Nació ciega y sus hermanos de 10 años organizan fiestas para llevarla a China
Guadalupe sólo distingue luces y sombras. Para comenzar su tratamiento debe viajar a oriente y necesita U$S35 mil. Una historia enternecedora.
Guadalupe Trinidad Moreno Aguirre nació hace dos años con un problema visual y es prácticamente ciega: sólo ve luces y sombras. Hasta el año pasado no había ninguna posibilidad de que viera. Ahora, sin embargo, el milagro es posible gracias a un tratamiento con células madres que redimensionaría su nervio óptico. El problema es que el tratamiento sólo se practica en China y sus padres no pueden pagarlo. Por eso, se lanzaron en una campaña que les permita reunir el dinero necesario para viajar.
Carlos y Susana conocieron la situación cuando Guadalupe era recién nacida, porque la bebé no fijaba la mirada en ningún lado. Lo confirmaron con un fondo de ojos que le hicieron en el Hospital de Niños de La Plata. “La doctora se dio cuenta de que su nervio óptico era muy delgado”, explicó el papá.
El mundo se les vino abajo cuando se enteraron que no había ningún tratamiento posible. Desesperados y aún cuando los médicos les decían que no había esperanzas, que se “olvidaran”, recorrieron los consultorios oftalmológicos más prestigiosos de La Plata y llegaron al Hospital Garrahan, en Buenos Aires. Nada. No había posibilidades.
Mientras tanto, Guadalupe crecía como la reina de la casa y volvía locos a sus cuatro hermanos, de 6, 8,10 y 12 años, a los que todavía hoy les cuesta seguirle el tren, porque ella quiere bailar y jugar todo el día.
Hace un año, durante una visita al hospital de Niños, Carlos y Susana se cruzaron con la doctora de su hija. "Habíamos ido por otra cosa", recordaron. Recibieron, en cambio, una noticia que los conmovió: había alguna posibilidad de que la niña viera.
“Se trata de un tratamiento que está en etapa de investigación avanzada y puede que tenga buenos resultados como puede que no”, reconoció Carlos. Sin embargo, el hecho de que hubiera funcionado en chicos de hasta 15 y 16 años los entusiasmó, ya que cuando más chico es el paciente, mejores son las chances.
Los papás de Guadalupe pusieron manos a la obra para contactarse con el hospital. Mandaron varios mails antes de que un representante latinoamericano de la empresa que desarrolló el tratamiento (la Shenzhen Beike Biotechnology) les respondiera. El paso siguiente fue reunir toda la historia clínica para que sea evaluada.
Los documentos fueron remitidos al Chengyang People's Hospital, cuyos médicos ya analizaron los antecedentes de la pequeña y la aceptaron como paciente.
“Ya evaluaron que se puede hacer el tratamiento y hace 15 días nos llamaron para decirnos que la nena estaba aceptada”, contó Carlos, mientras Susana trataba de convencer a Guadalupe de que se quedara a upa.
Con la carta de aceptación en sus manos, Carlos y Susana empezaron a pensar cómo recaudar los u$s 26.300 que cuesta el tratamiento, a lo que hay que sumarle u$s 8.000 en pasajes, las comidas para 33 días y los gastos médicos adicionales que pudiera haber. “Necesitaremos como u$s 35.000”, calcularon.
El hospital ofrece a Guadalupe el tratamiento, que consta de seis inyecciones cada cinco días, la estadía junto a dos acompañantes y el transporte desde y hacia el hospital/aeropuerto.
La familia ya se puso en marcha para poder pagar los pasajes, la comida y los eventuales gastos médicos adicionales que pudiera haber. Los hermanitos mayores, de 10 y 12 años, organizan una kermese en la escuela 49, en ruta 36 kilómetro 44,5 de El Peligro, en la localidad platense de Abasto, donde viven.
12 de agosto de 2010
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