entre Marta y Susana. Bienvenido a la vida y a la fama para el minero bígamo. O el minero 21, por el orden en que fue rescatado a las alturas. El 21, para los quinieleros, la mujer… que en este caso fue doble.
¿Te conozco? Los periodistas que llegaban a Copiapó se sorprendían con una particularidad: frente al campamento de rescate había 34 altares para los 33 mineros. Claro, Yonni tenía dos. Uno lo montó Marta Salinas (56), su mujer desde hace 28 años. El otro lo hizo Susana Valenzuela (50), su novia desde hace cinco. Las chicas se encontraron junto al resto de los familiares mientras paseaban con la misma foto… ¡y ardió Troya! El mundo fue por ellas, hasta el diario The Sun, de Inglaterra, les hizo una nota. “El me quiere y soy su devota esposa”, dijo la oficial. “Estamos enamorados, le esperaré a que salga”, dijo la otra. En el medio, un millonario minero repartió bonos para los familiares, y las Yonni girls se disputaron los 10 mil dólares que les correspondían. Dicen y aseguran los hermanos del Pacífico que los reclamos fueron mutuos y que se intercambiaron algún que otro golpe.
¿Hay que salir? Llegó el milagroso miércoles 13 de octubre, y Yonni salió a tierra a las 16.40 de la tarde. La polémica instalada del otro lado de la Cordillera era saber quién estaría esperándolo. Cada mi nero podía elegir tres personas, y el atrevido de Yonni pidió por sus dos mujeres. Marta, la oficial, dijo que no compartiría escena con Susanita. ¡Hasta la Primera Dama chilena, Cecilia Morel, salió a opinar al respecto! “Ella me dijo que hice bien. Estoy contenta que esté bien, es un milagro de Dios, pero no voy a presenciar su salida. Me lo pidió, pero parece que también se lo pidió a la otra y yo tengo mi dignidad. La cosa ahora es clara, es ella o yo”, comentó la mujer engañada. “Ni por la tele lo voy a mirar”, agregó ella, despechada. Al momento de salir, entonces, junto al agujerito de donde salía la cápsula Fénix 2, paradita junto al presidente Miguel Piñera, se encontraba Susana. Con una cara que lo decía todo, Yonni se puso serio, recibió los abrazos de su enamorada y se mantuvo inmutable cuando ésta atinó a darle algunos pocos besos sobre su boca. Así, la meritoria actividad de Yonni bajo tierra, revisando y redactando informes médicos sobre sus colegas, dando inyecciones y controlando infecciones, quedará opacada por el escandalete que se disparó entre Marta y Susana. Bienvenido a la vida y a la fama para el minero bígamo. O el minero 21, por el orden en que fue rescatado a las alturas. El 21, para los quinieleros, la mujer… que en este caso fue doble.