Quién es el Comisario que no encontró a los Pomar

Marcelo "Chivo" Chebriau, el denunciado jefe de la DDI de La Matanza no encontró nada sobre Luciano Arruga pero investigó la desaparición de los Pomar y era el encargado de resolver el misterio de la familia.

Por Tomás Eliaschev

Pasaron los días y la sensación era cada vez más fuerte: parecía que se los hubiera tragado la tierra. Los buscaban en lagunas, ríos y en las inmediaciones de las rutas por las que pudieron transitar. Se hicieron minuciosos rastrillajes y vuelos de reconocimiento en avión y helicóptero. Pero nada: desde el 14 de noviembre pasado, Fernando Pomar, su esposa Gabriela Viagrán y sus hijas María del Pilar, de 3 años, y Candelaria, de 6, no aparecían por ningún lado. Para reforzar la investigación, junto a los efectivos de la policía de Pergamino se alistaron los hombres de la Delegación Departamental de Investigaciones de La Matanza que dirige el comisionado Marcelo Javier “El Chivo” Chebriau, cuya sinuosa trayectoria reveló Veintitrés hace un mes. Paradójicamente, la brigada que conduce Chebriau investigó sin éxito otro caso de desaparición: el del joven Luciano Arruga, ocurrido el 31 de enero de este año.

Chebriau y sus hombres estuvieron a cargo de buscarlo en los 45 días que siguieron a la desaparición de Arruga, un lapso clave para cualquier pesquisa, pero la investigación no avanzó un ápice. Según denunciaron abogados de derechos humanos y familiares (ver recuadro), el personal de la DDI de La Matanza tomaba las declaraciones en la sede policial intimidando a los amigos del joven y a sus parientes, sin prestar ninguna atención a las sospechas de que Arruga habría sido secuestrado por policías del Destacamento de Lomas del Mirador. Por eso preocupa que la DDI de La Matanza esté ahora involucrada en la búsqueda de los Pomar, un caso que genera desconcierto.

El Fiat Duna rojo en el que partieron los Pomar de su casa en el partido de Almirante Brown rumbo a la ciudad de Pergamino no aparecía. Las últimas señales de vida que dieron fue el mensaje de texto que enviaron a sus familiares en el que anunciaban que estaban en camino y las imágenes registradas por las cámaras del peaje de Villa Espil, de la Ruta 7, en el partido de San Andrés de Giles. La fiscal de Pergamino Karina Póllice ya desestimó la pista que indicaba que el perro habría aparecido en Tres Arroyos y que el celular habría sido encendido en Chivilcoy. Otra sospecha que se investigó es que se podrían haber dirigido a la provincia de Mendoza, donde Fernando Pomar había estado unos días antes de desaparecer. En el allanamiento hecho en la vivienda de la familia secuestraron ropa, documentos y otros objetos para obtener material genético, pero no dieron con el arma que el hombre de la casa habría comprado por temor a la “inseguridad”. Según dijo la fiscal en una improvisada conferencia de prensa, había dos hipótesis que abarcaban todas las posibilidades: “la desaparición voluntaria de la familia o la desaparición involuntaria”, aunque aclaró que “no hay indicios de que haya sido un robo, un accidente o un secuestro”. A renglón seguido, mencionó que todo podría tratarse de un “posible conflicto familiar”. Pero hasta el momento no hay indicios firmes. Agregando más confusión al caso, la madre de Viagrán, María Cristina Robert, habló de “violencia verbal” en el matrimonio, aunque señaló que todo podría tratarse de un secuestro.

Desde que la familia Pomar comenzó a ser buscada, la noticia tuvo amplia repercusión, a diferencia del caso Arruga, que muchos medios tardaron en reflejar y aún hoy se niegan a divulgar. El 30 de noviembre, cuando se realizó una marcha pidiendo la aparición con vida de Arruga, el director de Radio Provincia, Rodrigo Zarlenga, ordenó sacar la noticia del portal de la emisora, lo que motivó un pedido de explicaciones de los trabajadores del medio y del jefe del informativo, Rubén Cassano, que no tuvo respuesta.

El fin de semana pasado, el músico Manu Chao se presentó en el estadio de All Boys con una remera que mostraba la cara del joven y la leyenda “fuera la policía de nuestros barrios”. Después de cantar su hit “Desaparecido”, preguntó: “¿Dónde está Luciano Arruga?”. Pero el muchacho, que fue visto por última vez hace diez meses, cuando tenía 16 años, no aparece. El Destacamento de Lomas del Mirador –adonde había sido detenido ilegalmente en octubre del 2008 y, presumiblemente, también en enero– sigue funcionando. Los ocho policías que estaban ahí la noche que desapareció fueron separados de la fuerza, sospechados de haberlo secuestrado, pero el ministro bonaerense de Seguridad, Carlos Stornelli, los reincorporó. Según fuentes judiciales, la hipótesis más fuerte es que el joven fue amenazado para robar para la policía y, ante su rechazo, le quisieron “dar una lección” y se les fue la mano.

La primera fiscal que tomó el caso, Roxana Castelli, fue cuestionada por la familia de Arruga y removida de la causa, que pasó a estar en manos de la fiscal Celia Cejas Martín. Lo primero que hizo la funcionaria judicial fue separar del caso a la brigada que conduce Chebriau. Se trata del mismo policía que tiene la responsabilidad de buscar a los Pomar. Pero en este caso, el Chivo tiene una ventaja: conoce la zona. Uno de los peajes donde fueron fotografiados los Pomar queda muy cerca de donde el comisionado tiene su plantación de tomates cherry, en San Andrés de Giles.

 

                                                                 Revista Veintitrés