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El asesino de su hijo quedó libre y ahora tiene miedo

A Inés Sánchez le mataron su hijo de dos balazos. El asesino quedó libre por una formalidad procesal. Impotencia, dolor y una cruel reflexión.

“Me partió el alma”, estas palabras pronunció Inés Sánchez al salir de los Tribunales de Morón. Horas antes le habían informado que el asesino de su hijo saldría en libertad.

Gerardo Antonio del Valle tenía 18 años cuando fue asesinado por un grupo de delincuentes que, luego de robarle el celular y las zapatillas, le asestaron dos balazos en la cabeza que lo dejaron gravemente herido. El joven fue baleado el 31 de mayo de 2009 a una cuadra de su casa –a donde regresaba de un cumpleaños al que había asistido con su novia- y murió en el Instituto de Haedo el 5 de junio siguiente.

Por el hecho, dos menores fueron detenidos: Ricardo “Garry” Gómez, de 16 años, y Nahuel “El Chocho” González Pereyra, de 15. Garry, acusado de apretar dos veces el gatillo en la cabeza de Gerardo, fue recluido en el Instituto Pablo Nogués de Malvinas Argentinas, en tanto que El Chocho resultó inimputable por su corta edad.

Desde entonces, la familia Sánchez y los amigos de Gerardo comenzaron a recibir amenazas contra su vida. Del barrio San Francisco de Morón Sur, la víctima; los presuntos homicidas del barrio Cortijo de Merlo, la distancia entre uno y otro no es demasiada.

El temor se acrecentó cuando, en diciembre, Garry se fugó del instituto y fue apresado una semana más tarde (de Pablo Nógues también se escapó el asesino de Tony Acosta). Pero el miedo se convirtió en indignación: “No es justo que esté en libertad. Uno tiene el dolor de lo que pasó y encima tiene que estar luchando por este tipo de cosas”, dijo Inés a 24CON.

Gómez fue liberado por la Fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil de Morón debido a que se cumplieron 180 días del homicidio y aún no se realizó el debate oral pertinente. “El caso le corresponde al Juzgado Penal Juvenil N°2, pero falta uno de los jueces y por eso no se puede hacer el juicio. Yo sé que es la ley y contra eso no se puede hacer nada, pero es una vergüenza que el asesino de mi hijo, que fue señalado por testigos, ande suelto por la calle”, despotricó la mujer.

“Los menores deberían tener el mismo sistema de los adultos. No es justo que tengamos que pagar los platos rotos de estos individuos. Además, quién me garantiza a mí y a los amigos de mi hijo seguridad, quién me garantiza que este menor no va a fugarse, ya lo hizo del instituto”.

Al respecto, Alicia Angiono, referente de seguridad en la zona, remarcó: “Estoy furiosa porque los familiares de víctimas nos enfermamos de pena y quienes tienen que velar por la Justicia parecen mirar a otro lado”.

Mientras tanto, Garry esperará en su casa el juicio oral que lo enmarca como el principal responsable de la muerte de Gerardo. ¿Llegará alguna vez ese día?

 

 

4 de junio de 2010