Jura que su ex casi lo mata con una foto y un sapo

Un hombre atribuye a una brujería de su mujer sus repentinos problemas de salud.

Alberto tenía 52 años, ningún problema de salud y un negocio en Villa Tesei que le brindaba bienestar familiar. Hasta que su salud se comprometió, al punto que bajó 30 kilos. “Me estaba secando”, contó el hombre, que recorrió infinidad de consultorios médicos y especialistas, sin ninguna solución. Finalmente, la víctima asegura que una ex pareja le había provocado un maleficio hecho en ocasión de los “festejos” de Halloween del año pasado que apuntaba a terminar con su vida, mediante un sapo enterrado con vida y una foto suya dentro de la boca del animal.


El caso fue revelado por el obispo Manuel Acuña, quien recibió en estado de absoluta desesperación al hombre, tras lo cual comenzó un proceso de “liberación y sanación espiritual”, que pudo frenar la maldición antes de que, según él, sea tarde. “Llegamos justo a tiempo. Alberto, cuando lo conocí pesaba menos de 50 kilos, y era un hombre que pasaba los 80 kilos dos meses antes. Le hicimos una profunda sanación, que de inmediato tuvo resultados positivos, porque comenzó a recuperar masa corporal, comer mejor y sentirse pleno otra vez”, dijo el religioso.


El problema fue -de acuerdo a lo expresado por Acuña- que Alberto debía seguir una rígida liberación mediante oraciones específicas de manera cotidiana, sin embargo apenas sintió mejoras concretas abandonó el tratamiento espiritual.


Carnet de fantasma
El sacerdote explicó que “las denominadas celebraciones Halloween, que está ingresando a nuestro país de manera preocupante, y no sólo por cuestiones culturales alejadas de nuestra historia, son aprovechadas por brujos y sectas para llevar adelante oscuros maleficios, pedidos por personas que sienten odio hacia prójimos, como fue el caso padecido por Alberto, que tenía carnet de fantasma cuando lo vi por primera vez en nuestra parroquia”.


Acerca de lo ocurrido tras Halloween, Acuña detalló que “Alberto, a mediados del año comenzó a sentirse mucho mejor, recuperó peso y su vida, y optó por suspender sus oraciones, cometiendo un grave error, porque perdió lo que llamamos su armadura de Dios contra nuevos trabajos, algo que ocurrió el 31 de octubre, cuando fue renovado el trabajo, por lo que la maldición lo atacó con mayor fiereza, casi de una modo devastador para su integridad física”.


Sueños del horror
“Descubrimos que el trabajo se había hecho con un sapo y la foto por los propios sueños que tuvo Alberto en sus peores momentos -dijo Acuña-. Los sueños son utilizados por Dios para advertirnos del daño que nos puede afectar. Tuvimos que trabajar muchísimo para anular el segundo trabajo. Afortunadamente, se logró alejar el mal del cuerpo de Alberto. Nuevamente se recuperó completamente, y esta vez tomó verdadera conciencia del peligro que corría”, aseguró.


Además del abrupto descenso de peso, Acuña contó que “en este tipo de trabajos, la persona afectada también puede sufrir pinchazos en el cuerpo o una extrema presión en el pecho, al punto que se torna dificultoso respirar”. También destacó que “hay trabajos que apuntan a provocar el quiebre económico de la persona, sin embargo los más utilizados son aquellos cuyo objetivo es causar daños físicos, en rigor directamente la muerte”, finalizó.


Fuente: Pachi La Fata/Diario Popular


17 de octubre de 2010