La suegra de los Pomar: "Creo que están guardados"

María Cristina Robert desmintió a 24CON que hayan existido escenas de violencia en la pareja.

Los días pasan y los Pomar no aparecen. En el  medio, crecen las versiones, los comentarios y las suposiciones. Tales como los que trascendieron el pasado fin de semana. “Había violencia familiar”, repetía la prensa en referencia a las supuestas palabras que María Cristina Robert, la madre de Gabriela Viagrán, había dicho en un programa radial.

Pero la rueda se hizo grande y ganó la tergiversación. “No sé si fue lo que dije o que no me sé expresar”, reconoció ahora a 24CON. “Cuando escucho a los medios creo que no son palabras mías. Quise decir: ¿Qué matrimonio no tiene una discusión?, más en la situación económica que atravesaban (por la falta de trabajo de Fernando). No fue para que tomen que había agresiones”, confesó Robert.

Aunque tal hipótesis no está para nada descartada. Tal es así que la fiscalía que investiga la causa indagó a la terapeuta que atendía a la pareja en estos últimos meses. Como así también a la mayoría de sus allegados, vecinos y familiares.

También está en boga la relación de Luis Fernando con su hijastro Franco, un joven de 13 años hijo de Gabriela, que actualmente está con su padre biológico en Pergamino. Según dicen, no habían podido adaptarse. Por lo pronto, el chico “está al tanto de todo pero no quiere aparecer en ningún lado, ni que se lo mencione”.

“Están guardados”

Tanto se ha dicho del caso que hasta las hipótesis se cruzan. Con respecto a la versión que circuló acerca de que el padre de la familia había comprado un arma antes de desaparecer, Robert se sinceró y expresó que nunca les llegó ese comentario, y que en el caso de que sea cierto, “sería en defensa de la familia y no lo veo mal”.

La familia de Gabriela piensa desde un primer momento que se trató de un secuestro. Ni fuga, ni accidente, ni otras hipótesis más frías y macabras. “Están en algún lugar encerrados, fuera del alcance de comunicación. Tanto él con su familia como mi hija, porque la conozco, no podrían estar sin contacto con sus familiares”.

Mientras tanto, a 16 días de su desaparición, los investigadores continúan con la intensa búsqueda y ya realizaron operativos que reunieron a más de 4 mil efectivos. También sobrevolaron los campos con helicópteros y aviones en busca de, por lo menos, nuevos rastros.

Pero hasta el momento, nada se sabe del paradero del matrimonio y sus dos hijas, Candelaria (6), y Pilar (3).

 

30 de noviembre de 2009

 

 

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