"Rompen" nubes para evitar el granizo, por eso no llueve
Las bombas "antigranizo" podrían alterar irremediablemente el ecosistema. La usan para diluir las nubes y evitar que se pierden las cosechas. Un especialista explicó a 24CON por qué eso no sirve para nada
La sequía se adueño de la provincia de Córdoba, ataca San Luís y amenaza con dejar sin humedad a toda Buenos Aires, entre otras provincias. La meteorología tiene sus propias dinámicas, sin embargo una herramienta creada por el hombre le brindó su ayuda para incrementar la falta de agua: Las Bombas de Granizo.
Particular artilugio que en sus orígenes buscó ahuyentar el peligro del granizo, hoy está siendo señalado como causante, junto con el cambio climático, de gran parte de la sequía que atraviesa el país. La provincia de Mendoza, para citar un ejemplo, cuenta con cuatro aviones especializados en "cazar" tormentas de granizo. La operación es simple y rutinaria, aunque acelerada y nunca pasa desapercibida.
Al detectarse un frente de tormenta que puede llegar a generar granizo, enemigo de las plantaciones frutales de la provincia cordillerana, los aviones despegan desde El Plumerillo y San Rafael y se internan en al nube para dispararle con bombas de Ioduro de plata. Minutos después, la explosión.
Los químicos introducidos en el corazón de la nube y la onda expansiva provocan que los cristales de agua que transporta la nube se transformen en lluvia. El granizo que podría haber maltratado la producción frutihortícola es lluvia que la alimenta.
Otros sectores del país que también basan su producción agrícola en las frutas han implementado esta explosiva herramienta para ahuyentar el granizo. En la localidad de Algarrobo, al oeste de Bahía Blanca, casi al limite con La Pampa la falta de lluvia se siente hasta en el aire. “Cuesta respirar, es todo polvo, al no llover, se muere el pasto, queda la tierra descubierta y el viento al erosiona. La ruta 3 está casi cortada por la cantidad de tierra que tiene encima, y la ruta 22 no se ve a más de 50 metros”, explicó a 24CON Edgar Kroneberger, vecino de Algarrobo que se cansó de la sequía y escribió cartas a distintos medios para poder manifestarse.
“En Río Colorado, a 80 kilómetros de acá, utilizan cañones de gas, tiran el gas al aire lo encienden y la onda expansiva corre la nube a otra corriente y siguen de largo, no llueve. Nosotros vemos pasar la nube, mucho mas chica y mas alto, pero no llueve” profundizó Edgar. “Los meteorólogos dicen que es imposible, que una explosión corra la nube, pero acá son nubes chicas y las llegan a empujar. Río colorado produce manzanas, peras, durazno, si les cae granizo arruinan todas las plantaciones, pero así nosotros nos quedamos sin agua”.
La provincia más afectada por la escasez de agua es Córdoba. La provincia entera sufre la sequía. La zona de Sierras Chicas, donde abundaban los ríos caudalosos y los diques que generaban electricidad y alimentaban de agua potable a las ciudades hoy están en los niveles más bajos registrados en toda su historia. Las Sierras Grandes y las Occidentales sufren un mismo destino. En La localidad de Nono también señalan a las bombas antigranizo como culpables de la falta de Agua.
Un vecino de Nono, Marcelo, contó a 24CON que también el comercio de frutas y hortalizas llevó a los terratenientes a utilizar este tipo de bombas. “Son paperos, y también los que siembran arándanos. Toda nube que viene desde San Luís la bombardean por miedo a que sea de granizo. Hoy mismo nos vamos a reunir en el pueblo para ver que se puede hacer. Ellos disparan contra la nube y evitan el granizo, pero nos dejan sin agua a nosotros”.
Por su parte el especialista en meteorología, Osvaldo Canziani, quien cuenta con más de 40 años de experiencia trabajando en áreas meteorológicas de la ONU y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU con el que en 2007 fue galardonado con el premio Nobel de La Paz, explicó a 24CON que todos los estudios realizados sobre la modificación artificial del tiempo no dieron resultados positivos.
“Ya desde mediados del 50 la ONU determinó que no es recomendable este tipo de prácticas, no es positivamente beneficioso. El costo-beneficio da negativo. La sequía es la respuesta del cambio climático. En Mendoza se empezó a usar con ayuda de los soviéticos, cambiaban cohetes meteorológicos por vino, esos cohetes se lanzaban a las tormentas con las bombas antigranizo” explicó Canziani y continuó, “en España también hicimos estudios y nunca se obtuvieron resultados positivos, en Perú también y reconocieron que no era bueno utilizar esas bombas, pero el negocio es el negocio, y lo van aseguir usando para proteger las plantaciones”.
Según explicó el especialista, las gotas de agua en el interior de las nubes se mantienen en estado liquido están aún a 30 grados bajo cero, cuando entran en contacto con otra gota, con polvo o cualquier otro elemento en el aire es cuando se solidifican y caen en forma de granizo, los metales lanzados por las bombas y las presiones generadas por las explosiones crean un núcleo de condensación que logra que la gota caiga pero sin solidificarse
“No conviene jugar con fuego, el cambio climático genera más humedad en el aire, por lo que cada vez va a haber más granizo. El granizo que cayó sobre Buenos Aires y Rosario en 2007 puede volver a ocurrir. No hay que hacer experimentos con el clima, en los 70 en EE.UU. querían desviar los huracanes del caribe, pero México se quejó por en zonas áridas: la única agua que llegaba era la de los huracanes. Acá sucede algo similar, además hay peligros legales, con las bombas el agua que hago llover se la estoy negando a otra zona” finalizó Canziani.
