Carta pública al ministro de Salud, Claudio Zin

Dr. Claudio Zin.
De mi consideración:

Motiva esta presentación la dilación en reglamentar la reciente ley 13.879. Permítame manifestarle que entre otros problemas por todos conocidos existe una realidad no menos penosa y urgente que nos afecta y me refiero al maltrato y asesinato de animales en manos despiadadas de empleados públicos y veterinarios de los zoonosis con una llamativa personalidad diabólica y destructiva.

Pueden ser varios los motivos que le llevan a no reglamentar la citada ley pero es una realidad que su indiferencia y dilación en este tema cuesta demasiadas vidas día a día .
No es una apreciación subjetiva  ya que diariamente se siguen ejecutando animales y desde que fuera sancionada la ley pareciera haber una conducta revanchista agudizándose el maltrato y la crueldad aplicada por los empleados públicos y veterinarios destinados al “cuidado” de los animales presos en los centros de zoonosis. Hasta fue un tema tratado por varios noticieros hace escasamente un mes atrás.

Quienes ocupamos un cargo tenemos la obligación moral de desempeñarnos con coraje, decisión y justicia, no cediendo a intereses espurios ni a corporativismos y  tomar acciones correctas marcando un valioso legado para quienes nos sucedan. Sus hijos y mis hijos sufrirán o se beneficiarán de las decisiones que usted tome hoy.

Dr. Zin, Ud. ya ha tomado conocimiento sobre esta temática en forma suficiente como para sin dudar tomar una decisión correcta aunque esto represente enfrentar a un pequeño sector que hace años demuestra un gran desprecio por la vida en nombre de intereses personales, como el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, cuyos representantes ha pedido en una reunión en su ministerio la derogación lisa y llana de la ley para poder seguir matando (sus secretarios, directores y asesores han sido testigos de esto).

No reglamentar en forma correcta es permitir y proteger a quienes practican el salvajismo y la bestialidad desde una ignorancia sumamente peligrosa hasta para el mismo ser humano como por ejemplo  los envenenamientos masivos en la vía pública por parte de municipios.
Es avalar las prácticas anacrónicas, brutales y delictivas a las que se han acostumbrado algunos empleados y profesionales.
Es sostener la lenta agonía de los animales por las condiciones de confinación a las que están sometidos.
Es olvidar la premisa de la prevención en la Salud Pública.
Es abdicar ante los intereses corporativos que nada les interesa lo anterior.

En sus manos está terminar con tanta crueldad y sufrimiento evitable  por lo que espero que su conciencia lo lleve por el camino de la gestión valerosa y regida por la razón y la sensibilidad que no traerá mas que resultados satisfactorios y un progreso indudable.

No hay riesgo de equivocaciones porque erradicar las conductas criminales y el padecimiento de seres vivos siempre es un acierto y una lección para la sociedad.

No pretendo ni espero respuesta a ésta.. Como hombres de acción debemos responder con acciones rápidas y concretas que hablarán por sí mismas.

Espero no le falte valor para dar tal paso y así poder ser recordado como el ministro que no fue indiferente ante el exterminio de otras formas de vida.

Respetuosamente.

Jorge De Marco
Director
Centro de Prevención de Crueldad al Animal.
Buenos Aires, Argentina.