¿Cuáles son los 10 mejores inventos argentinos en 200 años?

La historia de nuestro país ha confirmado que los argentinos estamos plagados de defectos: creer que sabemos todo, creernos mejores que todos, cometer los mismos errores una y otra vez... En definitiva, esas características que, aunque desfavorables, hacen a la escencia de nuestro ser. 

Sin embargo, y para fortuna de quienes vivimos en esta bendita tierra, muchas veces también hacemos cosas buenas y, algunas, son reconocidas y admiradas en todo el mundo. En varias se discuten las circunstancias de su creación y en otras la legitimidad de su carácter de "argentino", pero a todas las une algo en común: son inventos que hoy forman parte de la realidad cotidiana del país. He aquí los diez más representativos.  

 

El colectivo

 

Su creación fue en 1928, cuando Hipólito Yrigoyen ganó las elecciones. Ese año, los taxis de Buenos Aires sentían la falta de pasajeros y, en un cafetín de Carrasco y Rivadavia (algunos dicen Lacarra), se reunían los taxistas a quejarse de la mala racha. Entre sus cabecillas figuraban José García Gálvez, español naturalizado argentino y ex chofer de Jorge Newbery; Rogelio Fernández, quien años después correría en TC; Pedro Etchegaray, Manuel Pazos, Felipe Quintana, Antonio González y Lorenzo Porte. No se sabe a cuál de ellos se le ocurrió la idea del "taxi colectivo".
El 24 de septiembre de 1928, en esa misma esquina, comenzaron a ofrecer a los gritos un viaje hasta Caballito por 20 centavos, o sea, la quinta parte de lo que hubiera costado en taxi, o a Flores por sólo 10. El colectivo afrontó inconvenientes de todo tipo: ofensivas de los tranvías (que lo acusaban de competencia desleal), impuestos especiales y hasta expropiaciones. Pero finalmente ganó la batalla y se popularizó.
 
El dulce de leche


Es el más polémico, por la explicación casi mítica de su origen. Cuenta la leyenda que una criada de Juan Manuel de Rosas calentaba leche en una olla, cuando el General Lavalle llegó a la casa, a entrevistarse con su rival. Como estaba cansado, vio un catre y se tiró a descansar. Pero la empleada entró a esa habitación y se asustó tanto de su presencia que fue a llamar a los guardias para que vieran con sus propios ojos que el principal enemigo de Rosas dormía en su cama. Mientras tanto, en el brasero, la leche hervía y hervía.
El episodio duró bastante tiempo, tanto como para que la leche quedara reducida a una especie de pasta. Para intentar tapar ese sabor y su descuido la criada le agregó azúcar, y eso formó algo similar a lo que hoy conocemos como dulce de leche. Sin embargo, hoy son varios los países de Sudamérica que se adjudican este invento y descreen de la curiosa anécdota criolla. 
 

La Gran Willy


Este invento pertenece a un icono del deporte argentino: Guillermo Vilas. El marplatense declaró que, para crear el golpe que lo identifica en todo el mundo, se inspiró en el polista argentino Juan Carlos Harriott, quien, en un aviso publicitario de whisky Old Smuggler, ejecutaba un backhander (golpe de taco hacia atrás), por entre las patas de su caballo. La primera vez que Vilas lo llevó a la práctica en el tenis fue en 1974, en el Club Obras Sanitarias de Buenos Aires, en un partido de exhibición contra el francés Wanaro N'Godrella. Aunque, de manera oficial, el golpe lo hizo en 1975, en Indianápolis, sobre polvo de ladrillo, ante el español Manuel Orantes. 
 

El magiclick


Es un producto inventado en 1963 por Hugo Kogan, que era director del departamento de diseño de la empresa Aurora. Su nombre se debió a que encendía la llama con sólo pulsar un botón, que accionaba un dispositivo electrónico provocando una chispa que encendía el gas. En la publicidad, una de las más recordadas de la época, el protagonista se jactaba de su calidad y duración, prometiendo garantía por 104 años. 
 

