"Operación Masacre" a la mexicana: habló el único sobreviviente de la matanza
Más de 70 personas fueron asesinadas en Tamaulipas, muy cerca de la frontera de EUA.
Un grupo de 72 migrantes (58 hombres y 14 mujeres) de Centro y Sudamérica con el que viajaba, fue secuestrado durante el fin de semana por sicarios mexicanos en el norteño estado de Tamaulipas, a unos 160 kilómetros de la frontera con EE.UU. "Nos bajaron de un camión con violencia", recuerda Luis Freddy Lala Pomavilla, el único sobreviviente de la masacre.
La bala le entró por el cuello y le salió por la mandíbula. Quedó tirado en un galpón entre más de setenta cuerpos de mujeres y hombres atados de las manos y rematados a balazos. Fue dado por muerto. Así terminó el camino que dos meses atrás había emprendido Freddy, desde su casa de adobe en el sur de Ecuador, con la intención de llegar a EE.UU. y reunirse con sus padres.
Once mil dólares prestados pagó a un "coyote" para hacer la travesía que lo dejó baleado en una cama de hospital en México, bajo custodia federal. Su testimonio, como único sobreviviente de una masacre a manos de un reconocido grupo de narcos, revela todo tipo de macabros detalles.
"Nos bajaron para pedirnos dinero, pero nadie traía. Después nos ofrecieron trabajar para ellos. Dijeron que eran Zetas, que nos pagarían 1.000 dólares por quincena, pero no aceptamos y nos dispararon", contó en una declaración a la que tuvo acceso el diario Reforma.
Los Zetas era un grupo de ex militares que desertaron en los ‘90s para convertirse en los pistoleros del Cartel del Golfo, con el cual ahora están enfrentados en una guerra que incluye degollamientos y descuartizamientos de enemigos, especialmente en Tamaulipas.
Freddy recuerda que las víctimas, entre ellos menores de edad, fueron apretadas contra una pared de un galpón. Les vendaron los ojos, les ataron los pies y las manos. Los obligaron a quedarse con la cabeza agachada y comenzaron a disparar. Luego los remataron, uno por uno.
"Sólo recuerdo que se escucharon los lamentos y las súplicas de algunas de las personas que estaban ahí. Luego oí disparos y cuando terminó todo y se fueron me levanté para pedir ayuda", recordó. Nadie se explica aún cómo hizo el campesino ecuatoriano para liberarse, escapar y recorrer 22 kilómetros desde el rancho hasta el retén carretero de la Armada, donde dio la alerta.
Por la forma en la que se produjeron los asesinatos y la manera en la que logró escapar el sobreviviente, bien se lo puede comparar con la primera novela no ficcional del planeta, Operación Masacre, escrita por el desaparecido Rodolfo Walsh. En la misma, se explica cómo fueron fusilamientos en José León Suárez, ordenados por el gobierno de facto del General Aramburu, del cual pudo escapar el posterior denunciante Livraga, quien también fue dado por muerto al momento de las ejecuciones por un disparo en la zona maxilar. En total fueron 7 los sobrevivientes de esa matanza.
Freddy es marido y futuro padre en el pequeño pueblo ecuatoriano de Ger, una localidad andina de 400 habitantes, donde se sienten los estragos de la emigración. Había entrado a México por Chiapas. Pero en la ruta que va de Ciudad Victoria a Tatamoros, en Tamaulipas, el camión en el que iba con brasileños, salvadoreños, hondureños y otros ecuatorianos, se cruzó con los Zetas.
Los efectivos de la Marina encontraron los 72 cadáveres el miércoles último junto al paredón de una bodega en un rancho cerca de la comunidad de San Fernando. Las fotografías, difundidas el jueves, muestran numerosos cadáveres, alineados en dos filas, con los ojos vendados y las manos amarradas a la espalda, al pie del muro.
Las víctimas están ahora en proceso de ser identificadas con apoyo de autoridades consulares. Esta masacre es la más grande atribuida al narco en México y deja ver el drama del secuestro de inmigrantes, en su mayoría centroamericanos, a manos de bandas del narcotráfico, que les cobran rescate o los fuerzan a trabajar.
Según un informe de la comisión Nacional de Derechos Humanos de 2009, sólo en seis meses unos 10 mil inmigrantes fueron secuestrados en México por células de los Zetas o pandillas.
Fuente: Clarín.com