Por su parte la sequía, inmutable, sigue ganándole terreno al agua y, acompañada de otro peligro, el fuego, se está apoderando de gran parte del país.
Particular artilugio que en sus orígenes buscó ahuyentar el peligro del granizo, hoy está siendo señalado como causante, junto con el cambio climático, de gran parte de la sequía que atraviesa el país. La provincia de Mendoza, para citar un ejemplo, cuenta con cuatro aviones especializados en "cazar" tormentas de granizo. La operación es simple y rutinaria, aunque acelerada y nunca pasa desapercibida.
Al detectarse un frente de tormenta que puede llegar a generar granizo, enemigo de las plantaciones frutales de la provincia cordillerana, los aviones despegan desde El Plumerillo y San Rafael y se internan en al nube para dispararle con bombas de Ioduro de plata. Minutos después, la explosión.
Los químicos introducidos en el corazón de la nube y la onda expansiva provocan que los cristales de agua que transporta la nube se transformen en lluvia. El granizo que podría haber maltratado la producción frutihortícola es lluvia que la alimenta.
Otros sectores del país que también basan su producción agrícola en las frutas han implementado esta explosiva herramienta para ahuyentar el granizo. En la localidad de Algarrobo, al oeste de Bahía Blanca, casi al limite con La Pampa la falta de lluvia se siente hasta en el aire. “Cuesta respirar, es todo polvo, al no llover, se muere el pasto, queda la tierra descubierta y el viento al erosiona. La ruta 3 está casi cortada por la cantidad de tierra que tiene encima, y la ruta 22 no se ve a más de 50 metros”, explicó a 24CON Edgar Kroneberger, vecino de Algarrobo que se cansó de la sequía y escribió cartas a distintos medios para poder manifestarse.
“En Río Colorado, a 80 kilómetros de acá, utilizan cañones de gas, tiran el gas al aire lo encienden y la onda expansiva corre la nube a otra corriente y siguen de largo, no llueve. Nosotros vemos pasar la nube, mucho mas chica y mas alto, pero no llueve” profundizó Edgar. “Los meteorólogos dicen que es imposible, que una explosión corra la nube, pero acá son nubes chicas y las llegan a empujar. Río colorado produce manzanas, peras, durazno, si les cae granizo arruinan todas las plantaciones, pero así nosotros nos quedamos sin agua”.
La provincia más afectada por la escasez de agua es Córdoba. La provincia entera sufre la sequía. La zona de Sierras Chicas, donde abundaban los ríos caudalosos y los diques que generaban electricidad y alimentaban de agua potable a las ciudades hoy están en los niveles más bajos registrados en toda su historia. Las Sierras Grandes y las Occidentales sufren un mismo destino. En La localidad de Nono también señalan a las bombas antigranizo como culpables de la falta de Agua.
Un vecino de Nono, Marcelo, contó a 24CON que también el comercio de frutas y hortalizas llevó a los terratenientes a utilizar este tipo de bombas. “Son paperos, y también los que siembran arándanos. Toda nube que viene desde San Luís la bombardean por miedo a que sea de granizo. Hoy mismo nos vamos a reunir en el pueblo para ver que se puede hacer. Ellos disparan contra la nube y evitan el granizo, pero nos dejan sin agua a nosotros”.
Por su parte el especialista en meteorología, Osvaldo Canziani, quien cuenta con más de 40 años de experiencia trabajando en áreas meteorológicas de la ONU y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU con el que en 2007 fue galardonado con el premio Nobel de La Paz, explicó a 24CON que todos los estudios realizados sobre la modificación artificial del tiempo no dieron resultados positivos.
“Ya desde mediados del 50 la ONU determinó que no es recomendable este tipo de prácticas, no es positivamente beneficioso. El costo-beneficio da negativo. La sequía es la respuesta del cambio climático. En Mendoza se empezó a usar con ayuda de los soviéticos, cambiaban cohetes meteorológicos por vino, esos cohetes se lanzaban a las tormentas con las bombas antigranizo” explicó Canziani y continuó, “en España también hicimos estudios y nunca se obtuvieron resultados positivos, en Perú también y reconocieron que no era bueno utilizar esas bombas, pero el negocio es el negocio, y lo van aseguir usando para proteger las plantaciones”.
Según explicó el especialista, las gotas de agua en el interior de las nubes se mantienen en estado liquido están aún a 30 grados bajo cero, cuando entran en contacto con otra gota, con polvo o cualquier otro elemento en el aire es cuando se solidifican y caen en forma de granizo, los metales lanzados por las bombas y las presiones generadas por las explosiones crean un núcleo de condensación que logra que la gota caiga pero sin solidificarse
“No conviene jugar con fuego, el cambio climático genera más humedad en el aire, por lo que cada vez va a haber más granizo. El granizo que cayó sobre Buenos Aires y Rosario en 2007 puede volver a ocurrir. No hay que hacer experimentos con el clima, en los 70 en EE.UU. querían desviar los huracanes del caribe, pero México se quejó por en zonas áridas: la única agua que llegaba era la de los huracanes. Acá sucede algo similar, además hay peligros legales, con las bombas el agua que hago llover se la estoy negando a otra zona” finalizó Canziani.
Por su parte la sequía, inmutable, sigue ganándole terreno al agua y, acompañada de otro peligro, el fuego, se está apoderando de gran parte del país.