La milanesa napolitana


Su nombre indica una conjunción entre Milán y Nápoles, entre el norte y el sur de la península itálica. Su denominación se debe a que se creó en la pizzería Napoli, de José Napoli, que quedaba cerca del Luna Park. Se vendió por primera vez en Buenos Aires a fines de la década del ‘30. Originalmente se la llamó “milanesa a la Napoli”. 
 

Las huellas digitales


Fue inventado en 1891 por el policía argentino Juan Vucetich. Impulsado por la enorme cantidad de crímenes creó el método de clasificación y la tecnología de identificación de personas por sus huellas digitales, llamado formalmente Sistema Dactiloscópico. Además, el primer caso policial resuelto con ayuda de este método también se dio en Argentina. 
 

 

Los dibujos animados


El primer largometraje animado de la historia fue obra de Quirino Cristiani, y también fue la primera película animada con sonido. Se llamaba “El Apóstol” y constaba de 58.000 cuadros dibujados a mano por el propio Cristiani. Esto sucedió 20 años antes de que Walt Disney filmara “Blancanieves y los siete enanitos”, en 1917. Disney, que era un auténtico visionario, quiso contratar a Cristiani, pero él no aceptó. Lamentablemente, todo el trabajo del este creador se perdió porque su estudio se incendió dos veces en cuatro años. 


 

El bypass coronario


Fue creada por el doctor René Favaloro en 1967. Este reconocido médico, que se recibió en la Universidad de La Plata, empezó a investigar a fines de los ‘60 para utilizar la vena safena (un vaso sanguíneo de las piernas) en la cirugía coronaria. Su descubrimiento revolucionó la cirugía cardíaca y, hasta hoy, es la técnica más practicada en todo el mundo.
Luego, a principios de la década de 1970, Favaloro fundó la fundación que lleva su nombre. Su suicidio con un disparo al corazón en medio de la crisis del año 2000 conmocionó al país, aunque su legado nunca se olvidará.


 

 

Las transmisiones radiofónicas


Las primeras transmisiones regulares radiodifundidas, para entretenimiento, comenzaron en 1920. En Argentina, el día 27 de agosto, desde la azotea del Teatro Coliseo, la Sociedad Radio Argentina liderada por Enrique Telémaco Susini – grupo al que se conoció como “los locos de la azotea” – transmitió la ópera Parsifal de Richard Wagner, comenzando así con la programación radial en el mundo. Algunos de los programas más destacados han sido el El Fogón de los Arrieros, Glostora Tango Club, Mordisquito, Los Pérez García, La Revista Dislocada, La oral deportiva y Rapidísimo.
 

El bolígrafo


Los hermanos húngaros Laszlo y George Biro lo inventaron en 1938. Laszlo era periodista y estaba molesto con los problemas de las lapiceras, que siempre le fallaban cuando estaba escribiendo en medio de un reportaje. La idea de su invento la tomó de unos niños que jugaban con bolitas: una de ellas atravesó un charco y, al salir, trazó una línea de agua sobre la calle. Biro patentó en Hungría bajo licencia británica un prototipo, pero nunca se llegó a comercializar.
En 1940 Laszlo, junto a su hermano y a su socio y amigo Meyne, emigraron a la Argentina. Habían conocido a Agustín Pedro Justo, presidente de la Nación, quien vio las notas que dieron para un periódico húngaro con un prototipo del bolígrafo, se maravillo con el objeto y los invitó a radicarse en el país. El 10 de junio, formaron la compañía Biro-Meyne-Biro en un garaje con 40 operarios, y con un bajo presupuesto perfeccionaron su invento y lo lanzaron al mercado bajo el nombre comercial de Birome (acrónimo formado por la unión de Biro y Meyne).

 

Fuente: Diarioshow