Los mineros sufren la abstinencia de alcohol y tabaco

Una copita de vino. O 33 copitas. Eso es lo que pidieron los mineros chilenos atrapados a 700 metros de profundidad en su primera conexión telefónica con el presidente, Sebastián Piñera. La excusa fue que el grupo quiere brindar, como el resto del país, por el bicentenario de la independencia, el 18 de setiembre. Sin embargo, según las autoridades, algunos de ellos estaban acostumbrados a consumir alcohol con asiduidad y ahora estarían atravesando un síndrome de abstinencia.

"Algunos ingerían cantidades importantes. A veces no es conveniente que una persona corte de golpe con la adicción, pero lo único que podemos hacer es enviarle vitamina B y ácido fólico", manifestó el ministro de Salud, Jaime Mañalich, en declaraciones al diario español "El País". Por ahora, aclaró, no se les enviará bebidas alcohólicas ni tampoco cigarrillos, aunque casi todos lo han pedido.

Las condiciones en que se encuentran los trabajadores, atrapados en la mina de San José desde el 5 de agosto, no son las ideales para superar un síndrome de abstinencia: se mueven en un espacio de 40 metros de largo por cuatro de alto. Si descienden una rampa, pueden deambular por otros 100 metros. Entre esos límites deben calmar la ansiedad, los ataques de ira, los sudores fríos y la depresión. Hasta ahora, esos problemas no han afectado aparentemente la convivencia.

Una voz en el teléfono
Momentos muy emotivos vivió ayer el grupo cuando dialogó directamente con sus parientes gracias a una línea telefónica instalada mediante un ducto. Es el mismo aparato que desde hace días usan las autoridades y rescatistas para dar instrucciones y pedir información.

Los familiares instalados en el campamento "Esperanza" hablaron dos minutos cada uno. Alicia Campos, madre de Daniel Herrera, dijo estar muy feliz y emocionada tras el contacto con su hijo. "No creo que esté en las mejores condiciones, pero no lo noté mal", señaló Antenor Barrios, padre de Carlos Barrios.

Mañalich, informó que entre hoy y el miércoles los trabajadores serán vacunados contra el neumococo y contra la influenza. "La idea es cuidarlos y mantenerlos en buen estado de salud: la humedad y el ambiente que existen abajo, en la profundidad de la mina, pueden ser complejos y provocarles infecciones, por eso estamos reforzando su inmunidad", explicó.

Fuente: Télam

30 de agosto de 2010

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