No salen del asombro por el Cristo que llora sangre

La manifestación sucedió en Tucumán y todos los vecinos están asombrados.

Para algunos “la fe mueve montañas”. Para otros creer en algo, no sirve para nada. Sin embargo no caben dudas que en la ciudad de Yerba Buena, en la provincia de Tucumán, aquellos que no creen comenzarán a dudar. Al menos hasta que la iglesia diga lo contrario. Porque miles de personas se acercan al Oratorio Sagrado Corazón a presenciar un hecho único y pocas veces visto.

Dos jóvenes de la localidad se acercaron este viernes al templo para llevar a cabo sus rezos. De un momento a otro, observaron algo diferente en una imagen de la reconocida obra, “La última cena”, de Leonardo Da Vinci.

El Cristo ubicado en el centro, lloraba sangre. Rápidamente dieron aviso al padre Jorge Gandur, párroco de Nuestra Señora de la Caridad, quien tomó las muestras correspondientes y las entregó al arzobispo, monseñor Luis Villalba.

"Yo estaba sentado a unos tres metros y al comienzo dudé. Cuando vi que una adoradora observaba de cerca el cuadro de la Ultima Cena, de inmediato me acerqué y comprobamos que Jesús había llorado lágrimas rojas -que tenían aspecto de sangre-", señaló en declaraciones al diario La Gaceta, Jorge Iramain, uno de los primeros en ver la imagen.

La inusual manifestación llegó a oídos de todos los habitantes de Yerba Buena, que se dieron cita en el lugar para registrar el suceso. La movilización popular hacia el oeste de la capital tucumana, donde está ubicado el municipio, hizo colapsar las principales avenidas locales como Aconquija. Tal es la magnitud, que muchos de los fieles que se acercan, deben dejar su auto a diez cuadras del templo.

"Quienes tenemos fe sabemos que se trata de un mensaje de Dios. Estas lágrimas que derramó Jesús, justo a la hora de la Divina Misericordia, es una muestra del sufrimiento por las ofensas que recibe de los hombres", expresó Hilda Inés Frías, quien integraba la multitud de fieles que se acercó al escuchar las noticias sobre el milagro.

Los religiosos pidieron prudencia y afirmaron que los hechos deben ser tomados con calma hasta que la Iglesia Católica diga lo contrario. "Debemos ser cautos en estas circunstancias. Llamamos a tres bioquímicos para que tomen muestras, las analicen en sus laboratorios y luego cotejemos los resultados", informó el padre Gandur.

 

 

Fuente: La Gaceta de Tucumán


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